Me levanto justo antes que el despertador suene. Lo apago para que no haga mucho ruido pero aún así Margarette se remueve en la cama junto a mi. Me dirijo directamente al baño. Me ocupo de mis necesidades esenciales y me meto a la ducha.
15 minutos después estoy en la habitación acomodándome la corbata en el espejo.
-¿desayunarás?- pregunta adormilada.
-No. Tengo que irme ya, porque últimamente ha habido mucho tráfico y no quiero llegar tarde. Tranquila, pasare por un café de camino al trabajo.
-El café no es un desayuno.
Termino de acomodarme la ropa y tomo mi portafolio de la mesa junto a la cama, me inclino para darle un beso de despedida en la mejilla pero se mueve y se lo doy en la boca. Sonríe y me voy.
No puedo catalogar mi matrimonio con Margarette como malo, pero si como no muy bueno. Hemos tenidos altibajos pero siento que ella me quiere como cuando nos comprometimos. No estoy seguro de poder decir lo mismo de mi.
¿La quiero? Si.
¿La amo? No estoy seguro.
Evitamos pelear y eso es la razón por la cual continuamos juntos. Me considero como un hombre sencillo de entender y ella es paciente así que los problemas los resolvemos mucho más fácil que otras parejas. Además, contando el tiempo que estamos ocupados con nuestros empleos ayuda a que nos veamos menos. Convivimos menos, discutimos menos.
Enciendo el auto y comienza A horse with no name. La canto por lo bajo al conducir por mi vecindario. La estación de radio sigue con su programación y me sumo en mis pensamientos.
Los trabajos. Las tareas. Mi casa. Mi esposa. Mis deudas. Ella.
¿Que hago pensando de nuevo en la hija de mi amigo? Si no fuera mayor de edad ya me repudiaría a mí mismo como a un pedofilo. O sea, no pienso en esa forma sobre ella. Solo la tengo en mente mucho más seguido que de lo que me gustaría.
Es bonita, nada más. También me hace añorar mis años de juventud. Supongo que con el tiempo la veré como a una hija, pero por lo mientras necesito controlar mis pensamientos.
Al llegar al campus me molesta que este esperando tener clase con Colette y me justificó diciendo que es por ser buena alumna, lo que no es mentira pero tampoco es la total verdad.
Reviso mi horario en el teléfono y me irrito aún más al notar que no tengo ninguna hora con su grupo.
Ya será mañana. Y continuó aturdido pero más tranquilo mi día de trabajo.Al cuarto apara las dos mi teléfono vibra. Me levanto del escritorio en el que estaba y salgo del salón de clases para atender la llamada de Maggi.
-¿Que sucede?
-Buenas tardes a ti también.
-Lo siento, estoy en clases Maggi.
-Lo se, solo quería decirte que hoy llegare más tarde que lo normal y necesito que le pagues por mi a Laura.
-¿A qué hora se va Laura?
-Ese es el problema. Se va a las 3. ¿Crees que puedas salir temprano de la escuela y alcanzarla en casa?
Suspiro.
-Está bien, haré lo que pueda. Cuídate.
-Gracias amor. Te quiero.
-También yo.
Cuelgo y me pasó la mano por el pelo.
No me gusta pedir permiso para faltar a una clase. Me gusta ser un buen maestro, y no quiero que mis alumnos se atrasen solo para ir a pagarle a mi mucama. Vuelvo a suspirar y entro por mis cosas. Me dirijo rápido a dirección y hablo con Jacky,la vicerrectora.
Como es de suponer está me autoriza salir e incluso me dice que me tome la tarde ya que mi siguientes 2 grupos tienen otras actividades.
Pienso en ir a comer algo por ahí cuando en el estacionamiento alcanzó a ver a Colette. La observó mientras voy al auto y casi voy a invitarla a comer a algún restaurante , pero todo se va al demonio al verla subir al auto de Harry mi estudiante preferido.
