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         La verdad es que no parecía que Seokjin tuviera pensado hacerle esa pregunta, y sus cejas se alzaron ligeramente de forma inmediata cuando tales palabras atravesaron sus, a veces irritantemente perfectos, labios. Sin embargo, lo gracioso es que Jeongguk ni siquiera le culparía si quisiera retractarse, porque se trataba de una oferta seria. Estaba preparado para mostrar su entereza y formular una expresión que dejara de consistir en abrir los ojos y la boca hasta su mayor tamaño, cuando el propio rostro de Seokjin vuelve a serenarse y procede a repetirle la oración anterior.

          Esta vez, cuando lo dice, siente que es real. Intencional. Como si hubiera pensado sobre el tema, como si ese fuera su objetivo. Y Jeongguk vuelve a tener esa estupefacta emoción propia de las sitcom de principios de los 2000 impresa en la cara.

     –¿Quieres venirte a vivir conmigo?

          Siendo sinceros, si las viejas y muy, muy superiores películas de Cameron Crowe le han enseñado algo a Jin, es que momentos como estos están definidos por una respuesta. "Sí". Y entonces acabarían caminando hacia el atardecer como en uno de esos finales felices de cuento mientras Rusted Root resuena a lo lejos.

     –No –y bien, esta podría ser la escena que tornaría tal destino en un bucle de autodesprecio.

          Joder, Seokjin había visto demasiados largometrajes.

     –No tienes por qué decir que sí –el mayor ríe un poco y, con las mejillas cubiertas de un rosáceo sonrojo a causa de la caliente capa de caramelo que está vertiendo sobre la reciente ronda de brownies más su delantal rosa pálido con un pequeño Bob Esponja sujetando una espátula y un bocadillo que dice "ESTOY LISTO" decorado a mano –cortesía de Jeongguk, de nada; Seokjin luce tan... hogareño. –No te sientas presionado.

         Jeongguk no desvía la mirada.

          No retira los ojos del cuello de Seokjin, el cual es largo y se ve acentuado por los bonitos músculos de su garganta que técnicamente no deberían ser atractivos, pero lo son porque a Seokjin le gusta hacer cosas que no debería. Mira sus anchos hombros y la esbelta escultura que son sus bíceps, y la suave curva en la parte baja de su espalda. A los ligeramente pronunciados hoyuelos de la parte baja de ésta. Había múltiples razones por las que los antojos post-coitales de Seokjin resultaban una mierda, pero una de las principales era la pereza que le daba ponerse cualquier prenda de ropa encima antes de indagar en cualquier sabrosa exquisitez que acabaría preparando para saciarlos.

         Así que aquí está Jeongguk: con sus calzoncillos rojos y su delantal de Primal Rage cocinando brownies junto a su novio portador de ropa interior amarillo pollo a las dos de la mañana. No una situación ideal como para que le preguntara, y mucho menos él mismo considerara, mudarse con él.

          Cuando Seokjin le introduce en la boca un dedo sumergido en caramelo, se remueve. Cierra los labios a su alrededor y lo mantiene en su interior hasta haber chupado hasta la última pizca de chocolate. Entonces Seokjin lo saca.

     –¿Por qué lo preguntas?

          El mayor se encoge de hombros. Vuelve a los brownies, acicalándolos para su inminente destrucción. –Estaba haciendo mi colada el otro día y acabé con la mita de tu ropa.

     –Eso es porque te gusta robarme las sudaderas cuando crees que estoy dormido.

     –Al menos yo intento ser discreto –Seokjin le mira. –La última vez saliste de aquí con los brazos llenos de mis jerseys. Me sonreíste.

     –Ni que te los fueras a poner.

          Al padre de Seokjin se le daban bien los deportes, aunque nunca llegó a eso de ser una leyenda alética en el instituto o universidad. Así que, por supuesto, había hecho que su hijo probara casi todos los ejercicios existentes hasta encontrar algo en lo que destacara. Y Seokjin, consciente de su torpe cuerpo, fracasó casi en todos. Excepto hockey. Y los jerseys de hockey, todos de manga larga y naturalmente sobredimensionados, son los mejores jerseys. Y los jerseys de hockey de Seokjin, además, son la mejor clase de jerseys de hockey.

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