Hospital

533 26 1
                                    

*Lauren Pov*

Maratón 1/4

Dinah se sienta atrás conmigo. Durante todo el camino voy viendo cruzar sus miradas a través del espejo retrovisor. Tengo que volver mi cara hacia la ventana para que no me vean sonreír. No puedo evitarlo. Me fijo que una camioneta tipo Hummer nos sigue de cerca.

—Jeremy, ¿ese es el coche que nos acompaña?

—Así es —dice serio—. Son Cameron y sus hombres.

No volvemos a hablar nada más hasta que llegamos a la puerta del hospital. Estaciona y saca su teléfono.

—Zayn, ya estamos aquí —oigo decir a Jeremy.

Miro hacía la puerta y veo a Zayn salir aún con el teléfono en la oreja. Capta todas las miradas de las mujeres que hay alrededor. Las que están en grupos cuchichean y le señalan. Sé que ha sido reconocido.

—De acuerdo —Jeremy cuelga y Zayn hace lo mismo.

Llega hasta el coche y abre mi puerta.

—Hola, preciosa. ¿Cómo estás? Tienes peor cara —frunce su frente.

—Estoy regular —le digo—. Tengo altibajos. Unos ratos mejor, otros peor.

—Vamos a ver que descubrimos —me ofrece la mano, y con su ayuda bajo del auto.

—Voy contigo, espera —dice Dinah mientras hace intento de bajarse.

—No —dice Zayn rápidamente—. Ya me hago cargo yo, luego que te llame. Tú ve a descansar, debes estar agotada. Muchas gracias por el favor —le guiña un ojo—. Jeremy, ¿puedes llevar a Dinah hasta su casa?

—Sin problema —dice seriamente.

Sonrío de nuevo. Dinah me descubre y hace un gesto para que pare. Zayn cierra la puerta y el auto arranca.

—¿Ha pasado algo? —me pregunta mirando fijamente a la Hummer que va detrás de ellos.

—Mmm, realmente no —le digo mientras caminamos hasta el interior del hospital—. Me pareció haber visto a Camila durante un segundo cuando salimos del hotel. Y Jeremy se alarmó. Pero estoy segura que ha sido producto de mi imaginación. Revisó la zona con Cameron y sus hombres y no encontraron nada. Es imposible que haya podido desaparecer de esa manera —me mira fijamente, pero no dice nada.

Caminamos por varios pasillos, subimos dos o tres escaleras, otro pasillo más. Si tuviera que salir corriendo no encontraría la salida, es como un laberinto. Giramos a la derecha. Más metros de pasillo. Finalmente nos paramos en una sala, y en la puerta pone Doctora Cyrus en letras verdes.

—Siéntate —me dice señalando la silla más cercana.

Se acerca a la puerta y la golpea con los nudillos. Antes de que alguien conteste abre e introduce solo su cabeza dentro de la consulta.

—Miley. Ya estamos aquí —cierra y se sienta conmigo—. No tardará mucho en hacernos pasar, ella estudió conmigo en Francia, estaba sacando su segunda carrera —sonríe—. ¿Has tenido muchas náuseas?

—Más de lo que me gustaría —contesto—. Hoy me encuentro además demasiado cansada.

La puerta se abre y los dos miramos al mismo tiempo. La doctora Cyrus nos sonríe amablemente.

—Hola. Ya pueden pasar —camina hasta su escritorio—. Tomen asiento —señala dos sillas que hay delante de su mesa. Nos sentamos—. ¿Cómo va todo? —me mira.

—No demasiado bien —digo sincera—. No siento mejoría.

—¿Te ha pasado esto más veces?

Don't Say You Love Me  |Terminada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora