Capítulo Final: Parte 1

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Exordio

---Kate PDV---


Agitaba mi cabello con vigor, buscando secarlo un poco más rápido.


Se suponía que, en ese  momento, debería estar en la habitación de Math, disfrutando de una gratificante y saciante comida, pero lamentablemente  Mía y Lía recordaron la razón del por qué había vuelto a mi habitación así que me ordenaron ir de vuelta con la excusa de que me "arregle" antes de comer. Como mis quejidos de desaprobación no hicieron efecto, no tuve de otra más que aceptar la orden y regresar a su habitación para ducharme y vestirme.


Gracias al hambre que sentía, no bastó más de quince minutos para volver junto a ellos, diez para ducharme y vestirme, y los otros cinco para encaminarme de regreso.


--No fue tan difícil ¿Verdad?


--Pude haberme ido después de comer-- le respondí a Mía, esperando que se aparte de la puerta para poder entrar.


--Si no lo hubieras hecho, no habríamos podido hacer esto..


Como la puerta se abría hacia dentro, solo hubo necesidad de que Mía lo empujará con su cuerpo para abrirlo por completo, sorprendiéndome al poder ver el interior.


Math, Lía, Jake, el Director Holden y mis padres yacían de pie junto a la pequeña mesita de centro de la sala, la cual tenía encima un hermoso pastel decorado con apetecibles rosas de crema.


Mi asombro terminó cuando un único y unísono "Feliz Cumpleaños" se entonó con alegría, llenándome a la vez de globos y confeti.


De tanta admiración, solo atiné a sonreír antes de correr a los brazos de mis padres.


--No esperaba verlos..


--Nunca nos perderíamos tu cumpleaños-- susurró mi madre con cariño, estrujándome con más fuerza.


Mi padre, en cambio, se alejó, sacando de su bolsillo una pequeña cajita envuelta en papel de regalo.


--¿Qué es?-- cuestioné mirando con curiosidad el obsequio que ya tenía en manos.


--¿Por qué no lo abres y lo averiguas?


Con su respuesta me apresuré a quitar el papel envoltorio y abrí la caja. El interior estaba cubierto por terciopelo y en el centro colgaba un brazalete dorado con pequeñas piezas de un azul intenso incrustadas.


--Es oro adornado con pequeños fragmentos de zafiro-- aclaró mi madre agarrando el regalo para ponérmelo en la muñeca.


Apenas lo aseguró sentí como una ola de paz me envolvía, una calidez tranquilizadora me alcanzaba, y ese hormigueo en mi estomago desaparecía.


Me sentía completamente diferente.


Con un último abrazo les agradecí por el presente y me dirigí al resto de personas que allí se encontraban.


Todos me recibieron con los brazos abiertos, incluso el Director, el único al que no mostré afecto fue a Jake, quien tampoco dió señales de querer acercarse.


Junto a mi madre y Lía, empezamos a cortar y repartir el pastel en partes casi iguales, casi ya que mi madre sólo se encargó de repartir y, tanto Lía como yo, cortábamos bastante mal.


--Se nota que ustedes lo cortaron-- expresó Mía, divertida, al recibir su parte del pastel.


--Mejor no opines hermana porque tú lo haces peor-- la contraatacó Lía con veracidad, logrando sacarle sonoras risas.


--Bueno, eso no podremos comprobarlo hasta dentro de dos meses querida hermanita


--¿Noviembre? ¿Qué sucederá en Noviembre?-- pregunté, sentándome a su lado, al igual que Lía.


Mía esperó a tragar antes de responder.


--Exactamente, el 17 de Noviembre será su cumpleaños y, al igual que tú, también será su última transformación


Un cosquilleo de emoción me recorrió el cuerpo al recordar lo que pronto sucedería, pero, además de alegría, otro sentimiento me invadió, la duda.


Mis padres estaban allí, conmigo, era la oportunidad perfecta para hablar con ellos.


--Mamá, papá ¿Podemos hablar?


--¿Justo ahora hija?-- respondió mi madre, empezando a jugar con su pastel --Estamos con más gente aquí


--Escucha a tu madre hija, talvez después -- le siguió mi padre, igual de nervioso.


Su reacción expresaba de forma clara que ambos ya sabían de lo que iba a hablar, preocupándome un poco.


--Opino lo mismo Kate, además, necesitaba hablar con ellos en este momento-- irrumpió el Director poniéndose de pie para arreglarse su chaqueta --Math ¿Podrías acompañarnos?


--Seguro-- le respondió el recién nombrado imitando sus acciones a la vez que mis padres salian casi corriendo del lugar.


--¿¡Llevará a Math en vez de a mí!?


--Tenemos asuntos importantes que discutir


--¿¡Y los míos no son importantes!?


--Podrás hablar con tus padres después-- se acercó, solo para agarrar con suavidad mis hombros --No dejaré que escapen, tranquila..




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