Prólogo

32 5 16
                                    

  Era una fría y lúgubre noche en Busan ese veintitrés de noviembre, no era ninguna novedad ese tipo de clima, puesto que ya se había pronosticado desde hacía un tiempo, mucho tiempo la verdad, que la temperatura empezaría a bajar debido al invierno. Así que para Jungkook no fue una sorpresa sentir helar su sangre cuando las puertas de aquella vacía tienda se abrieron dejando a la vista pequeños copos de nieve que empezaban a descender desde el cielo oscuro.

Jungkook dio un par de pasos fuera del local, no sin antes arrepentirse de no haber llevado un abrigo más acogedor. El chico miraba a los alrededores intentando encontrar a alguna persona sin embargo, no había nadie, ni una sola alma cerca, o al menos eso pensó por un momento, y Jungkook no culpaba a nadie, pues nadie estaba tan loco como para salir a las once de la noche con un clima como el que en ese momento se presentaba, bueno tal vez solo una persona estaba así de loca.

El chico dobló en una esquina tomando un camino más rápido a su departamento, no obstante un quejido fuerte lo sobresaltó y le hizo dirigir su mirada a un delgado chico que se encontraba tirado en la calle con tan solo una camisa y un pantalón para resguardarse del frío, y no es que Jungkook tuviera un mejor abrigo pero aquel chico se veía bastante mal.

Jungkook se acercó hacia el extraño chico notando su labio roto y como del costado izquierdo de su cabeza un pequeño rastro de sangre se hacía presente. El chico no se veía tan mal físicamente pero Jungkook no era ningún tipo de monstruo como para dejarlo allí muriendo de frío, así que optó por agacharse a la altura del chico y zarandearlo levemente.

—Hey chico, ¿estás bien? —Pregunta estúpida pensó Jungkook al ver como el chico despertaba y le dedicaba una cara de obviedad al escuchar la pregunta, la cual a pesar de verse un poco forzada para lograrla cumplía con su objetivo— No, claro que no lo estás, llamaré a una ambulancia, espera un poco.

—No llames a una ambulancia— Se escuchó por primera vez la voz del extraño chico, era una voz gruesa y algo rasposa— No hagas eso —Repitió el chico al ver como Jungkook no obedecía.

—Tengo que hacerlo, tal vez estés más dañado de lo que aparentas —Dijo Jungkook dispuesto a seguir con la llamada.

—Sino cuelgas esa llamada gritaré y lloraré tan fuerte que te meterás en problemas —Respondió el chico ante lo dicho por Jungkook.

— ¿Te das cuenta de que aquí no hay nadie? Nadie te va a oír.

—Yo veo a unas personas en la esquina, no se ven como personas que dejarían pasar una agresión— Jungkook se dio la vuelta en dirección a la esquina, efectivamente notando como un par de señores caminaban por allí y para ese momento Jungkook se preguntaba dónde estaban esos señores hace unos minutos.

El pelinegro resignado cortó la llamada que no se había efectuado para ver cómo el chico tomaba una posición más cómoda sin levantarse del suelo.

—Supongo que tampoco quieres que llame a la policía —Dijo Jungkook guardando su teléfono en el bolsillo del pantalón, recibiendo un suave "No" por parte del chico —Entonces dime qué quieres, no pienso simplemente dejarte aquí.

—Quiero té con leche —Respondió el chico abriendo los ojos para mirar a Jungkook el cual dejó escapar una pequeña risa al escuchar la respuesta y mientras negaba con la cabeza aún con una sonrisa le tendió una mano al chico para ayudarlo a levantarse.

—Bueno... —Dijo riendo levemente— Tendrá que acompañarme, no sirvo té con leche en la calle —Dijo Jungkook mientras pasaba una de sus manos por la cadera del chico y otra sostenía la mano contraria para caminar más rápido.

Ambos chicos siguieron un corto camino hasta el departamento del pelinegro en donde el mencionado llevó al chico, del cual seguía desconociendo el nombre, hacia su habitación y le entregó una vestimenta más cómoda y caliente sacando al mismo tiempo una para él. Jungkook salió de la habitación dándole espacio al chico para que se cambiara mientras él iba al baño y hacía lo mismo.

—Voy a lavar su ropa —Dejó saber Jungkook al volver a la habitación, mientras tomaba el abrigo del contrario.

—El abrigo no.

—Huele... Bastante mal —Dijo de nuevo intentando de alguna manera convencer al peligris, teniendo muy en cuenta que probablemente terminaría haciendo lo que este quisiera.

—Es mi abrigo —Se limitó a decir este, logrando que con un suspiro Jungkook pusiera de nuevo el abrigo donde estaba.

—Es su abrigo.

Al terminar con la pequeña discución, Jungkook se dirigió a la cocina a preparar una taza de té con leche para el chico de cabellos grisáceos, claramente teñidos. Al cabo de unos minutos tomó la taza lista y se dirigió a la habitación.

—Tengo tu té —Dijo entregando la taza al chico, el cual sin esperar ni un poco dio un gran sorbo al caliente líquido y a los segundos sintiendo como su interior quemaba, regocijándose ante la sensación— ¿Ahora me dirás tu nombre? —Preguntó Jungkook interrumpiendo el preciado momento por el que el chico pasaba.

—Me llamo Taehyung, Kim Taehyung, ¿usted es?

—Jeon Jungkook, un gusto Kim Taehyung, ahora, ¿no te gustaría acabar con este misterio y decirme por qué estabas allí tirado? ¿Contarme un poco más de ti? Algo...—Dijo Jungkook, sin embargo después de pensarlo un poco y de no recibir respuesta volvió a hablar— Aunque debo admitir, por mucho que tu estado se me haga extraño, en este momento toda mi curiosidad está consumida en el por qué de tu tranquilidad, bien podría ser yo un asesino, secuestrador, pervertido... Y la lista continúa.

—Sinceramente Jeon Jungkook mentiría si le dijera que es usted la primera persona que no conozco y me lleva a su casa, pero si está usted tan curioso por mi persona puedo contarle un poco de mi vida, sin embargo, me apena decirle que después de haberlo hecho probablemente querrá echarme de su casa, como mínimo —Respondió Taehyung dejando la taza medio llena en la pequeña mesita al lado de la cama.

—Antes de continuar me alegraría que se sintiera en más confianza para hablar informalmente, a pesar de lo dicho antes no soy nada de lo que mencioné— Dijo Jungkook recibiendo un asentimiento por parte de Taehyung, lo cual le dio la satisfacción suficiente para seguir hablando— Aclarado eso me gustaría saber, ¿por qué piensa que querría echarlo?

—Porque soy una mala persona —Respondió el de cabello gris.

— ¿Y por qué se dice mala persona? Nunca he conocido a una mala persona.

—Pues ahora sí, he hecho tantas cosas mal a lo largo de mi vida... Aunque dudo que entienda a lo que me refiero.

—¿Quiere hablar de ello? Soy bueno escuchando y analizando —Dijo Jungkook logrando que el contrario riera ligeramente, dejando a la vista una linda sonrisa cuadrada.

—No lo entendería.

—Haga la prueba...

—Debes estar realmente curioso, ¿no es así Jungkook? —Comentó entre risas— Bien, si tanto quieres saber te lo diré, pero después no me eches la culpa —El chico tomó de nuevo la taza humeante que aguardaba sobre la pequeña mesa y le dio un sorbo pequeño— Creo que podría contarte de mis 6 pecados, aunque eso llevaría demasiado tiempo.

—Taehyung creo que realmente hoy es tu día de suerte, tengo toda la semana libre si hace falta, así que puedes empezar.

—Bien, aunque insisto, después no digas que no te di varias salidas —Dijo Taehyung antes de tomar otro sorbo del té— Creo que puedo empezar ahora —Dejó la taza de lado y se sentó en la cama manteniéndose recostado sobre el respaldar de la cama— A los dos años descubrí que tenía pene, tal vez fue ahí... Tal vez ahí fue la primera vez que descubrí mi ninfomanía, tal vez fue cuando me toqué por primera vez o la primera vez que tuve sexo, no lo sé... Sería imprudente decidir cuándo empezó, pero no estamos aquí para descubrir el comienzo, estamos aquí para ver el desarrollo de mi ninfomanía y eso nos lleva a mi infancia y primer pecado, Jung HoSeok.

NymphomaniacDonde viven las historias. Descúbrelo ahora