Capitulo 8: Confia en tu corazón.

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Oh no zanahorias, ¡Jamás me enamorare!

Aún recuerdo ese día, fue un domingo por la tarde... y ahora sé que eran tus miedos los que te hicieron decir eso, desde ese día decidí investigar por qué detestabas tanto la idea de enamorarte.

Pero hábil como zorro, soltabas unas palabras y luego las volteas, lo evitabas y por varias semanas peleamos sin fin. Yo necia de querer saber más de ti y tu desconfiado de que descubriera la verdad.

Y la verdad es que Nicholas Wilde, tenía miedo de enamorarse.

— ¡Vamos Nick! Habla conmigo, ¿Cómo quieres que te entienda si no me lo dices?

Ahí íbamos nuevo, una tonta discusión en torno a tu pasado y por qué no contármelo. Caminábamos por el estacionamiento del departamento de policía, era ya de noche e íbamos de salida del trabajo. Nick iba justo frente a mí, iba bastante rápido y pisando fuerte por el lugar

— No necesitas saber eso Judy.
— ¡Deja el miedo a un lado! Solo quiero verte feliz Nick, por favor habla conmigo.
— Empieza entonces tu Zanahorias — dejaste de caminar y quedamos de frente — ¿Es cierto lo que todos dicen en el departamento?

¡Dulces galletas con queso! ¿Cómo supo eso?

Y es que me había enamorado de mi amigo, solo pedía una oportunidad. ¡Vamos Hopps, es ahora o nunca!

— ¿Tienes algún problema si es cierto?
— No me respondas con otra pregunta Hopps, solo dime si es verdad.
— ¿A que le temes entonces Nick?

Soltó un suspiro pesado y miro a otro lado. Esa mirada perdida, nunca la había visto en él, era un tanto ¿Nostálgica? ¿Qué dice tu mirada con eso?

— No sé a qué le temes Nick pero...
— Lo siento Hopps, pero no puedo... No aun...

Y esa noche regrese sola a casa, trate de llamarte toda la noche, solo quería una oportunidad de mostrar que realmente la vida tiene un lado bueno. El mundo es tan grande y me tenía que fijar en él, ahora debo parecer una loca... quiero decir él es un zorro y yo una coneja. ¿Qué tengo contra el equilibrio de la naturaleza?

Fue un jueves, el viernes en el trabajo te reportaste enfermo. ¿Me estabas evitando? ¿Tan mala fue mi declaración? Si es que eso es una declaración....

Fui más tarde a tu casa, pero no querías hablar conmigo... o no estabas en casa, prefiero pensar lo segundo, eso me hace sentir extraña.

El sábado llegaste y el jefe Bogo te llamo a su oficina, después de eso estuviste haciendo papeleo toda la tarde, estabas tan cerca de mi... y a la vez tan lejos...

Patrulle sola esa tarde, fue tan aburrido... jamás había sentido un turno de trabajo así de pesado. Al regresar, ya no estabas en la oficina, al parecer saliste en cuanto el papeleo se acabó... Debíamos arreglar esto. ¡Dame una oportunidad!

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— ¡Nick! — Ibas saliendo de la estación, debía arreglar esto — Necesitamos hablar.
— Zanahorias... — de nuevo tenías una mirada triste ¡Deja el dolor a un lado! — no creo que debamos...
— ¡Nicholas Wilde! No quiero seguir de esta forma, lamento lo que dije, solo quiero verte feliz de verdad, quisiera que confiaras más en mí y en ti mismo — de pronto el suelo se volvía interesante de mirar, quería evitar tus ojos.
— Judy...

¿Cuándo comprenderás que no soy igual? ¿Cuándo?

— Lo siento zanahorias, te quiero — ¡¿Qué?! — Pero es solo que...
— Confía en mi Nick, no me atrevería a hacerte algo.
— Lo sé, confió plenamente en ti coneja tonta, es solo que... — dijiste algo más, pero fue tan suave que incluso dudo que tú mismo lo hubieras oído.

—...
— ¡Nick! Ten confianza.
— ¡Que tengo miedo zanahorias! Todas las personas que he amado en este mundo suelen alejarse de mi más pronto de lo que quiero. No quiero que eso pase entre nosotros.

¿Miedo?

¡De eso se trató todo este tiempo!

— ¡Quiero que seas feliz! Ay zorro tonto, nunca te podría herir, deja el temor y confía en tu corazón, sigue tus sueños.
— ¿Ahora eres una galleta de la suerte? — Poco a poco se reducía la distancia entre los dos, hasta que quede entre tus brazos, ambos sonreíamos
— ¡No te defraudaría nunca Nick! — di un brinco para colgarme de tu cuello, sentí tus brazos rodearme correspondiendo el abrazo por lo que pareció el más largo tiempo de mi vida.

Y entonces sucedió... 

Tú me besaste, no quería escapar...olvide todo por ese momento, me deje llevar. ¡Quiero hacerte feliz! Y ahora estaba esta oportunidad de demostrarte mi amor, lo que es de verdad el amor y verte sonreír.

Ese es el Nick del que me enamore.

Su mirada es otra, esa mirada alegre, donde sus ojos brillan y son grandes, verdes... como los tréboles que dan suerte.

Recuerdo ese día, fue un domingo también, un domingo en la noche saliendo de trabajar, jurabas que nunca te enamorarías...

Gracias por confiar en tu corazón y en mí. 


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¡Estoy viva! 

Meh, en realidad no mucho, desvelada por la escuela pero inspirada para terminar esto... ¡Faltan solo dos capitulos! 


Prometo terminarlo pronto. ¡Gracias si es que siguen leyendo esto! Espero sus comentarios de esta historia, algo corta pero... me gusto :) 


¡Chaitoooo! 

La música del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora