Renesmee y Alec se encuentran en medio de un amor prohibido. Su relación florece en secreto de todos, pero su felicidad se ve amenazada cuando los Vulturis tienen planes que involucran a Alec. Alec, en un acto desgarrador de amor, decide sacrificars...
—Corin—repitió ella, su tono lleno de veneno—. ¿Así que vuelves con Alec después de todo? ¿Crees que él realmente ha cambiado?
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—No es asunto tuyo, Corin. Esto es entre Alec y yo —le respondí, intentando mantener la calma.
—Sabes, Renesmee, pensé que eras más inteligente que esto. Alec es un Vulturi, y tú... —Corin hizo una pausa, mirándome de arriba abajo con desdén—Tú solo eres una simple híbrida. ¿Qué crees que va a pasar cuando vuelva a necesitar cumplir con sus deberes de Vulturi?
—Alec me ama. Y yo lo amo a él. No necesitas entenderlo ni aprobarlo —le respondí con firmeza.
—Veremos cuánto dura ese amor cuando las cosas se pongan difíciles —dijo Corin, sonriendo con malicia.
Sentí una oleada de frío recorriendo mi columna. Corin siempre había sido una figura sombría en el fondo de mi mente, pero verla ahora, tan cerca y tan peligrosa, hacía que todos mis instintos de supervivencia se activaran.
—¿Qué quieres? —logré decir, tratando de mantener mi voz firme, aunque el miedo amenazaba con quebrarla.
—Tú me quitaste a Alec —escupió las palabras como si fueran veneno.
—No, yo no te lo quité, porque él nunca fue tuyo —dije, tratando de mantener la calma y la razón en mi voz.
—Tú te metiste entre nosotros —me dijo acercándose amenazadoramente, cada paso resonando en mi mente como una cuenta regresiva.
—Corin, yo...
—¡Yo nada! —gritó, su voz reverberando en el espacio—. ¡Tú me quitaste a Alec y por eso lo vas a pagar!
—¿De qué hablas? —pregunté, una mezcla de confusión y miedo en mi voz.
—Por si no lo sabes, tontita, estoy aliada con los rumanos. Ellos quieren el poder, pero yo solo quiero a Alec. Y bueno, de paso nos liberamos de ti. Aunque creo que Stefan tiene mejores planes para ti.
—¿Stefan? —repetí, tratando de entender el alcance de sus palabras.
—Sí, él y Vladímir tienen planes para ti y tu amiguita Jane.
—¿Ellos la tienen? —mi voz se quebró al pensar en Jane, mi amiga, en manos de esos monstruos.
—Sí, y te diré algo, niñita —dijo con una sonrisa siniestra—, Stefan de verdad está obsesionado contigo. Me sorprende, eres una simple híbrida. Y bueno, el estúpido de Vladímir anda loquito por Jane, así que supongo que las dos tienen un buen futuro al lado de ellos —se rio, un sonido que me heló la sangre.
—¡Nunca! Nunca me quedaré con Stefan. ¡Primero muerta!
—Cuidado con lo que dices, Renesmee —dijo sonriendo de manera perturbadora—Puede que se haga realidad. Yo no tengo ningún problema en matarte.
