Daddy...

¿Porqué?

El porqué es lo que menos me importaba en ese momento, porqué eso ya no importa, es curioso que siempre le buscamos una razón a todo y si no lo encontramos, entonces sigue la culpa a alguien. Creo yo que eso ya es demasiado pensar en cosas que ya pasaron y dejarlas ir, no estoy diciendo que sea bueno olvidar las, solo mantener una distancia de aquellos recuerdos, sucesos o personas.

La esperanza es demasiado grande para cualquier persona, es un sentimiento con doble filo, te pone entre la espada y la pared, uno puede esperar tanto, querer, desear, pero no hacer nada, porqué.... hay gente que cree que las palabras lo son todo, con palabras uno llora, grita, puede volverse una persona totalmente diferente, pero la fascinación de lo qué provoca, es inigualable, las actitudes que te hace tener, desde un torpe te amo, hasta un salvaje grito de frustración.

No se cómo es que siento esto pero, esa maldita persona es la que lo provoca, lo se y no lo quiero aceptar, lo se y no le voy a decir nada, lo se y no voy a hacer nada, la cobardía es mi cárcel, tantos años diciendo que no lo voy a permitir, que soy libre, independiente, valiente, tal vez torpe, pero fuerte, a pesar de todo eso, en algún momento me volví en lo que más odiaba, criticaba y detestaba. Un cascarón, es lo único que muestro y que no puedo romper, porqué ya las únicas sonrisas que tengo, son falsas, vacías, impuras.

La desesperación, decepción, la pasión muerta que algún día tuvimos o pudimos haber llegado a tener, el deseo que se quedo cómo una añoranza, el arrepentimiento, el génesis de todo y de nada al mismo tiempo, las horas desperdiciadas,  yo, sin eso, sin ti, sin mi, ¿porqué? 

Porqué me he perdido, en un abismo, sin luz, salida y la esperanza que fue mi muerte.

Porqué espere demasiado y no hice nada, solo vi, escuche, aprendí, pero aún sin hacer nada, las heridas están ahí.

Porqué la epifanía que llegaría, no ha llegado, no soy nadie, mientras todos, son alguien, con meta, objetivo.

El hecho de la perpetuidad continua, la conformidad y el maldecir; son la vida constante de todo aquel que ha llegado hasta aquí y que tal vez solo ven una serie de palabras, absurdas, burdas y sin sentido.

Pobre ingenua -dice el-. Pensamientos de suicida -dice ella-. 

La ignorancia, mediocridad y burla, una constante matemática, una sociedad vacía, con incomprendidos tachados de ignorantes. 

Un texto sin sentido, que fue escrito con exceso de porqués y falta de argumentos, palabras que no tienen forma pero que dan un reconocimiento de algo propio. Una escritora en su cumbre de posible crisis, un lector inconforme y desinteresado; un niño con sueños y dos padres sin dinero, una niña quisquillosa y un padre desinteresado; un corazón roto, uno que esta a la espera del próximo golpe.