Capítulo 6

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Eran altas horas de la noche y unos golpe sordo en la sala sobresaltaron a la pequeña Tabitha la cual, curiosa entre el pequeño infarto se levantó y corrió hasta la puerta de su habitación abriéndola levemente para observar a dos hombres que probablemente sean de una mafia, puesto que ahí hay varias, hablar no tan cortésmente con su padre.

- Ya lo sabes, es simple Shigeru. -se tronó los dedos. - Tu pagas y nosotros colaboramos. -el nombrado retrocedió un paso.

- Claro que pagaré. -bufó. 

- Mas te vale, no tenemos por que dudar si arrancarte la garganta o no... -Tabitha hizo una mueca asustada.

- Lo sé, muchas gracias por su visita, chicos... -masculló en cierto tono mientras los hombres se iban. - hijos de puta... -gruñó entre dientes para luego suspirar pesadamente. La pequeña cerró la puerta volviendo a su cama, ella lo sabe, no le irá tan bien a su padre si no paga esa deuda, no sabe de que es pero, parece muy peligroso. Miró por la ventana, era muy tarde y no tenía nada de sueño así que solo se quedó mirando el techo hasta que logró dormirse.

A la mañana siguiente se levantó un poco intranquila, fue hasta donde puntualmente se encontraba el castaño esperándola, el cual al verla enarcó una ceja.

- Hola Tabitha... -se agachó a su altura, esta hizo una leve mueca antes de responder.

- Hola Farlan. -masculló bajando la mirada.

- ¿Sucede algo Taby? -esta rebuscó bien sus palabras antes de responder.

- Es que... ¿Como puedo hacer para defenderme si estoy en peligro? -el castaño frunció el ceño.- E-Es decir... -cerró sus labios ante la mirada de Farlan.

- ¿Quién te quiere hacer daño? -ella negó con la cabeza. - Tabitha dímelo y te ayudaré. -volvió a negar esta vez mirando el suelo.

- N-No es eso, s-simplemente tengo miedo. -este suspiró algo frustrado y colocó una mano en la larga cabellera negra de la niña.

- Está bien, te enseñaré a defenderte. -ella sonrió cálidamente.

- ¡Gracias Farlan! -lo abrazó y este sonrió levemente devolviendo el cariñoso gesto. 

- Venga, es sencillo, en poco tiempo podrás defenderte de cualquiera que quiera hacerte daño. -ella sin separarse lo miró a los ojos.

- ¿Así midan cuatro metros y tengan dos cabezas? -Farlan rió suavemente junto con la pequeña.

- Bueno ahí está difícil. -rascó su nuca. - Tendría que enseñarte a usar armas también... -suspiró levemente mirando el inocente rostro de la pequeña. - Realmente me gustaría cuidarte yo a ti pequeña. -la cargó para mirarla bien a su rostro, esta bufó.

- Pero yo quiero aprender... ¡Tu puedes cuidarme cuando estés conmigo! -le sonrió dulcemente y este suspiró una vez más.

- Está bien Tabitha. -la dejó en el suelo. - ¿Podemos comenzar mañana? Es mejor que no traias vestido para esto. -ella ladeó su rostro.

- ¿Por qué no? -miró su vestido verde claro de tirantes. - Es muy lindo. -Farlan miró a otro lado.

- P-Podrían verse tus... Bragas... -masculló y la cara de la niña se tiñó de rojo.

- ¡Waahg! -se tapó de inmediato inflando sus mejillas. - ¡V-Vale mañana traeré pantalón! -chilló avergonzada, el castaño rió nervioso y acarició el cabello de la niña. 

- Oye Tabitha ¿Quieres leer un libro interesante? -ella abrió su boca emocionada.

- ¡Sí! -Farlan sonrió cogiéndola de la mano y empezando a caminar con ella la cual lo siguió con los ojos cerrados. Sinceramente a Farlan le gustaba la cara de Rivai cuando él estaba con la pequeña, es un poema realmente hace mucho esfuerzo para no reír. De todos modos, el azabache había salido a conseguir su dichoso té negro así que no estaría en la mañana.

Wounds  (Levi Ackerman)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora