Me quedé con ganas.

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Ok esto es mi primer yaoi, estoy temblando. Y estoy viendo memes. Quisiera dejarles memes.

El muchacho de ojos azules se encontraba sentado en la cubierta del navío, no le importaba la fuerte tormenta que se cimbraba sobre este, las grandes gotas que caían se mezclaban con las lágrimas de aquel chico, sus rodillas pegadas a su pecho y sobre estas cruzó los brazos y enterró su cara, hipó durante un rato hasta que se le hizo difícil respirar, y buscó aire.

La tormenta comenzó a empeorar, no le importaba estar a la interperie, nada era peor que un corazón roto. Sintió que alguien se sentaba a su lado, rápidamente ocultó su rostro, si lo veían así probablemente se reirían de él por el resto del mes.

–Walker, si sigues aquí te vas a enfermar.-La voz ronca de Cole sonó reprendiendolo. Jay solo enterró la cara de nuevo.

–¿A quién le importa?-Jay dijo mientras gimoteaba. Cole tomó lugar junto a él, el chico de ropas azules estaba temblando de frío, estaba mojado, era un desastre.

–Jay, por favor.-Cole giró los ojos.-Cuando estés enfermo vas a estar quejandote.-El pelinegro decidió mirarlo, más no se encontró con el rostro pecoso de su amigo.

–Oye, si gustas podemos hablar.-Cole trató de tocarle el hombro, pero el otro chico se alejó.
–No necesito tu compasión.-Dijo mientras ocultaba sus manos y su cara.
El pelinegro decidió quedarse ahí a su lado, lo conocía tan bien para deducir que estaba deprimido.

–Jay, por favor...-Cole dijo tratando de tomar uno de los brazos de su amigo, su intención era asirlo hacia él para verlo a los ojos, sin embargo sólo ganó una mueca de dolor por parte de su amigo.
Finalmente Jay volteó con dolor, Cole tomó de nuevo la muñeca del ojiazul, marcas rojas y cortadas frescas.
–Jay...-Cole no sabía qué decir.
El rostro de Jay perdió el brillo, junto sus manos y le dió la espalda a pelinegro.

–Dejame solo.-Dijo mientras ahogaba un sollozo.

–No pienso dejarte solo.-Cole lo abrazó por detrás, el corazón del castaño comenzó a acelerarse, tan rápido que pensó que se le saldría del pecho.

–Jay, quiero ayudarte, me importas siempre has sido mi mejor amigo, siempre te preocupas por mí, por todos...pero no dejas que se preocupen por ti.-Cole dijo rápidamente, algo en su interior le hacía sentir culpable, su amigo, al que apreciaba tanto se lastimaba, más no sabía exactamente porque.
Jay no sabía qué decir, hace poco había aceptado sus sentimientos por aquel muchacho ninja de la tierra.
–Jay, vamos a limpiarte esas heridas, podrían infectarse, además la tormenta está empeorando.-Jay no había notado esto último, el viento corría con mayor fuerzay las gotas impactaban su cuerpo. Aceptó de mala gana, pero quería que Cole estuviese bien.
El pecoso se disponía a levantarse, pero sintió que su cuerpo era levantado, en efecto Cole lo cargó entre sus fuertes brazos, sintió que sus mejillas comenzaban arder.

–Cole, bájame.–Jay pronunció pero ahogando un grito.

–No, hasta que lleguemos a la habitación del baño.–Cole dijo con firmeza y mejoró el agarre.
Llegaron a la habitación del baño, Cole depositó a su amigo sobre la taza del baño, le pasó una toalla para que se secara. Jay estaba ruborizado, pero quería llorar.

–Limpiemos esas heridas.–Cole dijo forzando una sonrisa, Jay bajó la cabeza, no sabía cómo iba a explicarlas si Cole preguntaba.

Cole tomó agua oxigenada y gasas, Jay tragó, dolería muchísimo. Cole comenzó a limpiar, Jay pegó un grito, pero rápidamente se llevó la otra mano a la boca.

–Lo siento.-se disculpó el pelinegro, Jay asintió y continuo la sesión de limpieza, fueron a la habitación de Jay y Cole le pasó ropa seca para que se cambiara.

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⏰ Última actualización: Nov 20, 2017 ⏰

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