La violinista: Una historia del Fantasma de la Ópera.

Prólogo

"Cuando el misterio es demasiado importante, es imposible desobedecer"

Antoine de Saint-Exupéry

No sé cuando fue el momento exacto en el que caí presa entre sus garras, envuelta en sus alas, atraída en el misterio que se oculta tras la máscara...

Lo único que sé con exactitud, es el lugar donde me encuentro parada en este momento. Estoy rodeada por butacas, palcos, un escenario y alguien detrás del telón esperando ansioso por ver quien era la ingenua que firmó el trato con su propia sangre, quien sería la siguiente persona en entregarle su mente, su talento, su vida, quien era la siguiente en prestar su rostro.

Las esculturas de mármol se habían convertido en mudos testigos de la tragedia que acababa de acontecer, solo ellos sabrían la razón por la que un cuerpo inerte, estaba vencido y derrotado en aquel piso de mármol donde tanta gente había caído de una manera igual o peor antes que él.

Y yo... consiente de que mi pasión por la música era más fuerte que la racionalidad de una persona normal, marchaba con paso firme y decido a darlo todo sin importar el espanto o la confirmación de todas mis malas sospechas sobre el genio, sobre el maestro. El violín escarlata estaba entre mis manos, brillando, susurrando que si quería vivir de su sonido por siempre tenía que pagar el alto precio, hacérselo pagar a todos los que me rodeaban en realidad, desde mis compañeros de viaje hasta mis padres, ellos, aunque culpables quizás, perderían de un momento a otro la única hija que les sobraba, volverían a padecer el mismo dolor otra vez y no me importaba, esta vez era mi turno para demostrar la madera de la que estaba hecha, el talento que poseía y que su voz prometía perfeccionarlo.

Su voz... tan dulce, armoniosa, envolvente.... su sonido logró opacar todo lo demás, evitando interferencia entre nuestra perfecta comunicación. Era la primera vez que me sentía en paz, en casa, su voz me hacia sentir bienvenida, era como la miel que atrae a las abejas, el era la miel y yo era una miserable abeja que buscaba su grandeza en ella.

Mi pie tocó el último escalón, levanté mi mirada hacia el enorme telón de terciopelo rojo, sonreí levemente , sabiendo que era lo único que me separaba de su mundo. Los latidos de mi corazón eran tan agitados, haciéndome pensar que quería salir de pecho para descansar en sus manos.

—Da la vuelta mi ángel, observa la gloria que te espera—.

Hice lo que su voz me indicó en un susurro. En las butacas que antes estaban vacías, había ahora un publico de pie ovacionando lo que divisaba como la silueta de una mujer con un violín entre las manos. Miré a lo lejos, mis antiguos amigos y compañeros de viaje estaban ahí también, pero sus rostros lucían demacrados, tristes.

Vacilé por un momento, preguntándome si estaba bien lo que haría. Medité o al menos esa era mi intención, los aplausos y la voz de el Maestro no me dejaron pensar, ni la risa proveniente del éxito de la joven, de mi propia risa. Era a mí a la que estaban aclamando, me vi y ella a mí, realizó una reverencia antes de marcharse del escenario con el violín escarlata entre sus manos.

Esa visón era mi señal, yo también debía dar media vuelta hacia el gran telón...

—Ven conmigo, ángel de la música,

Yo soy tu ángel de música—

Su voz de nuevo estaba en mi mente... avancé hacia el frente, hacia mi futuro...

—¡Destiny!—. Escuché mi nombre en los labios de un extraño a mis espaldas, cuando giré en intente ver su rostro, desperté.

¡Todo había sido un maldito sueño! Estaba en mi casa, empapada en sudor y con el violín abrazado a mi cuerpo, lo miré intentando pensar de que todo aquello era producto de mis preocupaciones sobre el futuro próximo, de como le iba a decir a mis padres que su hija quería ser músico, de que necesitaba a un maestro, a alguien que me guiará en el camino hacia alguna academia, sin embargo allí estaba... su voz, estaba aún en mi cabeza: El ángel de la música estaba dentro de mi mente.

¿Porque si todo fue una pesadilla, lo seguía escuchando con tanta claridad?