"Bastardo Dylan O'Brien." [Dylmas]

Capítulo 9: Bienvenida a la Élite.

Terminando el desayuno, al cual Dylan no tardó en acudir, Thomas le ordeno a Samuel llevar a Dylan al pueblo, recoger a sus amigos y regresar inmediatamente. El rey no podía darse el lujo de que Dylan nuevamente se perdiera en el pueblo. Tenía que estar ahí antes de las dos de la tarde y el rey solo esperaba que por única vez Dylan obedeciera sus órdenes.

El viaje al pueblo fue tranquilo, Dylan estuvo todo ese tiempo pensando en que iba a ser de su vida amorosa, él no quería casarse con una bella princesa, el solamente por muy extraño que sonara quería estar con Thomas, o bueno, por lo menos ¿podía elegir a un hombre? No es que las mujeres fueran de su desagrado, pero los hombres siempre llamaron su atención, un hombre es más fuerte, independiente, gracioso mientras que las mujeres son más correctas, perfectas, tranquilas, y él no quería pasar su vida con alguien que solo dependiera de él.

Una vez que llegaron al pueblo, Samuel acompañó a Dylan en toda su travesía, lo cual era un poco molesto para Dylan. Primero fueron a casa de Aris, toco la puerta y el pálido chico abrió, al ver a Dylan no pudo evitar abrazarlo.

– ¿Qué haces aquí Dylan?

–Vine por ti.

– ¿A sí? –el castaño asintió– ¿Y a donde piensa llevarme señor O'Brien?

–Al Palacio.

El chico pálido rio, Dylan siempre solía ser muy bromista, quería seguir riendo de solo imaginarse en el Palacio, a la reina se le borraría la sonrisa de verlo ahí.

–Deja de bromear Dylan.

–No bromeo Aris, así que sube tu trasero a esa cara carrosa o no te llevo.

–Bien, solo deja arreglarme, que vergüenza que tu familia me vea en trapos.

–Nada de eso Aris. –tomó su mano antes de que el menor entrara a su casa–Mi padre dijo que allá les dará ropa y otros servicios.

–Pero...

–Aris, ¡¿Quieres callarte y subirte a la maldita carrosa?!

–Como ordene señor O'Brien, o ¿debería llamarte señor Sangster O'Brien?

–No empieces Aris. –dijo el castaño antes de subir a la carrosa.

Le comunico a Samuel a donde dirigirse, irían por Alby para finalmente ir por Elliot. Al llegar a casa de Alby no pregunto ni se negó, solo subió a la carrosa.

–Deberías ser como Alby, Aris. –murmuró el castaño.

–Perdón por ser curioso.

–Yo diría idiota. –habló Alby.

–Si, como sea, vamos por Elliot.

– ¿Elliot? –preguntaron ambos chicos al mismo tiempo.

–Si.

–Creí que estaba fuera del país. –dijo Alby.

–Ayer regreso.

– ¿Lo viste? –preguntó Aris.

–Aris no seas idiota. –dijo Alby para después darle un golpe en la cabeza.

–Ayer cuando salí del prostíbulo me lo topé, de hecho, el me acompañó al Palacio y soportó los gritos de Thomas.

–Vaya, me alegró que este de regreso. –dijo Aris.

–Lo sé, yo igual. Ha cambiado tanto, que jurarían que es otra persona.

–Muero de ganas de saludarlo, lo echo de menos. –habló Alby.