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Fred estuvo un rato despierto jugando al Call of Duty hasta que decidió ver a Leila y se fue a dormir. Esta vez fue el mundo real el que lentamente desapareció, y al desaparecer, el mundo del sueño apareció exactamente de la misma manera en la que desapareció el mundo real. Cuando el cambio terminó, Fred pudo moverse libremente. Pasaron diez minutos hasta que Leila apareció junto a él lentamente. Ambos se vieron, Fred vio que estaba en el suelo así que decidió ayudarla. Le extendió la mano para que ella la agarrara y el lo levantara, y así pasó. Sus bocas quedaron a centímetros de distancia, sonrieron y se besaron, fue un beso apasionado y romántico, pero Fred quiso dar un paso más allá y temerosamente incluyó a la lengua en el beso. Entonces ambos se emocionaron mucho y al separarse, Fred dijo:-Te amo. Leila sonrió y respondió:-Igual yo. Entonces ambos sonrieron a la vez y se volvieron a besar.

Pasó el rato y se quedaron hablando de cosas sin relevancia, como de gatos o de la contaminación mundial.
Leila mencionó el blog web que ambos habían olvidado en medio del beso.
-Por supuesto. Dime como se llama. Le dijo Fred.
Leila respondió:-El blog se llama leip... En ese momento, Fred sintió que su cara se humedecía y se restregaba las manos en la cara pero estaba seca, escuchaba un sonido como de lengueteo que sobrepasaba la voz de Leila, entonces le dijo que no despertara aunque ni el mismo pudo escucharse, después despertó y encontró a su perro lamiéndole toda la cara, Fred lo apartó.-Dorland, maldito perro.
¿Por qué elegí un rottwailer? ¿Por que no un chihuahua? Maldición. Se apartó al perro de la cara y se levantó.–Maldito rottwailer. Dijo frustrado. Empezó a pensar que estaba destinado a no encontrar nada. Ni ver nunca a Leila. Aceptó de una vez que ella no era real que moriría solo y sin Leila. Pues que así sea. Pensó.

Estaba al borde, sentía la brisa en su cara.
Veía el piso nueve pisos más abajo. Suspendió un pie en el aire. Sonrió y suspendió el otro. Empezó a caer muy rápido y cada vez estaba más cerca del suelo, antes de tocarlo sonrió, cerró los ojos y sintió un fuerte e insoportable dolor, solo por un segundo, luego, no sentía nada, no veía nada, no oía nada... No vivía

Igual Que Un SueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora