Capítulo 23

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La cabeza le dolía a horrores.

KyungSoo se despertó totalmente hastiado quitándose el cubrecama con desespero de su cuerpo. Fijó su mirada en el despertador que se encontraba encima de su velador y resopló, eran exactamente las tres y treinta de la madrugada.

Desde hace semanas había comenzado con las molestias, con una migraña que ha ido aumentado, razón por la cual tuvo que medicarse. Todo había empeorado desde que recordó lo que había ocurrido hora antes del fatídico accidente, los recuerdos eran más vividos, los dolores de cabeza se intensificaron, junto con el estrés y la ansiedad. La medicina era lo único que lo mantenía cuerdo pero al parecer ya no estaban haciendo efecto porque hace seis horas había tomado su dosis para dormir tranquilamente y en esos momentos se encontraba más despierto que nunca.

Se levantó de la cama con pesadez mientras se ponía sus pantuflas, busco en el primer cajón de su velador tomando el frasco de medicinas para luego dirigirse al baño. Tomó un pequeño vaso de plástico que se encontraba en una de sus repisas para luego para llenarlo de agua.

Llenó el vaso con agua hasta el tope dejándolo a un lado, el frasco que estaba en su mano se abrió rápidamente con una leve presión para luego encontrar en ella solo una capsula cosa que le hiso resoplar. Dejó el frasco abierto en el lavabo y salió rápidamente del baño seguido de su habitación.

Bajó por las escaleras casi corriendo para luego irse a la cocina donde encontró a su primo bebiendo un vaso de leche. ChanYeol al sentir otra presencia con él dirigió su mirada a la puerta encontrándose con KyungSoo, quién desde lejos parecía muy irritado.

-Te creí dormido. –Comenzó ChanYeol dejando en el lavabo el vaso ya vacío.

-Pues creíste mal, ChanYeol. –Respondió KyungSoo con un tono de voz irritado y se dirigió hasta uno de los cajones de la cocina donde guardaba sus pastillas, pasando por un lado de su primo.

-¿Las pastillas ya no dan efecto?

-¿Tú que crees? –Espetó KyungSoo. –Si hicieran efecto no estuviera levantado a estas horas de la mañana. –KyungSoo siguió buscando el frasco de pastillas en el cajón pero no encontró nada así que se dirigió al segundo.

ChanYeol suspiró ante la respuesta de KyungSoo. Había comenzado con contestaciones irónicas y sarcásticas cada vez que alguien le dirigía la palabra, las ocasiones donde lo veían tranquilo era cuando tomaba esas pastillas que lo dejaban demasiado atontado.

Desde que Yixing le había mencionado que los recuerdos de su primo habían vuelto, al menos lo necesario para saber en qué situación se encontraba, pidió específicamente que no lo presionaran con el tema. Pero KyungSoo no había mencionado nada desde ese día, paraba en su habitación grandes cantidades de tiempo y solo aparecía en el comedor cuando lo llamaban para comer. Sus tíos habían tratado hablar con KyungSoo, cada vez que llamaban, pero este solo ignoraba las llamadas o solo daba respuestas monótonas.

ChanYeol salió de su ensoñación cuando un ruido sorno resonó por toda la cocina, miró a KyungSoo que había sacado un par de cajones tirándolos al suelo de manera brusca mientras buscaba con desesperación.

ChanYeol se encaminó hasta él para tratar de levantarlo pero solo recibió un empujón, que aunque no lo tiró al suelo fue lo suficientemente fuerte como para balancearlo. ChanYeol ahora con más fuerza trató levantarlo del suelo recibiendo la misma acción.

-Demonios, KyungSoo cálmate.

-No están las malditas pastillas. –Susurró KyungSoo mientras seguía buscando en los cajones que ya yacían en el suelo. –Mierda. –KyungSoo resopló y miró a su primo que estaba a un lado de él con el ceño fruncido. –ChanYeol, me puedes dar un frasco nuevo, ya no tengo y este dolor me está irritando. –Señaló su cabeza.

Desde Cero ➵ [Fin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora