Capítulo 8: Pesadillas.

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El castaño se separó lentamente del rey, soltó una pequeña risa y se acostó en la cama, miró el techo (el cual era un poco borroso) y sonrió, por fin había podido complacer su deseo, pero no estaba seguro de si ese beso era justo lo que esperaba, fue bueno, pero, ¿Se volvería a repetir?, esperaba que sí, solo así tal vez él podría saber si era amor o solo atracción lo que sentía por su padre.

Lo escuchaba hablarle, la voz de Thomas llegaba a sus oídos muy baja, como si estuviera en otra habitación. Sus ojos comenzaban a pesar entonces los fue cerrando lentamente, aún escuchaba la voz de Thomas y sentía que tocaba su brazo, ¿Una persona sería capaz de venirse solo con el roce de otra sobre su cuerpo?, Dylan lo dudaba, sonrió al escuchar sus pensamientos, eso era completamente absurdo. Dejo de escuchar a Thomas, tal vez ya se había ido, se extrañó de no sentir un beso en su frente, pues el solía hacer eso, vaya, sus pensamientos lo estaban volviendo loco, ¿Por qué no duermo y ya?, se preguntaba Dylan, hasta que sintió los cálidos labios de Thomas sobre los suyos, moviéndose lentamente, escuchó un susurró cuando se separó de sus labios, más su voz no fue capaz de llegar a sus oídos.

Thomas lo había besado esa noche, sus pensamientos se habían esfumado, se movió un poco sobre la cama y se quedó profundamente dormido.

El rey estaba confundido sobre lo que había pasado esa noche, no sabía por qué Dylan lo había besado y mucho menos sabia porque había correspondido a su beso y por qué él lo había besado después. El rey se dirigió a su habitación, su esposa estaba recargada en el respaldo de la cama leyendo un libro, si el rey no se equivocaba era un libro de poesía.

–Mi rey. –murmuró la reina– ¿Su hijo ya ha llegado?

–Si Isabella, Dylan ya llego. –dijo el rey mientras se quitaba los zapatos.

–Oh, y, ¿recibió una reprenda?

–Isabella, eso no es de tu incumbencia.

–Perdón mi rey. –la mujer se levantó de la cama y se paró delante del rey–Aunque no lo crea mi rey, estaba preocupada por su hijo. –el rey la miro a los ojos, pensó que tal vez mentía, pero no hallaba en sus ojos rastro de mentira alguna–Es sumamente peligroso estar en el pueblo a tales horas de la noche, no me imagino que le hubiera pasado al muchacho si no hubiera llegado.

–Tranquila Isa, Dylan está bien. Por suerte un amigo suyo lo trajo al Palacio, yo tampoco sé qué hubiera pasado si su amigo no lo hubiera encontrado y traído.

–Qué bueno que el muchacho este bien. –el rey se levantó de la orilla de la cama y tomo la mano de la reina.

–Ven, creo que es hora de ir a dormir, ya es casi media noche.

–Mi rey, hace tiempo que no estamos juntos.

–Isabella sabes que no estabas emocionalmente bien desde la última vez que lo intentamos.

–Lo se mi rey, y me avergüenzo de ello, pero creo que es momento de intentarlo nuevamente.

–Isa, sabes que no puedes concebir de nuevo.

– ¿Y quién hablo de concebir? –la reina desabrocho su bata negra, dejando a la vista del rey su ropa interior.

El rey mordió su labio, recorrió el cuerpo de la mujer frente a él con su mirada, la tomo del brazo y la beso, la había besado con deseo y la reina no podía estar más feliz pues hace tiempo que no intimidaba con el rey.

El joven O'Brien esa noche se había levantado, no podía dormir, había tenido pesadillas, y aunque esa noche estuviera más borracho que nada, las pesadillas hicieron que se sintiera sobrio. No recordaba la última vez que las había tenido, pero si recordaba que su madre siempre estaba con el cuándo las tenía. Así que el joven decidió ir al cuarto de Thomas, esperaba que estuviera despierto, aunque eso le parecía imposible, pues eran las tres de la madrugada. Toco levemente la puerta, pues no quería despertar a la reina. Nadie abrió la puerta, volvió a tocar y nada, así que decidió girar la perilla lentamente para no hacer ruido y confirmar que efectivamente el rey estaba dormido. Abrió la puerta y no pudo con la sorpresa de que esa noche el rey y la reina habían estado juntos, podía sentir como algo en su interior dolía, tenía ganas de vomitar y no podía continuar viéndolos dormir juntos, Thomas la abrazaba como si su vida dependiera de ello, salió del cuarto y cerro lentamente la puerta. Se dirigió a su cuarto, se recostó en la cama y no sabía cómo reaccionar, quería llorar mas no podía.

"Bastardo Dylan O'Brien." [Dylmas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora