Capítulo 9.

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Ashley sentía su estómago comprimirse, su corazón parecía detenerse un poco en cada paso que daba Rebecca para encontrarse con ellos.

Amaba con toda su alma aquel cabello dorado y con corte de hongo pero decidió que el naranja era su color preferido, la cara de Rebecca dio un cambio total y se sintió intimidada al ver que se veía tan madura y un poco más atrevida.

Le dolía tener que ver como todos se morían por ella, las miradas lascivas de algunos y comentarios grotescos de su hermosa figura, quería golpear a cada uno de ellos por tener una sonrisa tonta en su rostro y sobre todo a aquel chico rubio que se acercó a Rebecca con toda la emoción del mundo, logrando así detener su apresurado paso.

No podía oír su conversación pero por su forma de moverse el chico debía estar diciendo una estupidez, Rebecca esbozo una pequeña sonrisa al ver su intentó por hacerla reír y dirigió su mirada hacia las mesas donde se topó con la mirada de cierta rubia que no podía ocultar los celos que cargaba.

— ¿Quién es el? — Se atrevió a preguntar.

— Luke Sanders. — Daniel casi suelta un suspiro al decir su nombre e instantáneamente frunció el ceño. — Solía besarse con Becky en la salida...

— Cállate, Daniel. — Murmuró Allen.

— Antes de que tu vinieras. — Terminó Daniel con unas inmensas ganas de reírse, la cara de Charlotte era poesía en esos momentos.

— ¿Y que quiere de Rebecca?

— Tranquila, fiera. — Respondió Alexander al verla, parecía sacar humo de su nariz ante tantos bufidos. — Luke es el hijo del director, también funcionado como un soplón personal de el... Cualquier cosa que sea indebida dentro de la institución tiene rendirle cuentas al director como lo son el tinte en el cabello.

Charlotte no necesito escuchar más, Luke se llevaba a Rebecca del brazo para la dirección contraria y Pamela corría atrás de ellos.

— ¿Le harán algo?

— Tal vez le pongan un reporte o la manden a pintarse de nuevo el pelo pero nada grave. — Ashley soltó un suspiro de alivio al oír la información de Alexander.

El almuerzo fue sumamente extraño, jamás había comido con varones y todos prestaban más atención a su comida que al mundo a su alrededor, Charlotte no tenía apetito pero ordenó algo de la cafetería para disimular un poco su decadencia.

Casi al final del almuerzo y cuando estaba por levantar su plato intacto llegó una Pamela agitada hacia ellos.

— ¿Sucede algo? — Preguntó Charlotte al no sentir la presencia de Rebecca junto a ella.

— Rebecca está metida en serios problemas. — Contestó cogiendo un poco de aire con la boca, el trío de chicos se paro inmediatamente a la espera de más información. — Ha golpeado a Luke en la cara justo cuando el director estaba saliendo de la oficina...

Ashley esbozó una pequeña sonrisa, probablemente Luke se lo merecía.

— Luke inventó que Rebecca es su novia para sacarla de ese apuro pero con una condición.

— ¿¡Una condición!? ¡Se cree el rey del mundo o que! — Tapó su boca enseguida, tal vez se exaltó demasiado pero no podía evitar sentir un ligero ardor en su estómago.

— Acompañarlo como su novia oficial en la fiesta de esta noche que dará su hermana. — Soltó Pamela esperando la reacción de todos.

— Bueno, que agradezca que no la expulsaron. — Expresó Allen con cierto desdén ante la situación al parecer se le estaba haciendo tarde por toda esta situación.

— Por eso vengo, me pidió que Charlotte tuviera la última palabra y si deseaba acompañarla.

Oh, dios mío... Rebecca enamorada es toda una estúpida. — Bufó Alexander y Allen golpeó suavemente su brazo para que se mantenera en silencio. — Digo... Lo que decida la reina.

— ¿Yo? ¿Por qué? — No hubo respuesta alguna ante su pregunta, todos la sabían y al parecer Rebecca no era la única estúpida.

Ashley pensó con tranquilidad, sin importarle las miradas fulminantes que le daba Alexander, lo último que quería era dejar a Rebecca sola con ese tal Luke Sanders.

[...]

— No creo que sea posible, Charlotte. — Comentó Zac a través del teléfono, preocupado y angustiado por el motivo de la llamada. — ¿Acaso necesitas que enumere las cosas que tienes pendientes?

— No hace falta, me lo sé de memoria pero en verdad...

— Primero tienes que estar presentable para la fiesta, tienes que practicar el discurso, tienes que convencer a la familia Monteith de renovar con nosotros, antes de dormir tienes que preparan tus maletas para tu viaje con Jacob, es mucha tarea para una chica como tú pero te aseguro que valdrá la pena después. — Interrumpió para tratar de convencer a su jefa, hacerla entrar en razón y que usará un poco su cabeza, Charlotte guardo toda aquella información en su mente, en verdad no le importaba, necesitaba estar junto a Rebecca esa noche.

— Te veo en la salida, trae la mejor ropa informal que tenga en mi armario. — Ordenó con frialdad, la única manera de apresurar a Zac y convencerlo, después de todo todo su padre pagaba su salario por hacerle caso.

— Enamorada eres la más necia del mundo. — Declaró resignado y sin muchas ganas.

Charlotte colgó casi al instante de oírlo, ella no podía estar enamorada de otra persona que no fuera Jacob Hoggard, sabía las consecuencias de ello y no estaba dispuesta a perderlo todo por un capricho.

Tal vez Zac tenía razón, debía alejarse cuanto antes para evitar dañar a Rebecca y no salir dañada ella también pero por el momento había prometido ir a una fiesta de un desconocido para cuidar a la irlandesa.

— He llegado. — El moreno se estacionó lo más rápido posible y abrió la puerta a velocidad luz, Charlotte apartó aquellos pensamientos y subió al automóvil. — Te traje un cajón entero de prendas, no pude elegir entre tantos colores, marcas y tamaños.

— ¿Mi papá te vio?

— Espero que no, aunque tengo cierto temor que la ama de llave me haya visto. — Charlotte asistió y comenzó a buscar entre el cajón el conjunto que necesitaba. — ¿Estás segura de hacerlo? Charly, debes de pensar... Está noche es muy importante para tu padre y el vuelo ha México es a primera hora de la mañana.

— Me estás poniendo nerviosa, Zac. — Confesó Ashley sintiendo un frío correr por su espalda. — No quiero dejar sola a Rebecca con Luke.

— ¿Luke? ¿Quién es el? No, mejor no me lo cuentes... Se nota que quieres matarlo con tus manos, aunque me gustaría saber los detalles.

— No te incumben.

— Bien, eso me pasa por ser tu cómplice en todo. — Sonrió sutilmente viendo por el retrovisor como Ashley tenía una mueca de desagrado en su rostro.

El moreno pensó que sería mejor opción el acompañarla toda la noche hasta que la fiesta expirará.

Rebecca y Ashley juntas eran una combinación letal, ambas eran torpes con miles de emociones en su cuerpo y dispuestas a ser cualquier tontería por una, después de todo eran jóvenes y la noche prometía ser larga.

[perdón por un capítulo tan malo pero prometo que el de mañana tendrá mejor narrativa y una pequeña sorpresa]






Man Killer |CHARLYNCH|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora