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Nada.

Eso es lo que había en la mente compartida de Dust. Después de tanto tiempo por fin había cedido ante una de las mejores medicinas, el cansancio. Le sorprendía el hecho de poder escuchar los gritos apaciguados por las puertas que los separaban del tal "Horror". Vaya apodito más bonito. A todo lo que escuchaba, ese tipo aún tenía mucha energía, la suficiente para pelear contra si mismo durante al menos unas dos o tres horas más. El ya no, todo le dolía por completo.

A decir verdad le sorprendía todo, el estar loco le permitía ver las cosas más a fondo, de manera más realista y profunda que cualquier otro monstruo o persona. Al igual que recibir el rechazo. Su mirada fija en el techo, de vez en cuando a las paredes ¿Qué diferencia había entre ellas? Todas eran de color blanco puro, lo único que le ayudaba a saber qué cosa era cada una fue la gravedad.

Comenzó a tararear una canción o bueno, una combinación de tantas que había escuchado hace ya mucho tiempo. Sonrió y dejo salir una carcajada, su situación le causaba cierta gracia ¿porque? Ni idea. Sintió sus cuencas arder, tal vez querían salir de nuevo aquellas lagrimas saladas, pero para su mala suerte ya estaba lo suficientemente deshidratado. El mismo no paraba de llamarse «Imbécil», no debió correr, no debió tratar de escapar ya sabiendo que todo sería en vano y que no podría ni cruzar la mitad del psiquiátrico sin perderse entre todo ese laberinto de puertas. Odiaba a Paps por tan estúpido "consejo".

También le confundían demasiados sus múltiples cambios de ánimo, no debía actuar de esa manera o más bien no quería. «Yo no soy alguien malo» pensaba tratando de convencerse ante la inconfundible verdad de la cual estaba mucho más que enterado. Otros vistazos a las paredes, ya estaba asqueado de ellas, quería salir ¡Ver a algo más! Dio un brinco en el suelo al escuchar como abrían con cierta dificultad la ventanilla de la puerta.

— ¿China? –dijo Dust con cierta emoción–

De nuevo el sonido de la ventanilla cerrarse, se retorció en su lugar al sentir el chirriante sonido de la puerta, ¡¿acaso no tenían ni para engrasarla?! Vio de nuevo a los mismos enfermeros que lo habían recibido hace pocos días. Se sentía un poco más aliviado que antes al ver un poco de color frente a sus cuencas. Pero eso sí, le seguían irritando las cuencas de Blue. Pasaría un gran tiempo para por fin acostumbrarse a ellas.

— Hola Dust –dijo blue– ¿Cómo te sientes?

— Igual que siempre –respondió con un hilillo de voz, preocupando a los otros dos–

— Ya estamos aquí, te cuidaremos un poco

Dust no volvió a hablar, solo asintió débilmente dando una pequeña idea de lo que podría estar soportando de dolor ahora mismo. Se apresuraron a alimentarlo, claro que con sus precauciones, pues nunca quitaron la camisa de fuerza, aunque siendo sinceros no lo quitaban por órdenes de otro monstruo. Le hicieron un rápido chequeo, estaba pésimo. Podrían jurar que algunos huesos estaban fracturados por tan fuertes retortijones daba al ser tocado.

 ¿Qué debían hacer? 

You monster [Crust]ǀCrossxDustǀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora