Capítulo 25: "Trampa"

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— ¡No me pondré esto, chicas! — Exclamé horrorizada mientras tiraba el mini-vestido color rosa que me trajo Ivone.

— ¡Pero es de mi hermana! ¡Y a ella le llueven los chicos!

— ¡Pero yo no soy tu hermana!

— ¡Pero si te pones esto te verás más atractiva!

— ¡No quiero verme como Obeli! ¡No me la banco!

— ¡Bueno, aguantate!

— ¡Que no me quiero parecer a ella!

— ¡Ella se puso esto solo una vez, después dijo que no le gustó y que no era de su estilo, así que no te parecerás a ella!— gritó Ivone ya harta. Bufé con resignación. Fue tan mala idea pedirle ayuda para que me vista. ¡Claro! Perfectamente le pude pedir más ayuda a Nina o Luna, pero se me tuvo que ocurrir la estúpida idea de llamar a Ivone sabiendo lo terca que es.

Eran apenas las 14:33 de la tarde y las chicas y yo estábamos tratando de ver como podía ir a la cita.

— A ver, a ver, _____. Tú solo cállate y déjame hacer esto a mi— Dijo Ivone, y no me dió tiempo a responder cuando me tiró unas toallas de mi cajonera y me pateó –Literalmente– al baño de mi cuarto para que me bañe. Rodé los ojos dispuesta a hacer lo que ella me dice, digo, supongo que es experta en esto, ¿No? Ivone me dijo que desde hace tiempo Obeli la trata como su asistente de moda, maquillaje y esas cosas, y al parecer, estaba harta de hacerle caso, pero es su especialidad y se apasiona por vestir, maquillar y peinar a las personas. Aunque... Ella no sigue para nada los estereotipos de belleza ni usa ropa a la moda, pero es muy... ¿Experta? Por así decirlo, en esas cosas.

Una vez terminé de bañarme, salí del baño con el mini-vestido que me pasó también Obeli. Fui al espejo de mi cuarto y me miré en el espejo.

— ¡Dios, que asco de ropa!— Grité.

— ¡Qué te calles!— grito Ivone y me tomó del brazo y me sentó frente a mi tocador. — Haré que te veas como toda una princesa— me susurró en el oído y fruncí el ceño.

Lo siguiente que viví, fue un montón de brochas, productos y otro tipos de cosas que llegaban impactando contra mi rostro. Sin embargo, eso no terminó ahí, estuvo como ocho mil horas haciendo noséqué en mi cabello, le tiró spray, lo alisó para luego hacerle unas hondas en el, y después volver a alisarlo y al final hacerme más hondas.
Prácticamente le echó como cien capas de esmalte a mis uñas de mis pies y manos, y la escuché maldecir un montón de veces al abrir mi cajón de zapatos, para al finar irse y volver minutos después con unos tacones... ¡Como de ocho mil centímetros! ¡Uso tacones, sí, pero en mi vida he usado unos tan altos!

En el tiempo que se fue, traté de mirarme en el espejo para ver como iba mi cambio de look, pero le dió ordenes estrictas a las chicas y me prohibieron incluso sacar mi celular para ver mi reflejo en la pantalla.

No sé cuanto tiempo Ivone estuvo jugando conmigo, pero cuando finalmente terminó yo estaba por dormirme.

— ¡Al fin!— gritó orgullosa de su trabajo. Luna y Nina me miraban de arriba hacia abajo sorprendidas o impactadas, como si no fuera yo la que estuviera frente a ellas, aunque bueno, con las mil capas de maquillaje que me pusieron en la cara era de esperarse. — Puedes verte en el espejo— Dijo Ivone sonriendo y mordiéndose el labio satisfecha.

Caminé algo asustada al espejo de mi cuarto. De primera mano, odio este estilo de ropa, odio ponerme tanto maquillaje, odio amarrarme el pelo tan apretadamente hasta sentirlo tirante, odio los vestidos tan cortos, odio el rosa fosforescente, pero por sobretodo odio, pero odio, estos tacones con los que apenas puedo dar más de un paso.

La hermana de Pedro - Matteo y tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora