.

1 0 0
                                    

Cuando era pequeña nada importaba, podía comer lo que quería, divertirme como quería y realmente fui feliz, pero cuando empecé a crecer me dí cuenta que cualquier sueño que tuviera se vería limitado por mi apariencia física.
No hay nada más horrible que competir en algo en lo que no hay forma de ganar.
A pesar de que pensé por mucho tiempo que era hermosa, la vida siempre me demuestra que no, mostrándome todos mis amores no correspondidos y todos los comentarios que finjo que no me importan, y todo como castigo de las altas expectativas que creaba desde pequeña.
Pero, ¿Será así por siempre?, sueño con el día en que puede sentirme feliz conmigo misma, con mis sueños realizados y sin envidia en mi corazón.

pensamientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora