El contesto su teléfono e hizo una señal para que me acercara a escuchar.
-Buenos días hijo. –Era su padre.
-Buenos días Padre. –Nick saludo.
-¿Cómo amaneciste?
-Bien, supongo. ¿Qué te traes? –Pregunto Nick algo curioso.
-Eso mismo te pregunto. –Respondió con un tono burlón. –Esta mañana pase por tu habitación antes de irme.
-No es lo que tú crees. –Intento detenerlo, pues yo estaba escuchando.
-Si, claro. –Dijo incrédulo. –¡Estaba en tu habitación!
-¡Papá! –Grito. –Ella aun esta conmigo. –Susurro al final.
-¡Si ves! Y dices que no te gusta. –Hablo irónicamente.
Colgó abruptamente el teléfono y lo tiro lejos. Extendió su brazo nuevamente y aplique su medicina sin preguntar nada. Él se puso de pie y se dirigió al baño.
Mientras él tomaba una ducha yo observaba atreves de la ventana recordando lo sucedido el día anterior y esta mañana.
-Bien, creo que es hora de irme. –Le dije cuando el salió.
-¿A dónde crees que vas? –Interrumpió Samantha.
-A casa. –Obvie.
-Esta bien. Nos vemos mañana. –Se despidió Samantha.
-Adiós preciosa. Que estés bien. –Dijo Nick mientras me daba un beso en la mejilla.
Salí y me dirigí rápidamente a mi casa. Entre y mis padres se encontraban allí.
-¿En donde estuviste? –Pregunto mi padre antes de que pudiera llegar a mi habitación.
-En casa de unos amigos. –Respondí evadiéndolo.
-¿Y con el permiso de quien? –Intervino mi madre.
-¡¿Ahora si les importa?!
-¿Quién te crees que eres para responderme de esa manera? –Grito mi madre mientras me daba una cachetada. –Estas castigada por una semana. ¿Entendiste?
-¿Con que derecho vienes a castigarme? –Me enfrente a ella.
-Con el derecho de que soy tu madre ¿Entendiste mocosa? ¡Un Mes! –Respondió altanera.
Subí a mi cuarto sin decir una sola palabra. Me encerré allí durante el resto del día y sin pensarlo me quede dormida.
Al otro día me dirigí al colegio como era costumbre. Me acomode en mi lugar al llegar y Nick llego después de mi sentándose junto a mi.
-¿Cómo te termino de ir? –Pregunto interesado.
-Mal. Estoy castigada por un mes. –Conteste aburrida.
-¿Qué? ¿Por qué? –Pregunto algo sorprendido.
-Por contestarle a mi madre y levantarme hacia ella.
-¿Eso quiere decir que no vamos a poder vernos?
Asentí y la maestra instantáneamente llego.
Transcurrió mi tiempo de castigo, y Nick y yo no la pasábamos juntos entre clases, en los descansos y en las horas libres. A medida que el tiempo transcurría nos aferrábamos el uno del otro. En las tardes llegaba, tomaba mi almuerzo y me encerraba en mi cuarto toda la tarde hasta encontraba algo que hacer o simplemente hacia mis deberes escolares.
El ultimo día de mi castigo llegue a casa y al parecer no había rastro de nadie en ella. Subí hacia mi cuarto y escuche mi celular sonar. Un mensaje había llegado.
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El Mundo Externo Y Yo.
Novela JuvenilEsta es mi vida. Sufro de vez en cuando, los chicos me confunden y de un momento a otro BAM todo cambia. A quien antes querías ahora lo odias y los secretos no dejan de existir entre toda esa locura.