Capítulo 20 •Tarde o Temprano•

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—¿Aquí es donde vives?— Me preguntó el pequeño Martín al pararnos frente a la puerta de la casa.

—Si, es hermoso, ¿verdad?— Él asintió.

Abrí la puerta con mis llaves y entré a la casa junto con Martín, la planta baja estaba vacía, ni siquiera Lucy estaba en la cocina.

Subí las escaleras para comenzar a hacer mis maletas, quería regresar a casa antes de que se volviera oscuro ya que sería peligroso para Martin.

—____, te estaba esperando— Me giré y vi a Leyva en el marco de la puerta —¿Quién es él?— Me preguntó viendo a Martin sentado en la orilla de mi cama.

—Es Martin, mi primo— Contesté.

—Es un gusto pequeño, yo soy Freddy— Tomó asiento a su lado.

—¿Tú también trabajas aquí?

—Martin— Dije con vergüenza —Esta es su casa.

—Oh, lo siento— Soltó un risilla —¿Entonces puedo pedirte algo?

—Claro, qué necesitas.

—¿Podrías dejar que _____ regrese a su casa para cuidarme?

—¿Qué?— Leyva me miró.

—Martín, ¿por qué no vas a dar una vuelta por la casa?— El pequeño asintió y se puso de pie para salir de mi habitación.

—¿Te irás?— Me preguntó Leyva de inmediato.

—Solo será una semana, Martín no tiene con quien quedarse y su mamá esta en la carcel— Hice una mueca.

—¿Y por que no se queda? Creo que estarán mejor aquí ambos.

—No lo sé Leyva, no creo que tus papás vayan a querer que un niño esté aquí.

—Yo los convenceré, pero quédense— Tomó mis manos —Si te vas, te extrañaría.

~•~•~

—¿Crees que los papás de Freddy dejen que me quede?— Me preguntó Martin mientras caminaba de un lado a otro.

—No lo creó— Respondí sincera.

Martín hizo una mueca, sabía que en verdad quería quedarse aquí.

A mí memoria vino el momento de hace rato cuando Leyva tomó mis manos y me dijo que me extrañaría si me iba, sonaba tan sincero que por un momento me lo había creido. Desde hace días, antes de dormir me habian venido pensamientos estupidos a la mente, pensaba que Leyva tenía algo de interes en mí, pero seamos realistas, eso jamás pasaría. Y ni siquiera sabía porque maldita sea me causaba un tipo de desilusión.

Leyva llegó al patio trasero en donde estábamos Martin y yo, sabía que ya tenía una respuesta. Martín rápidamente se acercó a él un poco entusiasmado, esperaba que no lo decepcionara.

—¿Entonces? ¿Me podré quedar?— Preguntó Martín de inmediato.

—Te dije que lo conseguiría— Contestó Leyva mirándome, no pude evitar sonreír.

—¡Gracias Freddy!— Exclamó Martin con entusiasmo —¡Ya se todo lo que quiero hacer en esta casa!

—Mientras no sean travesuras, todo estará bien— Le advirtió Leyva.

—Me portaré muy bien, te lo prometo.

—¿Sabes algo? Yo siempre quise un hermanito, así que me gustaría que hiciéramos muchas cosas juntos estos días que estarás aquí.

—¡Si!— Le dijo Martín feliz, me gustaba verlo así.

—Bien, entonces ve a ponerte tus zapatos, que te llevare a un lugar— Martín salió corriendo en busca de sus zapatos, dejándome sola con Leyva, así que aproveche para acercarme a él.

—Gracias por hacer esto, estás haciendo que Martín se olvide de todo lo que esta pasando con su mamá y no sabes cuanto te lo agradezco— Dije con nostalgia.

—Créeme, tendrá la mejor semana de su vida— Me sonrió.

—En verdad eres un chico increíble Freddy.

—¿Que..que dijiste?— Fruncí el ceño.

—Que eres un chico increíble.

—No, no, me..me dijiste Freddy— Ni siquiera yo me había dado cuenta de que por primera vez lo había llamado por su nombre.

—No es verdad— Dije sin interés.

—Oh si, claro que lo hiciste— Dijo con una sonrisa satisfecha.

—¿Y que si lo dije?— Rodeé mis ojos.

—Tu dijiste que me llamarías Freddy, cuando te agradará.

—Pero no me agradas, asi que quitate esa idea de la cabeza.

—Claro que te agrado, sabía que tarde o temprano pasaría— Su maldita y hermosa sonrisa no la borraba de su rostro, pero no le daría la razón.

—Piensa lo que quieras Leyva— Me miró mal.

—Vamos, vuelve a decirme Freddy, se escuchó tan lindo que lo dijeras..

—¡Ya estoy aquí!— Agradecí tanto que Martín llegara.

—Muy bien pequeño, ¿te parece si vamos al cine?— Le preguntó poniéndose de cuclillas.

—¿Al cine? ¿Que es eso?— Leyva me miró, yo solo levanté mis hombros.

—Bueno es un lugar donde vez películas en una pantalla gigante mientras comes palomitas y muchos dulces— Le explicó brevemente.

—¡Wow si! ¡Vamos al cine!

—¿Vienes ____?— Negué.

—Creo que ya es hora de que ayude a Lucy con las cosas de hoy, vayan ustedes, y por favor cuida mucho a mi primo.

—No te preocupes, estará seguro conmigo.

—No te separes de Fred..Leyva— Leyva soltó una risa ante mis palabras —No me agradas Leyva, entiéndelo— Dije para después entrar a la casa.

Si, si me agradaba, temía que esto pasara, pero ahora no había nada que pudiera hacer para cambiar las cosas que sentía.

Tomé mi celular y escribí un mensaje para mi papá explicándole que me quedaría aquí con Martín, no quería llamarle ya que con el solo hecho de escuchar su voz me daría un tremendo dolor de cabeza.

Entré a la cocina, Lucy estaba lavando los platos sucios, al verme soltó un suspiro de alivió.

—Por dios niña, por poco pensé que ya te habías desaparecido de nuevo dejándome con todo el trabajo.

—Lo siento Lucy, ya no pasara— Me excuse —Deja ahí, yo termino.

—Gracias, debo de ir a hablar con la señora Raquel sobre la fiesta de Freddy.

—¿Cual fiesta?— Pregunté curiosa mientras comenzaba a lavar los platos.

—El cumpleaños de Freddy está cerca y cada año le hacen una gran fiesta, así que tenemos que ir haciendo los preparativos.

—Wow— No me imaginaba la gran fiesta que le harían a su único hijo.

—Por cierto, escuché que un primo tuyo estará viviendo aquí unos días— Asentí.

—Es un niño encantador, tiene siete años.

—¿Y dónde esta? Me encantaría conocerlo.

—Fue con Leyva al cine, estaba muy emocionado, nunca antes ha ido a un cine— Dije.

—Freddy siempre siendo tan lindo.

—Sí— Una inconsciente sonrisa se formo en mis rostro.

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La Venganza | Freddy Leyva |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora