Capítulo 14: Recuerdos congelados

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Querido diario:

Perdóname por haber ausentado por tanto tiempo pero necesitaba estar fuera, lejos de todo, incluso de ti. Han pasado unos días desde que Severus despertó y sigo sin entender por qué lo primero que dijo fue "Lily". Me quedé quieta cuando lo escuché, como si alguien me hubiera tirado un balde de agua helada. Sé que siempre ha sido su mejor amiga y que la quiere muchísimo, pero... ¿por qué tuvo que decir su nombre justo después de todo lo que pasó? Me siento rara, como si hubiera hecho algo mal, aunque sé que no fue así. No sé cómo explicarlo, pero me duele.

Me duele mucho.

Hemos pasado tanto tiempo juntos, hicimos tantas cosas para encontrar la cura, y aun así, cuando él despierta, ¿lo primero que piensa es en ella? Me siento como si... como si no importara lo que yo haga, nunca será suficiente para que él me vea de otra forma. Es como si siempre fuera la niña pequeña que está en el fondo, mientras que ella... ella es todo para él.

Sé que Severus y Lily son mejores amigos desde hace mucho tiempo. Y Lily es increíble, siempre ha sido buena conmigo. No debería sentirme así, pero no puedo evitarlo. Tal vez solo estoy siendo tonta... pero a veces desearía que Severus me viera como yo lo veo a él.

No he ido a verlo desde que despertó, sé que pregunta por mí pero, no sé qué decirle. Quiero estar feliz porque está mejor, pero al mismo tiempo, cada vez que pienso en él, en lo que dijo, se me revuelve el estómago. Es una sensación extraña, como si estuviera triste y enojada al mismo tiempo. Pero no puedo decirle nada de esto, no podría... él no lo entendería.

No sé si alguna vez entenderá lo que siento.

Me paso el tiempo leyendo para distraerme. He estado yendo a la biblioteca más que nunca, buscando libros sobre pociones, sobre herbología, cualquier cosa que me ayude a no pensar. Porque cada vez que me detengo, siento ese dolor en el pecho, como si algo estuviera mal, pero no sé cómo arreglarlo. A veces pienso que tal vez, si fuéramos mayores, las cosas serían diferentes, más fáciles... Pero somos solo niños, verdad?

Y sin embargo, este dolor parece tan grande.

Quiero ser fuerte. Quiero que cuando me mire, me vea como alguien importante, como a Lily. Pero... no sé si eso pasará algún día.

A veces pienso que tal vez sería más fácil si dejara de sentirme así. Pero ¿cómo se deja de sentir algo? No lo sé, diario. Solo sé que me duele y que no sé cuánto más podré soportar.

Nox

Harry cerró el diario con cuidado, sus manos temblaban ligeramente. No era capaz de procesar del todo lo que acababa de leer. Hermione, sentada a su lado en el sillón de la sala, lo miraba preocupada.

—¿Estás bien? —preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

—Ella... —comenzó Harry, su voz apenas un susurro—. Ella era solo una niña, Hermione. Diez años... Y ya estaba sintiendo todo esto. ¿Cómo es posible que haya soportado tanto?

Hermione asintió lentamente, tratando de darle espacio para procesar lo que acababan de leer. Estaban acomodando y limpiando la casa en ausencia de Jasmine, pensando que sería un lindo gesto antes de partir pero habían encontrado unos libros, al principio creyeron que se trataba de libros de hechizos o pociones pero al darse cuenta que eran los viejos diarios de la tía de Harry, aún sabiendo que esta mal, siguieron leyendo. 

—Es mucho más de lo que podríamos haber imaginado. Siempre hemos visto a Jasmine como una persona fuerte, pero incluso de pequeña, parece que siempre cargó con más de lo que nadie supo.

Harry se levantó, comenzando a caminar de un lado a otro por la sala, tratando de aclarar su mente.

—Es que nunca... —se detuvo, frotándose los ojos—. Nunca pensé que mi madre y Severus fueran la causa de tanto dolor en la vida de Jasmine. Sé que Severus siempre amó a mi madre, eso no es nuevo, pero esto... No tenía idea de lo que Jasmine sentía por él, ni de lo mucho que sufrió.

Hermione lo observó en silencio por un momento, tratando de imaginar cómo se sentía Harry. Siempre había visto a su tía Jasmine como la mujer que lo había cuidado, una persona fuerte, casi indestructible. Pero ahora, con cada página de esos diarios, Harry se enfrentaba a una verdad mucho más compleja y dolorosa.

—Tal vez deberías detenerte, es la intimidad de Jasmine, después de todo, es incorrecto invadirla así—sugirió Hermione, aunque sabía que Harry no lo haría.

—No puedo —dijo Harry, con los ojos llenos de determinación—. Necesito entender todo. No puedo dejar de leer ahora que sé todo lo que ha guardado dentro. No sabía que había pasado por esto, y menos a esa edad. Jasmine merece que se sepa la verdad, Hermione. 

Hermione lo miró con una mezcla de preocupación y comprensión.

—¿Qué vas a hacer, Harry?

—Voy a llevarme estos diarios a Hogwarts. Voy a leer todo y después, estoy seguro, sabré lo que tengo que hacer. Tú no tienes que acompañarme si no quieres, entiendo que lo que haré no está bien pero solo, no puedo evitarlo.

Hermione suspiró profundamente resignada, se acercó a él y lo besó tiernamente, Harry respondió al beso con amor y alivio de no tener que hacerlo solo.

—Sabes que estaré a tu lado siempre aún si no todo el tiempo haces lo correcto.

Ambos se sonrieron, tomaron sus cosas, los diarios y partieron hacia Hogwarts, iban a cursar su último año de estudios, la guerra contra Voldemort había terminado pero la guerra interna y la confrontación con el pasado estaba por comenzar.

La tercera Evans.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora