– ¡¿Donde coño está?! Bufo Elvira, revisando los armarios.
– Creo que fue pasear a Jeena – Respondió Isaác mientras iba de un lado a otro esparciendo su tufo a colonia.
– Creía haberte dicho que no le dejaras salir – Le recriminó la esbelta mujer, que salio de él cuarto a zancadas. Él chico puso los ojos en blanco y siguió acicalándose despreocupadamente.Después de buscar por mas de dos horas, Elvira volvió a casa tranquilamente. Encendió la tele y se sentó en su silló . Estuvo sentada ahí hasta las tres de la mañana, que fue cuando apareció su mas que bebido hijo.
– He... yo no... –Pero se vio interrumpido por él demoledor puñetazo que recibe de su madre. La cual se fue a su cuartel después de dejar a su inconsciente hijo en el sillón con botellas de agua en la mesita que lo seguía. Al día siguiente Isaác se despertó con la nariz rota y un "chichón" en la nuca. Supuso que se había peleado la noche a terior. Cogió una de las botellas que estaban en la mesa y fue a su cuarto donde ahora solo había una cama y un armario; en vez de un verde musgo estaba pintada de azúl "guay" como él lo denominaba. Ya no había ni una sola figuara de acción en todo él cuarto, ahora estaba plagada de póster deportivos con mujeres legeras de ropa.Aunque él no echaba nada en falta, A partir de ese día vivió su vida como si nunca hubiera tenido un hermano.
Bueno él y toda su familia y amigos, a excepción de su madre. Que aunque recordaba perfectamente a su "pequeño cazarrecompensas" Nunca dijo nada. Al menos durante ocho años, tres semanas y dos días.
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El padre de las estrellas
FantasyUna historia repleta de aventuras, traiciones y fantasía que sólo brinda dos opciones. Te encanta o lo odias no hay mas.