Cena para dos ❀ SooKai

❀ mimos

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Cuando JongIn observó aquella foto en la red social de uno de sus mejores amigos, sus labios no pudieron evitar abultarse en un puchero. Sus cejas se fruncieron y su corazón se congeló por un instante, porque él no había estado en casa cuando su KyungSoo había ido a descansar.

Se había encontrado atendiendo una cita para una entrevista que había tenido programada desde aproximadamente un mes atrás y a la cual simplemente no podía faltar, y culpaba a su mala suerte de hacerlo tan desgraciado.

JongIn suspiró, entregándole el teléfono al manager, que lo observó a su vez con curiosidad, emberrinchado, casi echándose a patalear en el asiento del automóvil de regreso a casa. Y para colmo de males, el manager le había informado que no, que KyungSoo no podría quedarse a dormir porque tenía que regresar a sus filmaciones, que había pasado por casa para descansar un rato en la tarde y que tomaría más ropa limpia para llevarse.

Esas malditas grabaciones de esa maldita película en la que su hyung actuaría de manera excelente, como casi siempre hacía. ¡Incluso había estado tomando clases de tap! Por supuesto que JongIn sabía que KyungSoo lo haría excelente, nadie esperaba lo contrario.

Pero gracias a que las filmaciones de esa película habían comenzado tarde, la agenda de su hyung se había hecho un completo desastre y él ahora no tenía oportunidad de verlo ni un segundo. Incluso se había ido un par de días al lugar de las filmaciones, sin que nadie se diera cuenta, y no pisó el set en absoluto, sino que esperó a KyungSoo en el pequeño lugar donde se había estado hospedando para pasar las festividades de otoño juntos, como habían prometido desde inicio de año.

JongIn intentaba ser un novio fuerte, intentaba por todos los medios que la ausencia de KyungSoo no le afectara demasiado, se aferraba a las almohadas en las noches para en sus sueños abrazar a KyungSoo y darle miles de besos que no podía darle a él precisamente.

Y ahora que se había presentado la oportunidad de que KyungSoo regresara a Seúl para descansar un poco, era SeHun quien se llevaba toda la atención del actor y no él, por el simple hecho de no estar en casa. Así que sí, JongIn quería ponerse a patalear en ese instante, hacer el peor de los berrinches porque se sentía celoso.

Estaba hirviendo porque SeHun no sólo le había pedido a su hyung que le cocinara algo, pese a que él tenía a JunMyeon para que lo mimara, sino que le había tomado una foto y se la había mandado a su teléfono para burlarse, con algo escrito como "Suerte en tu entrevista, seguro cenaré delicioso".

Y JongIn había enrojecido por completo, queriendo lanzar el teléfono a la pared pero dándose cuenta de que no ganaría nada más que tener que comprar otro nuevo y realmente había sonado la voz de su hyung en la cabeza diciéndole que se controlara.

JongIn lo extrañaba demasiado, y que el mánager le enseñara que SeHun había posteado esa foto en Instagram, haciendo que su maldito fanservice se hiciera un poco más creíble, JongIn refunfuñó, imaginando sus puños sobre la bonita piel del maknae porque no se valía que estuviera jugando tan sucio. JongIn no podía dejarlo pasar.

Cuando llegó al departamento, JongIn se encontró con su cama vacía y lo único que lo reconfortó fue que el aroma de su hyung se había renovado en la almohada donde solía dormir, porque se había dado el tiempo de descansar, después de todo.

KyungSoo de alguna manera olía a flores, olía a él mismo, esa esencia perfecta que JongIn adoraba olisquear en la base de su cuello, mientras sus labios se encargaban de deleitarse con su exquisito sabor de su piel lechosa.