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Jimin es alguien no tan modesto cuando de comida se trata, pero no quiere decir que comerá cualquier cosa ni nada. Es por eso que cuando debe de ir a la aldea en busca de algo, la gente le rechaza o tan solo ignora mientras le dan una amarga mirada.

O bien, unos tratan de tirarse sobre el cuerpo del chico de cabello gris, y este solamente les debe de mandar una mirada de advertencia para que se detengan y así. A Jimin no le gusta mucho venir al pueblo, siente que toda la gente le odia—cosa que es verdad—, y es muy complicado tener recursos, después de todo, él vive en el interior de un bosque, una cabaña que está rodeada de espinas, para que así nadie se atreva a pasar. Las personas que lo intentan, solamente se dañan ellas mismas, él no interfiere, tampoco es que pueda, si después de todo es un tipo guardián en ese lugar.

Y maldición, odia cuidar a gente que le menosprecia a cada segundo o crean solo rumores. Si supieran cuántas veces Jimin les ha protegido de distintos seres y demás, no estarían hablando tantas idioteces. Pero es su trabajo el cuidar a toda esa gente inepta, su madre lo quiso así y le hizo jurar eso. A veces repudia que la mayor prácticamente lo engatusara para proteger a humanos que no valían la pena, pero recuerda que su madre estaba enamorada de un humano, aún así, ella jamás se atrevió a acercarse a él y solamente le quedó ser infeliz con otro brujo. 

Aún cuando la madre de Jimin le dejó, a los trece años solo, sabía que no iba a romper la promesa que le hizo a la mayor. Es pequeño, ni siquiera conoce suficiente sobre la vida, pero sí sobre sus poderes, inclusive, sigue practicando todos los días sin parar, porque al menos quiere llegar a ser alguien en cuestiones mágicas. Incómodo sería que cuando se encontrara a su madre otra vez, que solamente pueda darle vida a flores gastadas y marchitadas, sería el hazme reír. Pero sí lo pensaba, tampoco y no conocía a nadie con magia, solamente a sus padres, y cree que su abuelo, el rostro de aquel anciano es borroso. Así que solamente cuenta a quienes le criaron. 

Sus pasos son rápidos, no desea estar en ese lugar por más tiempo. Ni siquiera quiere estar aquí, pero todo eso sirve para dar un pequeño vistazo a la gente y sabe que todo estaba bien. Suspira, la respiración la tiene un poco agitada, todo porque debe de usar una gran capucha y apenas dejar que le vean su rostro, aunque algunos de esos mechones de color gris se escapan y dejan escapar las dudas de quién es, ya que todos en ese lugar están conscientes del pequeño brujo y alimaña que vive en su bosque y tiene ese característico color de cabello.  

—¿Puede por favor el darme unas naranjas? —habla bajo y mirando el suelo. Siempre debe de demostrar que ellos son superiores a él, aún cuando sea una gran mentira, ya que sí Jimin quisiera, todos en ese podrido lugar estarían ardiendo en llamas—. ¿Señor? 

Antes de que pueda hablar otra vez, un pequeño niño sale de la nada, arrojando una fruta en la espalda del peligris, haciendo que diera unos pasos para adelante y chocara con el puesto de frutas y algunas cayeran. Una grosería se le escapó de sus suaves labios y se dio vuelta para encarar a ese mocoso, en serio, como querría destrozar a cada humano de esas tierras. Él les protegía, cuidaba y hasta cuando una persona estaba demasiado enferma, acudían a Jimin para hacerle sentir mejor. Todo es demasiado injusto, piensa el pequeño brujo mientras trata de ignorar las risas de los más cercanos. Sus iris se colocan de un color azul, está enfadado, solamente desea huir de ahí y sí lo piensa bien, podría hacerlo, por supuesto. 

Toma la fruta que anteriormente se había caído y huye con ella. Para hacer que la gente no le persiga, hace que otras cosas en ese mercado leviten un poco y se impacten en el rostro de los habitantes de esa mugrosa aldea. Se ríe, y es de felicidad. Está tan feliz con saber que de igual manera puede hacer un contra hacía toda esas personas maleducadas. Inclusive, aprovecha de robar otras cosas y un canasto, no planea llevar todo en mano y tener la idea de que con una simple torpeza todo se pierda.

Sorcière 森林: KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora