Explosión

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“Jaz, no te preocupes por mí hoy”

Decía en un trozo de papel cortado que estaba sobre la pequeña mesa de luz del cuarto. Sabía de quién era porque la letra era inconfundible para mis ojos.

-Sos vos- escuché una voz que me distrajo de mis pensamientos.

-Soy yo-respondí tomándole la mano a Elena. Sus ojos entreabiertos denotando un gran cansancio y su piel tan pálida languidecieron mi corazón por unos segundos. Nunca la había visto tan vulnerable-¿Cómo te sentís?-pregunté afligida.

-Mal. Pero verte hace que me olvide de eso-esbozó una sonrisa dulce que parecía depositar todas sus fuerzas en ella.

-Va a ser mejor que descanses-sentencié y le di un beso en la frente-te dejo tranquila-me levanté de la silla que estaba al lado de su cama y me dirigí hacia la puerta de la habitación que daba con el pasillos de la clínica.

-Esperá, Jaz. Te quería agradecer-la miré confundida-por estar acá, cuidándome-esas palabras me generaron ternura.

-No hay nada que agradecer. Lo hago porque quiero-nuestros ojos conectaron por un momento y ambas supimos todo iba a estar bien. Salí de la habitación y justo por el pasillo pasaba un enfermero.

-Disculpame ¿sabés quién es el doctor que atiende a la paciente de esta habitación?

-Sí, la doctora Gilmer ¿por?

-Quería saber el diagnóstico de ella-me miró con desconfianza.

-Sólo puedo dar esa información a familiares ¿usted es algo de la paciente?-las millones de preguntas que había estado silenciando por días brotaron nuevamente como muertos resucitando…quizá no tan muertos. Tenía que dar una respuesta más o menos interesante para poder saber el diagnóstico.

-Soy la novia-dije susurrando.

-¿Cómo?-haciendo un gesto de que no había oído.

-Que soy la novia-dije más firme. Él me miró con comprensión. Supongo que le dio lástima mi situación. Me pidió que aguardase unos segundos que buscaba la planilla y volvía. Se alejó por el pasillo yendo hacia el lado opuesto de la entrada a los cuartos.

-Hola-escuché a mis espaldas. Me di vuelta y las voces de mi cabeza retumbaron un poco menos dentro mío.

-Flor-su nombre en mis labios era como una aireada de mil sentimientos-¿qué hacés acá?-dije con una gran contradicción. Estaba feliz y, a la vez, asustada de que Flor y Elena estuviesen en el mismo lugar a la misma hora. Y eso era algo que pasaba seguido.

-Si querés me voy-“Dios, ¿qué hago con mi cabeza?”

-No, no. No quise decir eso, sólo me sorprendí por verte acá…

-Quería saber cómo estaba…Elena-dijo y marcó el gesto característico que le corresponde a Elena. No pude evitar sonreír porque, seguramente, su cabeza tampoco esté tranquila-También vine a ver cómo estás vos.
Fue inevitable que mi cara no hiciese una mueca de disconformidad porque no tenía respuesta. Pero, a la vez, mi corazón dio un pequeño vuelco de alegría con sus palabras.

-Acá. Tratando de averiguar el diagnóstico.

-Sí, escuché que se lo pedías hmm al enfermero-obvio que no pasó desapercibido el tic para mí.

-Vi tu nota ¿viniste anoche?- buscando cambiar de tema. Vi en sus ojos todos sus pensamientos y cómo se peleaba con ellos.

-Sí-dijo como un suspiro-quería saber si estabas bien, si necesitaban algo, pero estaban durmiendo así que sólo dejé la nota.-No podía terminar de descifrar bien qué era lo que le estaba pasando. Su cara me decía una cosa, pero esa nota descolocaba por completo lo que yo leía en su rostro. No estaba nerviosa, pero sí indescifrable. Se volvía difícil para mí poder explicarle que lo que pasa con Elena no va a cambiar absolutamente nada de lo que pasa con ella. Igual todavía persistía una gran duda en mí sobre esa nota.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2017 ⏰

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