Me irrito sin pensarlo.
Manejo sin música y sin buen humor a casa. ¿Pero que hace él con Colette? El simple hecho de ser nueva alumna abre su apetito. Me sorprendería más que no se le acercará, porque no hay alguna que no le interese. Pero lo que me disgusta con ganas es que Colette caiga en su trampa. Es demasiado inteligente como para notar la clase de joven que es, ella no puede acabar con alguien así. No es mal alumno, eso lo acepto, pero todo el campus lo conoce. Sus vicios lo vuelven inestable escolarmente.
Me concentro en llegar lo más rápido posible con Laura para olvidar este asunto, y aceleró por las calles.
3 y cuarto estaciono el vehículo en el porche y busco a Laura en la casa.
-¡Laura!
-Dígame. - aparece por la puerta de la cocina una mujer de edad avanzada, con su pulcro traje azul marino, su pelo blanco en una coleta apretada y limpiándose las manos en el delantal.
Se acerca e intenta tomar mi portafolio.
-No no. Yo lo llevo.
- ¿Necesita algo señor? Su esposa no está en casa y ya tengo lista la comida. ¿Salió más temprano hoy?
-Estoy bien, solo vine a pagarte. Maggi me llamo y no podía alcanzarte y me pidió venir. Creía que no te alcanzaría.
Camino a mi despacho y le firmó el cheque mensual que siempre le damos.
Cuando se lo entregó me toma la mano y con gesto dulce me pregunta
-¿Seguro que está bien?
Me toma desprevenido la pregunta y la forma tan materna en la que me habla.
-¿Como me veo?
- Molesto, quizás.
Suelto un pesado suspiro y me aflojo la corbata.
-Un poco... bueno. - lo pienso- Mucho, la verdad. Unos alumnos me hicieron enojar hoy pero se me pasará. No es nada grave Laura, gracias por preocuparte.
-Siempre me preocupo por ustedes señor. ¿Seguro que no quiere que le sirva algo de comer?
-No, ya es tu hora de salida. Anda, yo puedo solo.
La empujo levemente por la espalda a la sala. Toma su bolso y deja el delantal en la cocina.
-Nos vemos señor, cuídese.
-Adiós Laura, cuídate más.
Ella sale de la casa y me deja a solas.
Termino de quitarme la corbata y subo a mi habitación. Decido recostarme unos momentos pero sin darme cuenta duermo durante un par de horas.-Andrew...
Me mueven.
-Andrew.
-¿Si?- contestó más dormido que despierto.-¿Que pasa?
-Mi amor, te quedaste dormido.
Me recargo en el respaldo de la cama y lanzó un bostezo.
-Lo siento, me sentía cansado.
-Tranquilo. ¿Quieres que te suba algo de comer?
-No, mejor bajo. Vamos.
-Mientras dormías prepare lasaña para cenar. Te daré un pedazo.
Me acaricia el brazo suavemente y bajamos a comer. Miro el reloj de la pared del comedor y me sorprendí por la cantidad de horas que dormí. Son las 6.
-No quise despertarte cuando llegue pero supuse que tendrías hambre.
-Gracias Maggi, huele riquísimo.
Nos sentamos en la mesa para cenar y platicamos un poco.
-¿Tuviste clase con Colette?
- No, hoy no.
Recuerdo lo que me molesto al salir de la escuela y decido comentárselo a mi esposa.
-¿Recuestras a Harry Keaton? Mi alumno el año pasado.
-El chico del problema..
-Él mismo. Lo vi junto con Colette cuando salía. No me parece bien que se frecuenten.
-Esa no es decisión tuya Andrew. Colette está demasiado grande para que te preocupes por ella.
-Lo se, pero no puedo evitar preocuparme. Es como una hija para mi.
Le miento en lo último porque no estoy seguro en como la veo. Pero en definitiva todavía no de esa forma.
-En eso te apoyo. Pero ¿Harry sigue igual? Me refiero ¿No ha cambiado?
