Capítulo 1

168 15 0
                                    


Él miraba atentamente el televisor mientras hacia muecas extrañas.

–¡Esto es absurdo! –se quejó.

Simplemente reí. Era demasiado malo en los videojuegos aunque no quisiera aceptarlo.

–Erick, te dije mil veces que tienes que tomar el otro atajo –reclamé.

–No –se cruzó de brazos–. Odio los juegos de Mario. Siempre tengo que obedecer sus estúpidas reglas. ¿Porqué no puede ser como yo quiero? Bah, esto es absurdo.

Presione el botón con más fuerza y al final logre llegar a la meta. Erick me miro nada sorprendido, pues sabía que siempre el que se llevaba los premios era yo.

–Por eso son juegos, Erick –río–. Y son para disfrutarse, no para quejarse.

–Da igual –se encogió de hombros–. Se está haciendo algo tarde. ¿Te importa si me quedo?

Lo observe por un rato pero al final termine por dar un leve movimiento de cabeza en señal de un 'si'. La verdad me daba igual, y mama no tendría problema en eso, puesto que adoraba a Erick como si fuese su propio hijo.

–Bien, gracias –se recostó sobre la cama y sacó su móvil del bolsillo.

–¿Ya no quieres jugar? –pregunte a lo que él negó.

Las cosas habían cambiado demasiado estos últimos meses. Erick se volvió más frío, y dejamos de ser los chicos divertidos que éramos en un principio. Pero supongo que eso era parte de la madurez y de las compañías. Él no tenía buenos amigos, un par de idiotas nada saludables.

–¿Podrías dejar el móvil un segundo?

Estaba enfadado. Si que lo estaba.

No podía simplemente venir después de casi dos semanas y comportarse de esta manera, como si fuese su casa. No se lo permitiría.

–Ay Joel –rodó los ojos–. Andas de muy mal humor el día de hoy.

–Sólo... –solté un suspiro–. Olvídalo, son cosas mías.

No tenía caso discutir pues sabía que terminaría perdiendo. Erick siempre sabía que decir y era un experto en las palabras hirientes.

Apague la consola con algo de enojo. No sabía cuanto más estaría aguantando los cambios de humor de mi amigo. Yo era demasiado paciente. Pero como todos, tengo mis límites.

Me senté en el suelo y recargue mi barbilla sobre mis piernas. Simplemente observando un punto fijo en la habitación, sin muchas ganas de tener una plática con el ojiverde.

–Uno... Dos... Tres... –conté los números en silencio. Tal vez eso sonaba divertido, por lo menos a mi me hacia algo de gracia.

–Lo único que vas a provocar es tener un grave dolor de garganta –lo escuche decir.

Mire de reojo la cama, dándome cuenta que había dejado el móvil de lado y ahora estaba sentado, observándome.

–¿Y? –dije sin interés.

–Sólo te avisaba –comento de igual forma.

¿Sería capaz de soportar toda una noche con Erick? No lo creo.

Junte mis manos y di pequeñas palmadas como si estuviese dando aplausos.

–Joel –murmuró.

Gire un poco para poder observarlo mejor.

–¿Qué pasa? –él me miro y cerró un poco sus ojos.

–Estas extraño –comento–. ¿Pasa algo? ¿Te enojaste con tu madre o...?

–¡No! –lo pare rápidamente–. Todo esta bien. Sólo estoy un poco cansado es todo. La escuela suele ser muy pesada.

Él asintió no muy confiado.

–Pero tu eres todo un nerd. ¿Cómo es pesada para ti?

–Por eso mismo. Al ser un 'nerd' como tu me llamas –ruedo los ojos–. Tengo la responsabilidad de cumplir con todas las tareas. T-O-D-A-S, Erick.

–Comprendo... –susurró.

Hizo una mueca y observo sus zapatos. Creo que fui algo grosero, pero no tanto como él.

–Lo siento –me disculpé–. Yo sólo necesito descansar un poco.

–Creo que mejor me voy –se levanto de la cama y tomo su chaqueta. Pero al pasar por mi lado lo tome del brazo deteniéndolo.

–No –lo mire–. Quédate.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 17, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Fools |JoerickWhere stories live. Discover now