CAPÍTULO 2
Pasó el día sin más hechos y llegó la tarde. Ellas ya estaban impacientes en la puerta, pero él no apareció. Se fueron las dos a casa, enfadadas, pero se vengarían, lo sabían.
Pasó la semana sin más preocupaciones, hasta que llegó otra vez el lunes. Las dos chicas repitieron la acción de bajar de nuevo, pero ésta vez, también salió el profesor.
- A ver chicas, esto de que vengáis cada vez que os venga en gana no quiere decir que podáis, ¿Lo habéis entendido? - Dijo él, enfadado por la actitud de aquellas dos alumnas.
- Lo sentimos mucho señor...
- Vidal.
- ¡Ah… de acuerdo! Señor Vidal - Respondió Paula con un tono despreocupado y sincero.
- Pues que no vuelva a pasar.
Y se fue como había venido dejándolos solos otra vez.
- ¡Pero a ti qué te pasa! ¡Nos lo prometiste, y nos dejaste tiradas en la calle como si nada! - Dijeron casi las dos a la vez como si fueran sincronizadas.
- Chicas, yo quería avisaros de que él no estaba, se había puesto enfermo y se había ido a casa... y... y...
- No hacen falta excusas Marcos... Mañana sí... Te esperamos.
- De acuerdo no os fallaré.
- ¡Marcos! - Dijo Paula maquinalmente.
Él se volvió - ¿Sí?
- El teléfono... para avisarnos - Y alzó la mirada, como si de un insecto se tratara.
- ¡Ah! Sí... - Inseguro, comenzó a dictarlo.
- A Paula se le ha estropeado por tanto te doy el mío - Le hizo una última mirada acompañada con una sonrisa exagerada, gesto que Paula vio y quiso ignorar.
Bajaron a la calle para tomar el aire, para no aguantar más castigos de los profesores.
Las dos se miraron y sin palabras, sabían cuál sería el tema de conversación de esa hora, el señor Vidal.
Estuvieron más de media hora hablando de él, de cómo vestía, cómo caminaba, su voz, su cabello, la mirada... Pero Paula en su interior había hecho como una pequeña descripción del cuerpo del profesor. Vidal era una persona alta, delgada y elegante. Tenía el pelo gracioso, de un color marrón claro, lo tenía largo hasta que le cubrían casi todo la frente y tenía pequeños rizos por la parte de atrás. Los ojos le impactaron, eran de un verde claro intenso, que parecía que te comía con la mirada; era muy joven, Paula se preguntaba qué edad tendría, y por eso se decidió a investigarlo. De entrada, a ella, no le había parecido nada feo, al contrario, le parecía bien guapo.
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IRE A POR TI
Fiksi RemajaPaula, una chica de 17 años esta a punto de terminar el instituto. Habrá muchos problemas y retos que deberá pasar pero el más importante de ellos es el amor. El destino le juega una mala pasada. Tendrá que superar los nuevas complicaciones y afront...