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Doyoung corrió aterrado hacia un lado cuando sintió una mano gruesa rosarle el muslo, se detuvo antes de toparse de lleno con el pecho plano de una chica y le sonrio con pena cuando esta le miro divertida.

Parecía que todos ahí se burlaban de Doyoung, era como si de alguna forma absurda ellos supieran el motivo de su estadía en ese lugar tan concurrido al que nunca de los nuncas creyó llegar a ir porque 1. Odiaba los bares con tanta gente y 2. Se suponía que era heterosexual, o de eso había tratado de convencerse la mayor parte del tiempo durante toda su adolescencia y parte de su vida como adulto joven pero Doyoung aún no caía en cuenta de que realmente no le gustaran las chicas, era como el final de una película del que no te querías convencer aun cuando los créditos ya estaban apareciendo en la pantalla, bueno, Doyoung era el tipo de persona que tenía la vaga esperanza de que luego de ese centenar de letras hubiera otra toma donde el final sería completamente distinto al recién mostrado, en palabras simples, Doyoung esperaba que luego de estar en ese bar gay su heterosexualidad-inexistente para todos menos el- siguiera intacta.

Y es que aunque Yuta siempre lo dijera poco tenía que ver el hecho de que jamás hubiera besado a alguien, es decir, Doyoung realmente estaba esperando a la persona especial, su persona especial, esa que al mirar por primera vez le hiciera sentir fallecer, le removiera las mariposas en el estómago y le hiciera sentirse como un bobo, pero un bobo feliz y entonces, tal vez entonces daría por fin su primer beso, independientemente de si era una chica o un chico quien le hiciera sentir todas esas cosas.

Hasta el momento ninguna chica lo había logrado y las pocas veces que se atrevía a divagar entre los hombres que conocía terminaba hecho un ovillo en su cama lamentándose del hecho de que siempre le atrajeran hombres heterosexuales.

Incluso Yuta le había propuesto besarlo, con esa sonrisa de modelo bonito que remarcaba más los suaves que sus labios seguros serian, pero Doyoung se negaba a entregarle la magia de su primer beso a su mejor amigo.

Doyoung recordó entonces que luego de los primeros 10 minutos en el bar no había visto a Yuta por ningún lado y recordó entonces también porque estaba tan asustado, nunca había estado en un lugar así y menos sin Yuta revoloteando a su lado, toda su seguridad estaba en el subsuelo.

Con algo que creyó eran pasos seguros llego hasta la barra a pedir una limonada, estaba seguro que no bebería nada con alcohol. Cuando vivía con sus padres estos siempre le advertían de la gente loca que acostumbraba a drogar muchachitos con las bebidas para luego abusar de ellos y si Doyoung dudaba perder la virginidad de sus labios esa noche mucho menos iba a pensar en perder su otra virginidad.

Espero tranquilo que el bar tender le sirviera y empezó a menear sus pies en el suelo, la barra sin duda era el lugar seguro, lejos de toda esa gente restregando sus cuerpos sudorosos y la forma en que se besaban, el no creía que las manos pudieran tocar aquellos lugares y...

- Yo no pedí esta mierda-dijo alguien a su lado y Doyoung volteo a donde la voz provenía, un chico rubio y bien vestido estaba haciéndole muecas a un vaso con liquido verdoso, a Doyoung le pareció una actitud infantil y soltó una pequeña risa que cuando el rubio volteo le dedico su peor gesto, Doyoung no se inmuto, estaba impuesto a ese tipo de miradas porque era justamente la que recibía de muchos de sus clientes en donde trabajaba como prestamista.

- Creo que es mía- Doyoung se acercó hasta el vaso comprobando que en efecto era su limonada, le dio una rápida mirada al contenido como si con eso pudiera escanear el peligro de algún alucinógeno dentro, y bebió tranquilamente mientras la mirada del rubio seguía sobre su persona.

KissWhere stories live. Discover now