LA VERDAD DE LA NOCHE

Me enamoro todas las noches, a cada presentación estelar,

La Luna me mira con esos ojitos y me deshago en la oscuridad,

Ese negro alocado que me rompe el alma como un martillo,

Las noches lóbregas en soledad, el azabache en el pecho.

Sácame las capas Luna, que tengo mil versos aún por soltar,

Que el interior que agarro con los puños es frágil, como tu apariencia,

¿Y si deseo, en esta hora, ser mi esencia de raíz y nada más?

¿O me destrozaran los que no entiendan, lo que puedo llegar a imaginar?

Y es que fiel amiga, soy tantas cosas bajo mi piel cicatrizada,

No sólo el lenguaje vulgar que desata las risas de mis adeptos,

Soy tú y soy el Sol, no sé respirar sin mi dualidad trastornada,

Pero sé andar sin mis pies, sólo por el aire y la pluma aromatizada.

Veo las luces antes del fulgor, el rocío previo a su viaje floral,

Percibo todas las flechas de amor que se disparan miradas tímidas,

Y mi verde ocular salvaje, lo transporta en el interior medio ordenado,

En la tinta arrojo, lo que siento y pienso, sin miedo a decepcionar.

¿Y cómo soy, Luna de noviembre? ¿Genio loco o actor racional?

Que si no vacío el seso entro en una espiral de destrucción implacable,

Que bailan tantas palabras en mí, que me niego a no ilustrar,

Todo lo que brota de mi alma, hermosos vocablos y ternura sin final.

Soy eso amiga, una danza tribal al viento de primavera,

Una canción escrita con los despojos que sueltan las entrañas,

El antónimo a las expectativas de los que se visten de jueces,

Soy ese rock n' roll, soy intervalo cuando agarro las caderas.

Soy la suavidad de las nubes y la dureza de la tempestad,

Aún soy esa niña con miedo al dolor premeditado de otoño,

Voy a soltar mi deseo Luna, a esa brisa que no me abandona,

No te vayas nunca, que tus lágrimas son las mías y sólo me traen verdad.