Parte Única

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Kirishima sabía que no estaba bien, el sentimiento en su pecho era algo problemático, tanto para él como para Izuku.

Pero es que el corazón se le estrujaba cada vez que veía los desplantes de su amigo rubio a aquel que lo llamaba "amigo de la infancia".

E incluso se sentía mal al contemplar el rostro del pequeño pecoso, que era tan brillante con aquellas lágrimas, que deslumbraba con su tristeza, así como todo lo que hacía en el magnífico hecho de existir.

Porque para Kirishima, la existencia de Izuku era un regalo, para él, era algo hermoso que merecía ser valorado.

Por ello, con el corazón en la mano, en esos momentos buscaba reconfortarlo. Tal vez su mano no era tan cálida, tal vez su tacto no era tan suave, tal vez eso ni si quiera era lo que el dueño de sus sueños necesitaba... Pero quería dárselo.

Kirishima quería darle a Izuku todo de él, no importaba si lo aceptaba o no.

Así que con la sonrisa más dulce que puede darle, con el temor de su rechazo y la vergüenza de sus actos, palmeaba los cabellos que deseaba acariciar cada día y giraba el rostro escondiendo el color rojo en sus mejillas, a pesar que se expandiera de manera incontrolable por sus orejas y su cuello. Aunque se perdiera la reacción de ese dulce rostro tan sincero.

Entonces un tirón en su ropa le obliga a regresar su mirada y ve la linda mata de cabellos verduscos que intentan esconder el tono arrebolado de las mejillas de un pequeño ángel que musita con timidez.

H-Hey... Quédate, por favor.

Y sin poder controlarlo, un estallido de emociones parece desbordarse por sus ojos en la mirada sorprendida que le dedica a Izuku y él puede notarlo.

Izuku puede sentir el amor en la mirada de Kirishima, aunque le avergüence saberse tan amado en un solo vistazo de aquellos brillantes ojos cálidos, del mismo color de los de Katsuki, pero a la vez, tan diferentes que le da la sensación de ser un color que nunca en su vida vio.

Entonces lo acepta. Izuku acepta sentirse amado y aunque no esté seguro si será capaz de corresponder del toda la calidez del pelirrojo, se deja empapar por el brillo de la filosa sonrisa para no dejar que Kirishima se ahogue con sus sentimientos.

Entonces, ¿qué te parece si vamos a comer?

Un dedo limpia la tristeza que ensucia sus mejillas y después toca sus pecas.

A cambio, una mano entera toma su antebrazo y comienzan a caminar, lado a lado, como si en realidad, ese hubiera sido siempre su lugar.

Me parece buena idea.

Pero nadie se da cuenta y no importa.

Porque es algo sólo entre ellos. Porque no necesitan gritárselo al mundo para que sea real.

Así que Kirishima, sintiéndose en una nebulosa de emoción, sólo es consciente que Izuku ha deslizado su mano desde su antebrazo para tomar su mano y cree que si su quirk fuera como el de Bakugou, la calle donde estaban ya hubiera explotado, pero sólo aguanta la respiración hasta que duele y puede sonreír con normalidad para guiar a Izuku con él.

Parece ser nada, pero esa caminata es el inicio del camino que recorrerán tomando sus manos.

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Y más meloso no pudo quedar, joder XD

Espero que les haya gustado!

Tomando sus manosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora