Nos encontrábamos Daniela y yo solos en el salón después de ser castigados por no traer un proyecto en equipo.
–Hola, ¿Cómo estás?– le dije a Daniela.
–Cansada ¿y tú?– respondió Daniela con voz de cansancio.
–Bien– le contesté.
Daniela se sentó en un banco a lado del mío cruzando sus piernas y moviendo su pie de arriba a bajo.
–¿Por qué estás cansada– se me ocurrió preguntarle para seguir con algún tema.
–No lo sé, me duelen muchos mis pies y eso que no he caminado mucho.
–Qué mal, ¿quieres que te ayude en algo?– me ofrecí gentilmente.
–¿Me das un masaje de pies?– preguntó con tono insistente.
–Jaja, ¿En serio? – le pregunté poniendo cara de sorprendido
–Lo digo en serio, por favor.
–Está bien, ponlos aquí– le digo señalando mis piernas para que apoye sus pies
Daniela sube sus pies en mis piernas.
–Gracias– me dice agradecida.
Empecé a masajear sus pies metiendo mis manos dentro de sus flats sin quitárselos como sus calcetas estaban húmedas del sudor de sus pies.
–Quítame también las calcetas; por cierto, mis pies están algo sucios. ¿Me ayudas?
–¿A qué te refieres?
–Ayúdame a limpiarlos, ¿no tienes agua?
–No– le contesté.
–No aguanto tenerlos sucios, haz cualquier cosa para limpiarlos.– me dice con tono de orden levantando ligeramente su tono de voz.
–No tengo nada para limpiarlos– le digo insistentemente.
–¿Y si los lames hasta que queden limpios?
–¿Qué dices?–no podía creerlo.
–Porfas, es que no los aguanto, y eres mi mejor amigo, solo tu lo puedes hacer– dice desesperadamente.
–Huelen mal y no pienso humillarme
–Pero soy tu amiga... por favor.
Le quité las calcetas suavemente y empecé a lamer sus pies hasta limpiarlos, incluso entre los dedos. Mientras se los limpiaba Daniela apoyó su pie contra mi pecho empujándome hacia atrás.
–Sé tu secreto. – me dice con seguridad
–¿De qué hablas?– le respondo nervioso.
–Lo he notado todo el tiempo. Te la pasas viendo mis pies cuando crees que no me voy a dar cuenta, miras hacia mis pies y sin darte cuenta pones cara de tonto.
Me empuja más fuerte de mi banco hasta hacerme caer, se levantó y caminó hacia donde estaba tirado en el suelo; se subió encima y puso un pie apretando mi cuello.
–Tendrás que hacer un trato para que no le diga a nadie. Por supuesto yo decido el trato. Tendrás que obedecerme completamente, cualquier orden que te dé, tendrás que obedecer y hacerlo. Desde ahora eres mi esclavo y no podrás dirigirme la palabra hasta que te ganes el permiso.
–Muevo mi cabeza para expresarle que he entendido.
–Mi primer orden como tu Diosa será que termines de limpiarme los pies. Al terminar ponme mis calcetas y flats.
–Otra cosa, ya que vives solo al igual que yo, hoy te vendrás conmigo a mi casa. Necesitas que te enseñe a cómo servirme correctamente.
Daniela me deja de apretar el cuello y sigo lamiendo sus pies hasta limpiarlos. Cuando termino ella levanta sus pies para ver si las plantas de los pies están limpias. Al comprobarlo se sienta y cruza sus piernas esperando a que siga las ordenes que me dió.
Me levanto del suelo y empiezo a caminar hacia donde estaban las flats y calcetas para tomarlas, pero apenas empecé a caminar y escuché como ella tronó sus dedos.
–No camines esclavo, gatea. Rápido!. –Me grita después de tronar sus dedos
Inmediatamente me pongo en posición para gatear y voy por sus zapatos y calcetas, pongo las calcetas dentro de cada zapato y me los llevo con la boca para poder gatear. Cuando llego a donde está ella me arrodillo y empiezo a ponerle cuidadosamente sus calcetas. La calceta del pie izquierdo fue complicado ponerla porque ella tenía el pie pegado al suelo y no podía hablarle para pedirle que lo subiera un poco. Pasé la calceta por sus dedos y lentamente fui empujando la calceta hasta llegar a cubrir todo su pie. Le puse sus zapatos.
Al final del día en la escuela, me fui con ella a su casa como me ordenó.
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Daniela (Remake)
RomanceEste es un remake de Daniela; historia eliminada por Wattpad y que no puede ser recuperada.