The First Time I Saw You

Ese preciso día

Recuerdo ese día, lo recuerdo muy bien. Mi primer día en esta escuela. Pensé que todo sería tan horrendo como antes, pero nunca pense encontrarme con un ser tan hermoso como tú...

Imaginé que todo sería tan aterrador como en una película de bachillerato, todos contra la chica nueva. Pero algo lo cambió todo, algo me llevó del odio por estar ahí al no querer salir nunca.

Acomodaba mis cosas en mi casillero cuando cruzaste frente a mi y me sonreíste.

En ese preciso instante todos los sentimientos más maravillosos que alguna ves tube brincaron y bailaron sobre mi pecho. Una celebración, todo un festejo dedicado a ti mi amor.

Una burbuja llena de esos sentimientos nos rodeó para no dejarnos salir. Mi pequeña jaula de amor. Claro que en ese momento tú no sabías que eras parte de esa burbuja, pero siempre lo fuiste.

Esa burbuja me mantuvo cerca de ti todo el tiempo durante toda una semana. Hora tras hora te perseguí, nunca sentiste mi presencia, pero yo estaba feliz sin tu ausencia. Todo lo que quería era poder observar tu bello rostro, verte sonreír y enrojecerte.

Todas las noches pensé en ti y soñé contigo, soñaba con nuestra boda y nuestros perros, tendríamos miles de perros, los cuidaríamos y los daríamos en adopción. Ahhh, que bonita historia.

Pero esa burbuja de felicidad se rompió a la semana siguiente con esa dulce voz.

— Hola — Yo te admiraba atentamente cuando esa delicada voz me interrumpió.
— Ah, si, hola? — Pregunté sin saber si se refería a mi.
— Si, tú, hola. ¿Cómo te llamas? — Me preguntó inclinándose hacia mi.
— Allie-
— Lindo nombre. Chelsea, mucho gusto — me interrumpió extendiéndome la mano.
— Eh, mucho gusto, Chelsea. — Le acepté la mano y sonreí.

Mientras Chelsea me interrogaba con preguntas al asar, tú te acercaste a nosotras. Mi corazón palpitó más fuerte que nunca, no sabía si te dirigías a nuestra dirección o no, pero yo no podía dejar de verte. Algo de ti me hipnotizaba.

— ¿Qué miras? — se giró para ver que había detrás de ella — Ah, hola Sarah — Se refirió a ti con un movimiento vigoroso de manos — Allie, ella es Sarah-
— Con que ya te le presentaste a la chica nueva, ¿huh? — Le interrumpiste.
— Si, se llama Allie — Contestó Chelsea.
— Hola, Allie. Yo soy Sarah, un placer — Me extendiste la mano y sonreíste.
— Oh, no. El placer es totalmente mío — Agité tu mano y me embobé con tu belleza.
— Hahaha. ¿Qué dices? ¿Le damos un recorrido por la escuela? — Preguntó Chelsea.
— ¿No crees que ya la conoce? — Preguntaste.
— Si, bueno. Pero dudo que sepa alguna que otra cosa — Ella te contestó.
— Bueno, no veo problema en eso. ¿Vienes? — Te dirigiste a mi y yo accedí sin saber muy bien a que había accedido.

Recorrimos lugares que no conocía, incluyendo el baño de niños, ha, pensé que sería peor de lo que fue, pero los cubículos estaban cerrados por lo que no tube que ir al psicólogo esa tarde por ver aaalgo inesperado.

Fue el mejor día que tube hasta ese momento. Pasé tiempo contigo y realmente te agradé. No me importó tanto tu amiga Chelsea, yo solo quería estar contigo.