-En absoluto. Los profesores hablan al igual que yo, de su mal desempeño. Es inteligente pero el hecho de ser un alcoholico, estafar de esa forma a su padre y llevar una vida tan poco saludable habla muy mal de su persona.
-Que mal. Deberías advertirle algún día a Colette en lo que se está metiendo.
-Lo haré.
Créeme que lo haré .
-¡Oh! ¿Y qué tal si le llevas en un rato un poco de cenar? Estoy segura que le gustará.
Acepto porque quiero verla. Quiero decirle que tenga cuidado con el y explicarle el porqué.
En cuanto termino mi comida manejo al departamento de Colette ansioso por decirle todo lo que traigo en mente.
Prepare un discurso de una hora en mi cabeza. Pros y contras. Más contras que pros.
Llego y me pongo de un humor mucho peor aún. El auto del susodicho se encuentra parado enfrente del duplex y obviamente están juntos. Y solos.
Toco educadamente la puerta pero mi educación está por irse al carajo cuando la persona que menos quiero ver abre la puerta para mi.
-¿Y Colette?
Le digo más seco que el desierto.
-¿Que quiere?- me responde al mismo tono.
-Hablar con ella, no contigo.
-En su habitación. Cambiándose.
Las comisuras de su boca se elevan levemente mostrando una sonrisa sínica. Cuando estoy apunto de entrar por la fuerza y apartarlo, ella se coloca detrás de su espalda y asoma la cabeza despeinada.
No Colette, no tu. No caigas con este patán.
Mi compostura mejora por el bien de Colette y saludo lo mejor que puedo.
-Colette
-Profesor. Pase, hace frío afuera.
Su rostro muestra sorpresa. Supongo que es más por mi cara que por mi presencia. Vaya gesto he de tener. Pero no intento hacer nada por cambiarlo. Quiero que note que estoy totalmente en contra de el sujeto entre nosotros dos.
Harry se hace a un lado para dejarme pasar. Me mira con superioridad y correspondo a sus ojos. Le voy a dejar muy en claro que no me importa que esté aquí. Donde quiera que sea jamás me podrá retar y a cambio intimidarme.
Retira la vista y mira al frente. El duelo termina y le entregó el tupper a Colette.
-Mi esposa lo manda. Es un poco de comida. Espera que te guste.
-Muchas gracias profesor, no debieron molestarse. ¿Quiere tomar te? Siéntese en el sofá, le preparo algo.
-No, gracias por la oferta pero debo irme. Tengo que atender unos asuntos.
-Oh. Claro, no hay problema. Nos vemos mañana.
-Hasta mañana Colette. Señor Keaton, con su permiso.
Cuando salgo estoy más tranquilo. No lo veo, no me molesta.
Hubiera querido quedarme con ella pero mi orgullo me impide respirar el mismo aire que ese sujeto.
De regreso a casa mi humor no es el mejor, me han quedado los restos de un día pesado y de mi furiosa actitud respecto a esa niña. Mi autocontrol nunca ha sido ejemplar, solo basta algo pequeño para cambiar de actitudes y sentimientos como un bipolar.
Margarette lo nota inmediatamente en la atmósfera por lo que prefiere quedarse callada.
¿Y que es lo mejor para desahogar sentimientos?
Mi libido incrementa y hago uso de la gran ventaja que es vivir con una mujer.
Sé que está mal desquitarse con sexo, mucho más cuando no es con la persona involucrada. Pero disfruto un rato de esa agradable sensación durante la mayor parte de la noche.
ESTÁS LEYENDO
Sobre todas las cosas.
Romance¿Tan escandaloso es un romance con diferencias de edades? ¿Porque no pueden aceptar el hecho de que alguien puede amar a una persona que incluso le dobla la edad? ¿O viceversa? ¿Cómo evitar tener sentimientos por alguien que no debes? ¿Acaso esto no...