Descubriendo cosas

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Caminamos por un extenso valle, puedo ver un gran muro, con arcos de entrada, cada uno a unos 10 metros de otro, entramos por uno de ellos y llegamos al pueblo, veo que un montón casas coloniales, todas tienen dos pisos, algunas tres, banderines de colores cuelgan de un techo a otro, hay muchos faroles por todos lados, el piso es de piedras, son amarillas y redondeadas, oigo música, y personas riendo y hablando, pero las casas me tapan la vista

- Vamos - dice él, señalando un camino a su izquierda

Llegamos a una inmensa plaza, con una fuente a un costado rodeada de niños jugando, hay mucha gente, algunos danzan felices al son de la música, otros tocan los instrumentos, otros simplemente charlan o caminan

Caminamos a un costado, observó muchas tiendas en el piso inferior de las casas, nos acercamos a una de ellas, está tiene fachada alemana y vende dulces

- Hola - dice mi compañero saludando a las chicas del mostrador

Son dos preadolescentes gemelas, pelirrojas, vestidas con camisa blanca manga larga, pantaloncillos verdes con tirantes y zapatillas negras

-¿Que tal chico cómo has estado? - responden ellas al unisono

-Muy bien, les presento a una amiga -dice señalandome

-Un placer conocerte, soy Ana-dice una

-y yo Ada -dice la otra

-Mi nombre es Laylah- respondo

-¿Que te ha parecido el festival?- dice Ana

-¿Verdad que es maravilloso? -dice Ada

-La verdad es que acabo de llegar -digo un tanto apenada

-No te preocupes ya tendrás mucho tiempo para verlo- Y rieron las dos

No entiendo la razón de aquella risa, pero me siento incomoda por lo confundida que estoy, ¿que hacen aquí todas esas personas? ¿llegaron igual que yo, sin saber cómo?

-Bien le seguiré enseñando el lugar a Laylah, adiós chicas- dice mi compañero

-Adiós queridos cuidense -contestan ellas

Continuamos caminando mezclandolos con la multitud

-¿Por que rieron?- pregunto

-Oh, es que aquí no existe el tiempo -responde él con tranquilidad

Miro mi reloj y efectivamente veo la misma hora que ví antes de dormir, cuando estaba en mi cuarto

-¿Qué quieres decir? -digo

-En este mundo no existe el tiempo, no importa cuanto estés aquí, siempre será la misma hora, cuando despiertes te darás cuenta de que en tu hogar solo habrá pasado un minuto - responde

-¿Cuando despierte?¿estoy soñando?

-No exactamente, cuando dormimos, nos transportamos aquí, es como si nuestro cuerpo siguiera durmiendo, y mientras nuestra alma está en este lugar, hasta que despertamos

-¿Eso le sucede a todos?

Él ríe

-Claro que no, solo a unas cuantas personas "elegidas" alrededor del mundo, no importa su edad, género o color

-¿Y que tenemos de especial?

-Solo hay dos requisitos, tener un corazón puro y querer huir de nuestro propio mundo

-Es decir que todos aquí somos personas reales, y si es así todas tenemos un nombre, ¿cual es el tuyo?

-Lo siento, nunca nos presentamos formalmente, soy Noah, vengo de suecia, ¿tu nombre es Laylah, no?

- Si, y vengo de argentina, ¿cómo es posible que hablemos el mismo idioma? 

-Es una de las cualidades de este lugar - dice - Ven

Él empieza a caminar, pero a medida que avanzamos entre la multitud lo pierdo de vista... 








El país de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora