Una Chica Sin Voz

NO DEBISTE

No tenías que mentir ¿sabes?
No debiste fingir que eras amable y considerado, tampoco debiste fingir que me amabas o que yo te importaba si no era así. Yo siempre fui sincera contigo y te demostré todo el amor que tenía hacia ti. Estaba vacía, tenía miedo, frío y me sentía desprotegida, pero aun así me mostré tal cual era. Sin una pizca de maquillaje, sin una gota de mentira, solo mi frágil y vulnerable personalidad. No debiste fingir que me entendías, que estabas de acuerdo con mi búsqueda de libertad y mucho menos debiste fingir en lo que tu corazón sentía. ¿Para qué trataste de curar una a una mis heridas abiertas? ¿Para qué me sacaste de ese profundo abismo en el que caí? Si con el tiempo tú agregarías aún más cicatrices  a mi dolorosa colección y me arrojarías a un abismo más profundo que el anterior. No debí creer que eras mi mejor amigo, confidente y el amor de mi vida y mucho menos dejar que me vieras y descubrieras cuáles eran mis puntos débiles y mis defectos. Todo mi instinto gritaba que corriera y escapara, que no me dejara engañar ni tampoco lastimar. Aun así quise darle una oportunidad al chico de los ojos tiernos y "buenas intenciones". Pero ya lo sabía y te lo dije muchas veces ¿recuerdas? Ibas a hacerme daño y me ibas a arruinar incluso más de lo que ya estaba, como tantas otros seres importantes para mí lo hicieron. Pero tú juraste que no e ingenuamente te creí, pero mírate. Mira en lo que te has convertido y a lo que me has arrastrado. Si antes era un ser miserable, ahora soy alguien que cuenta cada segundo que le falta para dejar de respirar y desaparecer de este mundo. Claro, no sin antes haberte cobrado cada lágrima, cada noche de insomnio y cada humillación que tú provocaste.