Las palabras del menor resonaron en los oídos del azabache, al instante en que volvió a la realidad, le dijo, desesperado— Dime quién es. —aunque en su mente ya sabía la respuesta, no podría atacar sin asegurarse.
El menor negó con la cabeza y bajó la mirada aún llorando.
— Dímelo. —apretó el agarre que tenía sobre los hombros ajenos— Si no me lo dices no podré hacer nada al respecto.
El menor volvió a negarse.
— Suficiente. —dijo, harto. Arrojándolo de manera algo brusca, provocando que cayera sentado en la silla giratoria— Ese cabrón se excedió esta vez. —volteó en dirección a la puerta.
— ¡Espera, Marshall! ¡No sabes quién es! —intentó detenerle, tomándolo del brazo antes de cruzar el umbral de la salida.
— Claro que lo sé. —gruñó soltándose de su agarre.
— ¡Pero-Pero...! ¡No puedes atacarlo así sin más!
El azabache giró bruscamente, teniendo la teoría de si también le había amenazado con hablar— ¿Por qué no? —soltó fríamente, viéndole a los ojos
El pelirosa tembló ante la mirada del mayor, bajó la cabeza sintiéndose intimidado— P-Porque... si-sin causa probable, tú sólo estarías golpeándolo porque sí.
— ¿Sin causa probable? —repitió, volviendo unos pasos más en su dirección— ¿Crees que lo que te hizo no es suficiente causa? —le tomó de la camisa y zarandeó mientras vociferaba— ¿¡Crees que me quedaré sin hacer nada sabiendo lo que te hizo?!
— T-Tú no sabes lo que él hizo. —habló con un hilo de voz, sosteniendo el brazo del mayor, que ya le elevaba por milímetros del suelo.
— No necesito saberlo para querer partirle el rostro. —murmuró aún iracundo, finalmente soltándole y volteando hacia la salida.
"Le arrancaré los ojos para que no vuelva a querer tocarle, ni desearle, mucho menos dejaré que nadie le lastime." pensaba apretando los puños.Pero antes de que pudiese terminar de recorrer el pasillo, frenó en seco, pensando en lo que acababa pensar y anteriormente decir al pelirosa.
"No dejaré que nadie le lastime" resonó en su propia mente. Lo que acababa de decirle antes de irse a querer linchar al culpable no era una manera muy diferente de lastimar.
Se remordió la conciencia de la culpa, debía consolarle, no apuntar la mira hacia el culpable.
La ira le había cegado.
Y no era su primera vez.
Volteó rápidamente para volver a área, al entrar el pelirosa seguía donde le había dejado, de pie en medio de la habitación. Continuaba llorando y tiritando, al verle entrar sus temblores se hicieron más notables y se limpió las lágrimas con la manga de la camisa.
— Perdón. —murmuró Marshall mientras se acercaba rápidamente para abrazarle.
Luego del contacto, y aún entre sus brazos, el sollozo del menor se hizo más audible. Aferrándose al azabache como si fuese lo único que tuviese en el mundo.
Habiendo pasado varios minutos, y con el pelirosa más calmado, Marshall besó suavemente la frente de su novio y habló— Calmémonos ¿si?
Vio como el menor esbozaba una pequeña sonrisa, y curiosamente le pareció sumamente hermoso, incluso más de lo usual. Porque sabía perfectamente lo difícil que era sonreír sintiéndose derrotado, y que esa clase de sonrisas, era las que más debía de apreciar.
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Entre Papeles y Café (Gumshall/AU)
FanfictionSi lo que buscas es una historia de amor adolescente y descontrolado, estas en el lugar equivocado. Porque aunque cada uno ha tenido su propia historia sin contar, esto es diferente. No son amigos de infancia ni tampoco amores pasajeros, sólo es alg...