CONFUNDIDA

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Lapis caminaba tan tranquila por las calles, "ayudando" a la rubia que por sus necedades de hacer amistad, ahora se encontraba con la posible chica que haría que sus padres se preocuparan por no llegar a casa.

-¿y entonces...como fue que llegaste a esta escuela?-Preguntó Lapis.- no creo que alguien en su sano juicio se meta al infierno por voluntad propia cuando estaba en él paraíso.

-no entendí tu comparación. ¿de que hablas?

-tenias la fortuna de escuela en casa ¿no? ¿que te hizo cambiar a la mierda pública?

-uhm...pues según la terapeuta dijo que me haría bien convivir con alumnos regulares convencionales de la escuela pública.-explicaba divagando un poco.-según el ambiente juvenil y normal del entorno escolar me ayudaría a...-hizo una breve pausa.-con mi problema.

-tu medico es una idiota.-Lapis rió.- ¿un mar de hormonas y preocupación es un buen tratamiento? Pues dejame decirte que lo e tomado y no me a servido.

-¿odias la escuela?

-¿estás en silla de ruedas?

Peridot quedó callada, miró a lapis con algo de molestia y suspiró al darse cuenta que era inútil marcar las arrugas de enojo.

-vamos, no es para que te enojes.-Lapis revolvió torpemente él cabello de su acompañante no sin antes haber dejado caer su mano con algo de fuerza sobre la cabeza de la otra chica.-la respuesta es "si".

-¿eres así de mal llevada con todos?-retiró la mano de Lapis.

-tienes suerte de que te hable. Y recordemos que aun no eres mi amiga. Siglo molesta y por eso te llevaré a perderte a donde sea que esté llendo.

- ¿¡estás loca?! Tengo que regresar a la escuela, van a pasar por mi y si no me ven se...

-no puedes ir a otro lado que no sea a donde yo voy a ir.-dijo Lapis mientras volvía a revolver él cabello de la rubia.

-¡deja de despeinarme!-renegó Peridot volviendo a retirar la mano de Lapis.

-el perro guía no se puede quejar.

-¡no soy un perro guía!

-no, no lo eres. Por que no me estás guiando a ningún lado. Si te pierdo es por que no me estás diciendo a donde ir.

-No, por que ¡no soy tu perro guía!

-tristemente.-detuvo el andar.-bien, te llevaré de nuevo a la escuela. Pero espero que te acuerdes del camino.

-¡si! Si me acuerdo.

Peridot, apresurada y algo nerviosa, fue diciéndole a Lapis para donde ir. Cada calle era un reto, ya que la peliazul ignoraba las suplicas de la rubia de no cruzar la calle cuando claramente se podía escuchar un auto acercarse, pero de milagro, llegaron con bien al colegio.

-bien, fue aburrido nuestro viaje pero fue divertido escuchar como entras en pánico.-volvió a hacer aquella acción que molestaba a la rubia, revolverle el cabello con aquella "sensibilidad" que tanto caracteriza a lapis.- si mañana tenemos hora libre...¿volvemos a dar una vuelta?

Peridot retiró su cara de enfado que traía desde unas cuadras atrás y miró sorprendida a Lapis. ¿había escuchado bien? ¿la chica que odia a medio mundo la había invitado de nuevo a salir?

-¡claro!-respondió Peridot con nervios.-¡Si, si! Me parece perfecto.

-bien...entonces nos vemos en otra ocasión.-Lapis caminó para otro lado, dando pasos lentos a su caminata y por ultimo dando un silbido.

-¡Basta con eso!-reclamó Peridot gritándole a la chica que solo respondió levantando la mano.-pesada.

Peridot esperó a que pasaran por ella, su hermana mayor sería la encargada de tan complicada labor.

-hey nerd.-la voz de su hermana no tardó en llegar a sus espaldas.-¿llevas tiempo afuera?

-si te dijera no me lo creerías.-sonrió con burla.-llegas tarde.

-oh tu sales muy temprano.

-tuvimos horas libres, no será muy seguido.

-aja, para mi que estabas de pinta.

-yo sola, ya sabes Squari. Como yo puedo escurrirme por debajo de una puerta.

Las hermanas regresaron a su casa entre platicas y algunas bromas pesadas, al llegar a su casa, ambas chicas entraron con cautela. Su madre estaba dormida en él sofá y no sería buena idea despertarla sabiendo que tuvo un día pesado en él trabajo, así que ambas se dirigieron a la habitación que ambas comparten.

-¡bien!-Squari se aventó a su cama.- debes estar cansada por tu primer día fuera de casa ¿no.?

-pues...no me creerás si te digo que no estoy cansada.-se dirigió al escritorio de la habitación y encendió el computador.- fue entretenido. Conocí mucha gente.

-¡Ja! Ok, cuentame a detalle ya la odisea de la escuela pública.

-pues...si, hay problemas muy parecidos y peculiares a los de televisión...

-No todo es Campamento, Amor y Pinos, hermanita.

-lo sé y...eso fue lo extraño del colegio.-empezó. a teclear la contraseña para iniciar sesión en su red social.- fue...como la temporada dos, donde Percy observa a los del campamento a detalle para saber quienes serian posibles aliados.

-bla bla bla, ñoñerias de tu serie aburrida. ¡Cuentame de tu colegio! algo interesante-sonrió con picardía.-¿alguien...?

-hermana.-suspiró con pesadez.-¿alguien...se fijaría en la inútil en silla de ruedas?

-no lo digo por eso, me refiero a que si a ti te gustó alguien.

-ya sabes lo que pienso.

-vamos, se que parece imposible pero...no dejes caer tus ánimos. Tarde o temprano algún chico se...le...se va a interesar en ti. Dejando de lado la silla, sabrá que eres alguien muy importante.

-No, nadie.-dejó de lado el computador y presto atención a su hermana.- No existen los príncipes azules, Squari. Y si existen lo mas seguro es que busquen a una princesa que si bien quieren tenga una verruga en la nariz y no una princesa que no pueda correr lejos de su torre.

-demasiados cuentos de hada, hermana.

-realidades crueles, en realidad.-volvió a mirar la pantalla del computador pero ahora sin él animo con el que había iniciado.-es incluso tonto, mi único príncipe...no podría ver si está en realidad enamorado de la pobre parapléjica.
















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⏰ Última actualización: Sep 27, 2018 ⏰

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