unique

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JungKook tosió una vez más, sintiendo el sabor nauseabundo de la sangre aún poblando su boca. La noche había caído hace tiempo, trayendo junto con ella una brisa helada que calmaba levemente el ardor de sus golpes. Su labio se había hinchado, mientras que su párpado izquierdo se sentía pesado, aún así lo mantenía abierto, soportando el dolor.

El pitido del teléfono se repetía incontables veces, desesperándolo más por el otro que por él mismo, que no estaba en una situación muy agradable.
Esperó, una cuarta vez, intentos tras intentos finalmente la llamada fué recibida y su corazón galopó tranquilo por un momento.
ㅡ Hyung ㅡ susurró, avergonzado y perdido. Su boca estaba reseca y lastimada y eso no ayudaba al hecho que las palabras se habían esfumado de su mente. Oyó un suspiro y él se contuvo de morder su labio inferior sólo porque este ya estaba lo suficientemente magullado.
ㅡ Son las cuatro de la madrugada ㅡ Comenzó la voz grave al otro lado, hablando despacio. JungKook notó el sutil sonido de unas sábanas deslizándose y una voz ajena a ellos al otro lado, por lo que apretó su celular con fuerza. ㅡ ¿No tienes que ir a al colegio?

El de cabellos negros se mantuvo en silencio, aún recostado contra la persiana grafiada de ese desconocido local, analizando la voz que llamaba al mayor del otro lado.
El lejano murmullo de los autos resonó entre las aceras desiertas.

ㅡ ¿Tú no tienes que cuidar de tu hermano? ㅡ Soltó, ignorando el desconcierto ajeno, sintiendo la rabia consumir sus entrañas, rasgando su pecho. ㅡ ¿Crees que acostándote por dinero es una manera de cuidarlo?

ㅡ Cierra la boca ㅡ El tono ya lúcido y frio de Taehyung en su respuesta le lastimó mucho más que los golpes que había recibido hace unos minutos. ㅡ Eres el menos indicado para intentar darme un discurso moral, a sabiendas de dónde y con quienes te metes, Jeon. ㅡ Su cuerpo se estremeció, sintiéndose pequeño ante la voz reclamándole de forma tan dura al otro lado.

ㅡ Estoy saliendo, dime la dirección.

🚬

Se hundió bajo la protección de su capucha cuando oyó unos pasos lentos acercándose y, finalmente, parando a su lado. Estaba un tanto avergonzado pero las ganas de ver el rostro de su hyung triunfaron ante el pudor, por lo que en segundos ya había elevado su vista hacia él.
Su cabello rubio estaba algo húmedo y una chaqueta azul cubría sus hombros, mientras que a sus piernas se ceñía un pantalón de cuero negro. JungKook no evitó fruncir su entrecejo al fijar su vista en su cuello, ahora cubierto de chupones además de su característica gargantilla.

Taehyung notó la mirada severa que le era dirigida desde el piso, por lo que colocándose de cuclillas a un lado del menor, se aseguró de golpearlo con fuerza en la frente, con su dedo índice.
JungKook se sorprendió y quejó sonoramente, robándole risitas malvadas por unos segundos, hasta que recordó en que tipo de sector de la ciudad estaban.

ㅡ Entonces... ¿otra vez estás con esas porquerías? ㅡ Comenzó con su interrogatorio una vez despegó de su boca la paleta que su cliente le había regalado, antes de irse de aquél lujoso hotel en donde lo había citado.

JungKook sobaba su frente con las mangas de su sudadera, mirando fijamente el envoltorio arrugado de un chocolate y un preservativo usado junto a sus pies.

ㅡ No... ㅡ susurró, encogiendo su cuerpo aunque fuera tan grande o mas que el de su hyung. ㅡ Bam me contactó la semana pasada pero rechacé todo. Le dije que ya no quería nada de lo que me ofrecieran, que ya no iría a esas reuniones en el callejón...
Taehyung emitió un "hmm" mientras se acomodaba en el suelo, sentándose junto al lejano y cabizbajo JungKook.
ㅡ ¿Y por qué estoy ahora, una madrugada de martes, en el distrito de drogadictos de la ciudad? ㅡ hablaba suavemente, intercalando de lugar a la paleta que había vuelto a su boca.

JungKook llevó su mano a sus cabellos cubiertos por su capucha verde y la estrujó entre sus dedos.
ㅡ No podía dormir... ㅡ El castaño notó su voz rota, por lo que se acercó a el silenciosamente, creando un roce entre sus brazos. ㅡ Tuve las mismas pesadillas que la última vez, las de... mi hermano, de su muerte. Decidí salir a caminar, y como sólo hay un sector de la ciudad que conozco bien, terminé aquí.
Risitas ahora escaparon de sus labios quebrados, pero el mayor supo bien que no había pizca de humor verdadero en ellos. El dolor y sufrimiento se sentían desprenderse de su cuerpo, suplicándole que lo sanara y protegiera.

