Parte única.

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«Pareciera que estás dispuesto a morir por él» canturreó Johnny, mirando con diversión como Mark acomodaba su horrible ropa por quinta vez en un minuto. El canadiense se rió nerviosamente y volvió a acomodar su cabello rubio, aunque no hubiera caso.

Lo que Johnny no entendió nunca, aunque obviamente no se lo diría a su pequeño amigo, es cómo alguien como Lee DongHyuck había ido a fijarse en alguien como Mark Lee. No, no es que el extranjero fuera alguien feo o desagradable. Pero eran ten jodidamente opuestos que pensaba que uno de los dos terminaría explotando.

«Es que no lo conoces, Johns, ¡es DongHyuck! Es el niño más precioso que he conocido en mi vida». Johnny sonriendo, admitiendo que el chiquillo era realmente bonito.

«No lo entiendes, no es bonito. Bueno, sí. Lo es, lo es mucho. Pero no es eso. No es solo bonito.... Físicamente».

Por supuesto, Mark creía que la risa de DongHyuck era encantadora. El hecho de que se riera de los chistes que contaba, esos que hacían que todos enarcaran una ceja, lo hacía mucho más hermoso. Incluso la manera en que frunce su nariz cuando algo le causa mucha gracia.

Obviamente él creía que muchas cosas en él eran encantadoras. Pero un año y medio después de que comenzaron a salir, las cosas que antes lo hacían enternecer, ahora comenzaban a fastidiarle.

«¿Se les murió el amor?» preguntó DongYoung, con esa sonrisa socarrona que Mark quería arrancar de su boca. Porque no, no iba a darle la razón a la bola de idiotas que tenía por amigos que su romance con DongHyuck iba a ser solo eso. Un romance más bajo el cielo de Seúl.

Mark mira su teléfono, recibiendo el enésimo mensaje de su pareja mostrándole no-sé-qué-cosa que le había parecido tierna y rueda los ojos.  DongYoung mira por encima y ríe entre dientes. MinHyung le pega un codazo.

— ¿Por qué no lo mandas al diablo si tanto te molesta? Al fin y al cabo, todos dijimos que nuestro primer amor sería para siempre y no fue así — se encogió de hombros YoonOh.

Mark lo mira, como queriendo recalcar que lo suyo con DongHyuck no es cualquier cosa. Nunca lo ha sido, nunca lo sería. Pero tiene que admitir que le ha fastidiado más de lo que le ha gustado en los últimos tiempos.

— Mira, en vez de hacerle caso a esta manga de fatalistas, ¿por qué no conversas las cosas con él? — propuso Johnny. — Estoy seguro que te entenderá... Aunque tienes que pensar que si no te gusta la forma de ser de una persona, entonces no te gusta la persona.

— A mí siempre me ha fastidiado tu novio — acota Yuta y YoonOh le tira una bolita de servilleta para que se calle.

Mark resopla, su cabello ahora negro se remueve bajo el viento frío que azota la ciudad. No puede ser que no le guste DongHyuck.

Mientras camina a la casa de su pareja, piensa una y mil veces las cosas que antes le gustaban e intenta encontrar el momento preciso en que comenzaron a ser una molestia. Concluye que, quizá DongHyuck le diga que está siendo un estúpido y todo volverá a ser como antes.

Pero Mark sabe que las cosas no serán tan sencillas como eso cuando nota cómo DongHyuck está al borde del llanto por sus palabras. Sabe que no es un tema sencillo, ¿pero podrías dejar de ser un niño por un momento?

DongYoung probablemente tenía razón cuando dijo que no podían estar juntos porque eran demasiado distintos. «Quizá TaeIl con su carácter de abuelo sería la única persona en la tierra capaz de soportar a ese mocoso por más de una hora seguida» y a Mark le fastidió aquello, porque en ese momento lo encontraba encantador.

— Creo que mejor dejamos todo aquí, Hyuck — murmulla, mientras se para, pretendiendo huir. Porque no es como si no le estuviera doliendo hacer aquello.

— ¿Estás seguro que no estás loco? — pregunta DongHyuck y Mark se detiene en medio del pasillo.

Recuerda lo feliz que se sentía cuando iba a buscar a DongHyuck de la escuela y absolutamente todo el mundo veía que el niño más bonito corría hacia él. Por supuesto, él no es alguien a quien le guste mucho el afecto público, pero algo en su interior cantaba al saber que de entre las muchas personas que el menor conocía, lo eligió a él.

«Es que DongHyuck siempre consigue lo que quiere, ¿eh?» dijo RenJun, un día, Mark lo miró sin entender. Pero al chino él no parecía caerle bien.

A JaeNo, otro chino bonito amigo de DongHyuck, tampoco le caía bien. Siempre sonreía, pero cuando Mark aparecía, su rostro se volvía serio. Entonces, mientras siente los pasos de DongHyuck, recuerda una ocasión en la que estaba muy ebrio. O que quizá, no quería recordar.

«¿No lo entiendes? Te odiamos porque eres el estúpido que no fue capaz de darse cuenta que DongHyuck existía hasta que se volvió un raquítico palito y se puso "lindo". Y te lo dejaría pasar si lo conocieras de luego, o si él no hubiera hecho todo eso por ti. Admítelo, sólo eres un imbécil que se aburrirá de él y lo dejará» espetó JiSung, quien con sus quince años tuvo el coraje necesario para darle un empujón que lo tumbó. Recuerda a ChenLe mirándolo con preocupación, pero quizá también lo odiaba lo suficiente como para no ayudarlo y correr detrás de su amigo.

— ¿Por qué estás dejando al chico hermoso aquí? — cuando Mark giró su vista por sobre su hombro, sintió la mano fría de DongHyuck sobre su brazo.

Entonces recuerda que por más que lo invitó miles de veces, DongHyuck nunca aceptó ir a tomar helados con él, aunque sí prefería que fueran a caminar por el parque en su lugar. Él odiaba que nunca aceptara ir a comer con él porque siempre tenía algo mejor que hacer.

También se da cuenta que las millones de veces en las que él se quejaba porque DongHyuck tardaba mil años en alistarse. "Estás peor que una chica" bromeaba, medio en serio y simplemente resoplaba mirando el techo mientras lo esperaba.

Cuando puede ver los ojos de DongHyuck, quiere decirle que no es que se haya fijado en su físico únicamente, que está muy arrepentido de haber sido increíblemente lento para procesar sus sentimientos. Quiere decirle que se fijó en él cuando llegó a Corea del Sur y lo primero que recibió fue un pelotazo y un "¡Lo siento, mala mía!" siseado, esa costumbre tan linda suya que lo hacía parecer un bebé.

Puede que haya tardado mucha tiempo con esa mierda de «no, no soy gay así que no me gusta un chico» y que casi tres años luego haya decidido responderle amistosamente uno de sus saludos.

"¿Crees que no te das cuenta cuando tú pareja se fastidia con tu presencia? Obviamente él ya lo sabe, Minnie. Eso puede volverte loco de angustia, saber que no puedes hacer nada para hacer feliz a quien quieres porque eres tú quien lo hace infeliz. Cuanto más tiempo lo alargues, peor será» le dice TaeIl un día, palmeando su espalda suavecito.

Quiere decirle muchas cosas. Quiere no haber dicho muchas otras.

Pero entonces se da cuenta que las manos de DongHyuck no son frías y que se siente más bien como un metal contra su pecho.

gashina / markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora