HARRY POTTER ¤ OS & PREFERENCES

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¿Cómo se dio cuenta de que estaba enamorado de ti?

Harry:
Fue el día en el que las cosas comenzaron a ponerse difíciles en Hogwarts, lo único que Harry podía pensar era en proteger a sus amigos al igual que a ti. Te pidió más de una vez que te alejaras de él y que volvieras a casa sin razón aparente hasta que un día le gritaste molesta.
-¿Por qué me quieres lejos?- preguntaste alzando la voz de más.
-Tu no lo entiendes- suspiró frustrado.
-¿Y tú sí?- te burlaste, era más que obvio que no sabía cómo actuar al respecto.
-¡No!, ¡es solo que quiero que estés a salvo!- gritó sin retener más lo inevitable. -Estoy enamorado de ti- susurró ya más calmado. -Y no quiero perderte- finalizó para atraerte y abrazarte.

Ron:
Cuando comenzó a sentir celos de un chico de Ravenclaw. Últimamente pasabas más tiempo con aquel misterioso chico y Ronald no podía estar más molesto, te trataba incluso diferente y es que por impulso su enojo salía a flote, todos lo notaron. Tuvo que hablar con su madre, incluso con sus hermanos al respecto, fue vergonzoso pero supo así que estaba completamente enamorado de ti. Un día volviste de la biblioteca y lo encontraste fuera del cuadro de la dama gorda esperándote. Te pidió disculpas por haberse portado de aquella manera y admitió sus sentimientos hacia ti, lo único que pudiste hacer fue sonreírle y decirle que lo correspondías por completo.

Fred:
Fue cuando después de hacerte una broma bastante pesada te encontró en uno de los pasillos solitarios llorando. De inmediato se preocupó y no dudó en tomar asiento junto a ti.
-¿Qué ocurre?- preguntó con aquel toque cálido que muy pocos presencian.
-¡Tú ocurres!- te quejaste. Y es que creías hasta ese momento que él simplemente no estaba interesado en ti mucho menos por la manera en la que te trataba últimamente.
-Escucha, si es por la broma realmente lo lamento- dijo mientras acariciaba tu cabello, si George pudiera verlo de esa manera definitivamente se reiría.
Justo ahí fue cuando supo que le importabas más de lo normal, jamás se había disculpado por una broma, jamás ni siquiera con George, ni siquiera con su propia madre, pero eran cosas que el enamoramiento te hacían cambiar.
Tú no respondiste, simplemente lo abrasaste y se quedaron así por algunos minutos más.

George:
Ocurrió cuando se acercaba el baile, ninguno de los gemelos había teñido dificultades para invitar a una chica, hasta ese año en el que George te miraba por los pasillos y se escondía detrás de Fred.
-Si no le dices irá con alguien más- se burló su hermano.
-Shhh- lo calló y ambos siguieron caminando. Fred no podía comprender por qué se comportaba así hasta que dio con el clavo.
-¿No será que estás enamorado?- rió el pelirrojo.
-¡No!, es solo que me agrada y me pone nervioso su presencia- contestó pero el gemelo simplemente levantó la ceja incrédulo.
Y cada vez que George te miraba por el pasillo no podía evitar pensar en la palabra enamorado hasta que se dio cuenta que efectivamente lo estaba.
Al final de la semana se acercó con pasos temblorosos y te miró.
-¿Quisieras ir al baile conmigo?- preguntó aparentando estar bien.
-Sí, estaría bien- respondiste calmada.
-Que bueno porque mi hermano está enamorado de ti- se burló Fred y salió corriendo para huir del posible golpe de George que se acercaba.

Blaise:
Fue cuando en clases simplemente no podía concentrarte por estar mirándote. Draco, su compañero y mejor amigo, lo había notado ya.
-Deberías pedirle una foto, eso durara más- se burló sin siquiera levantar la vista de su pergamino. Blaise se sonrojó pero aun así no apartó la mirada, ni siquiera la apartó cuando te diste cuenta que a tus espaldas alguien murmuraba y te giraste encontrándote con su intensa mirada.
-Creo que estoy enamorado- admitió contemplándote de frente. Su amigo frunció el entrecejo confundido.
-Bueno, suerte con eso- se encogió de hombros terminando su trabajo.
La clase finalizó y todos abandonaron él aula pero en el pasillo te topaste con aquel chico el cual te dirigió una significativa mirada y dijo -Hola linda- haciéndote sonrojar. El rubio a su lado solo rodó los ojos.