Taehyung mordió la paleta casi disuelta por completo en su boca, destrozándola en pequeños pedazos que pasaron por su garganta con facilidad.
Él nunca pudo repararse a si mismo en veinte años, ¿cómo podría hacerlo con un niño que vio la muerte desde tan temprana edad?

Su mano izquierda se posó sobre la del menor, que seguía apretando su capucha. Trazó con sus finos dedos la piel rajada del menor, incentivándola a apoyarse nuevamente a sus muslos. Y cuando así lo hizo, la entrelazó con la propia, mientras que con su derecha bajaba la capucha y descubría un rostro pálido y unos ojos brillosos.

ㅡ ¿Quién...te hizo esto? ㅡ Su palma había descendido y ahora acariciaba la tonalidad morada sobre una de sus mejillas, hablándole ya con su tono normal, sin reproche o repudio.
JungKook respiró hondo el cercano aroma de Taehyung, tan dulce y agradable que contrastaba drásticamente sobre el de la basura desparramada en la acera.
Las caricias ajenas continuaban, tanto como en su rostro como en su mano entrelazada a esos finos y delicados dedos.

ㅡ Mientras caminaba choqué con un tipo, al parecer era un amigo de BamBam y justo venía de una "reunión", con un bonito mensaje de su parte El mayor trasladó su mano de la mejilla, a la cabellera ajena, jalándola para que levantase su mirada hasta donde estaba la suya.
Taehyung suspiró cerca de su rostro, causando que su flequillo revoloteara unos segundos; y luego de minutos silenciosos, soltó el agarre de sus manos y botó el palillo de su paleta al concreto.

JungKook entreabrió sus labios en busca de palabras que continuaran con aquella conversación extraña. Necesitaba oír la voz de Taehyung cerca de él, llegando a sus oídos como una balada tranquilizante. Pero no alcanzó a idear nada, ya que sintió la cercanía precipitada de este y su lengua sobre su mejilla herida, lamiéndola tan despacio que sintió como su respiración se cortaba.

Se enderezó, tomando con fuerza el brazo de Taehyung en el momento que sus rostros quedaron a escasos centímetros ㅡ ¿Qué haces?

ㅡ Te curo. ㅡ JungKook iba a protestar ante aquella extraña respuesta, cuando el rubio, sumido en una tranquilidad sensual a sus ojos, unió sus labios lentamente. Fue en ese instante en el que sintió como el dolor de los golpes se esfumaba, centrando así sus sentidos únicamente en la suavidad con la que la boca ajena cubría la suya.

No había terminado de cerrar sus ojos, sintiendo que sería un enorme crimen no apreciar los párpados cerrados de Taehyung y sus preciosas pestañas temblado a cada movimiento. Pero terminó haciéndolo, una vez ambos abrieron sus bocas y sus lenguas se encontraron, desgastándose por fin entre sí. Y jadearon al unísono, porque la sincronía de sus caricias era perfecta y el sabor ajeno era casi más exquisito de lo que se imaginaron.

El mayor había entrelazado sus manos detrás de la nuca del azabache, obligándolo así a que sus cuerpos se juntaran tanto que no existiera espacio alguno. Mientras, JungKook acariciaba sin prisa sus caderas, paseando sus palmas por momentos a su espalda y otras a su trasero.

Pero lamentablemente debieron detenerse, ya que un auto se había estacionado frente a ellos, sorprendiéndolos.
Al verlos a ellos y a la basura esparcida a su alrededor, el hombre mayor que había bajado del auto soltó una exclamación de disgusto.

El anciano les gritó, indignado por tener que ver tal escena cuando él solo quería comenzar su jornada. Aunque JungKook y Taehyung no lograron escucharlo demasiado, ya que habían decidido comenzar a correr de inmediato, soltando risas inevitablemente en el camino. Y una vez a una prudente distancia del local, fueron descendiendo su velocidad hasta terminar caminando dentro de un callejón pequeño.

Taehyung seguía riendo, ahora un tanto ronco por la huida abrupta, mientras JungKook solo le veía con una sonrisa brillante, con su pecho moviéndose junto a su respiración acelerada.
Cuando el silencio llegó a ellos una vez mas aquella madrugada, solo se dedicaron admirarse con los lejanos trazos naranjos del amanecer cubriéndolos. Entonces esta vez fue el menor quien se acercó, acorralando el cuerpo ajeno contra una de las paredes humedad del callejón y uniendo sus bocas una vez más, con el encuentro de sus lenguas desde el comienzo.

JungKook a sus dieciocho años ya había conocido una gran variedad de drogas, desde las industriales hasta las plantas extranjeras que sus "amigos" le proporcionaban; pero hoy, en ese maldito distrito, podía asegurar que su favorita era Kim Taehyung. Su sola presencia le brindaba un éxtasis único, y ahora que por fin daba una probada de él, sabía bien que se convertiría en su eterna adicción.

Aún si es consciente de que las drogas además de otorgarte una felicidad y tranquilidad inigualable, también pueden hacerte caer en una depresión extrema y destrozarte de cualquier forma... Correría el riesgo.

마약 [O.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora