Cap 12- Siempre juntos

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Cap 12- Siempre juntos

William:

Después de recibir la más hermosa de las noticias por parte de Natalie y de encontrarme flotando en las nubes, caí de golpe al suelo, al ver la caravana de autos entrando a mi propiedad. Encabezada por Marcos, el ahora cabecilla del clan Grimaldi.

Un temor se apoderó de mí. Temor no de que me la quitara, ya que el amor que existía entre ellos era muy diferente al nuestro. Otra historia sería si el que viniera a la delantera, fuera Leo. Si ese hubiese sido el caso, ya se hubieran abierto las puertas del infierno y llovería plomo, porque por nada del mundo dejaría que se la llevaran. Mi temor consistía más bien en el efecto que su presencia tendría en ella. Si le afectaría en su progreso emocional y volvería a perderse en esa neblina de la cual tanto le costó salir.

— Me enteré que Natalie está aquí — preguntó sin darme oportunidad de salir completamente de mi casa.

— ¿Cómo te enteraste? — contesté con otra pregunta.

— Tengo informantes que me tienen al tanto.

— Pues parece que tus informantes son muy ineficientes...

— ¿La tienes o no? — me interrumpió.

— Si ese fuera el caso ¿Que? — respondí altaneramente.

— Si ése fuera el caso me la llevo conmigo.. — no lo deje terminar cuando ya tenía la boca de mi pistola en su mejilla

— Sobre mi cadáver — bufé furioso.

— Pues que así sea, pero ella se viene con nosotros —Marcos me caía muy bien, siempre le fue leal a Natalie y cuido de ella, pero también fue el mejor amigo de Leo y aunque él ya no estaba entre nosotros, este cabrón se creía con derecho sobre ella. Dijo que iba por ella y eso no lo podía permitir.

Empuñe la mano para darle un golpe. No lo podía matar, Natalie lo quería bien y aunque ahora no lo recordara, me odiaría cuando lo hiciera

Mi mano se detuvo a centímetros de su quijada, al ver la cara de la señora Grimaldi pararse entre los dos.

— Aquí nadie va a matar a nadie. Si de verdad les importa el bienestar de mi nieta, hablarán como dos personas civilizadas. Ella ya ha sufrido demasiado como para que ustedes vengan y se comporten como vestías. Lo que menos necesita en estos momentos es ver qué se maten.

— ¿Señora Grimaldi? — habló Marcos confundido de verla. Él sabía que el que ella estuviera aquí, Natalie estaba bien.

— Muchacho se cuanto te importa mi nieta y deja te digo que ella ya no es la misma Natalie que conociste. Te pido que si no te vas a contener lleves tu fiesta a otro lado, porque aquí no estamos para bailar.

Él agachó la cabeza y asintió tímidamente. La señora Grimaldi aunque era una mujer muy dulce, irradiaba coraje y muchas agallas. Por ahí rondaban muchas historias sobre su pasado y al parecer fue otra Natalie.

Ella nos observó unos segundos y sin decir más nos dejó solos.

— ¿En donde la encontraste? — preguntó ya más calmado Marcos.

— En un instituto mental.

— ¿Por qué nos la has ocultado? Ella no solo es nuestra jefa, sino nuestra amiga y tú..

— La quería proteger... trataron de matarla en el hospital...

— Por lo que sé fue tu madre..y creo aún sigue con su plan, así que tomas cartas en el asunto o lo tendrémos que hacer nosotros— lo observé por unos segundos, aunque me dolía que hablara de ella con tanta altanería tenía razón.

Enseñame a Olvidar II: volver a nacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora