Puesta en marcha del escenario

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Aquí os traigo otro capítulo, os dije que ya no iba a parar hasta que terminase y pudieses quedaros satisfechos leyendo hasta el final.

Este capítulo también va a ser largo e intentaré que todos a partir de ahora sean así, espero que os guste!

***

Tras permanecer un buen rato recordando todos los momentos buenos y malos, los grandes partidos que había jugado y todo lo que había superado hasta llegar allí, me encaminé hacia el internado, dejando atrás aquel pabellón que no sabría si alguna vez volvería a pisarlo.

Paseé por los jardines del internado, y aunque pensaba que me iba a encontrar con bastante gente, para mi sorpresa todo estaba silencioso y vacío y aunque por una parte lo prefería, por otra me gustaría ver a alguien, dejar de sentirme sola.

Volví a ponerme en marcha hacia el internado, tenía que hablar con el director de la escuela a la que asistíamos ya que tendría que abandonar la concentración, sí o sí, hasta mi recuperación, si es que algún día llegaba.

Me dirigí hacia la secretaría de alumnos para preguntar si podría contactar con el director de alguna forma, y aunque la secretaría de hoy se había dejado la simpatía en casa, conseguí una cita con él sin pegarme con ella. La cita era para dentro de media hora por lo que fui a comunicar las buenas nuevas al director del programa, a Kakeru.

Le busqué en su despacho, suponiendo que estaría allí pero solo encontré a Frank, no le había vuelto a ver desde que le eché de la sala antes de que Mario me dijese lo del hombro.

Él levantó la cabeza y se asombró al verme allí, se quedó paralizado sin saber qué hacer, al igual que yo, aunque gracias a todo reaccioné a tiempo, había decidido no huir y eso suponía hacer frente a todo lo que viniese por delante a partir de ahora.

- Siento haberte echado de aquella forma de la sala, pero creía sinceramente que no estabas en condiciones de escucharlo, lo siento.

Me miró de nuevo anonadado, parecía que sus ojos ni siquiera le respondían, saltarían de sus cuencas en cualquier momento.

- No, soy yo el que lo siente, estaba histérico y no fui capaz de controlarme, era lo que tenías que hacer, no te preocupes -bajó de nuevo la cabeza hacia el trabajo que tenía entre manos-. ¿Necesitabas algo más?

Di un par de pasos hasta quedar frente a la mesa en la que Francesco se hallaba y continué.

- Sí, ¿dónde está Kakeru? Necesito hablar con él.

Volvió a levantar la vista de los papeles, algo asombrado por mi pregunta.

- Se encuentra hablando con el director de la escuela por todo lo que ha pasado estos días, no sé cuándo terminarán, ¿es algo en lo que te puedo ayudar yo?

Negué con la cabeza, me di la vuelta y me puse en camino otra vez hacia el edificio de la escuela, concretamente hacia el despacho del director.

La puerta se encontraba cerrada y no se escuchaba nada al otro lado, pero yo sabía que se encontraban allí, por lo tanto, sin llamar ni avisar me entrometí en la reunión.

Todos los presentes se quedaron impactados al verme, probamente era la última persona que pensaban que les interrumpiría la reunión, por ello aproveché aquella confusión para dar más énfasis a mi entrada y me aseguré de mirar bien a la cara a todos los presentes.

No solo se encontraban allí el director y Kakeru, también se encontraba gente de la OMCD, personal del centro, incluso deportistas a nivel mundial. Me quedé impactada al analizar bien la situación, ¿qué hacía todo aquel grupo tan dispar junto y, además, teniendo una reunión clandestina?

¿El deporte lleva al amor? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora