Parte única

533 79 109
                                    

— Supongo que quieres crema y una cereza sobre tu pastel de zanahoria ¿cierto? – interrogó con una sonrisa amable.

— ¿Cómo... lo supiste? – respondió Taeyong sorprendido.

— ¡Te he visto! Vienes mucho por aquí.

— Ah... claro – correspondió la sonrisa del chico frente a él, repentinamente sintió ganas de gritar y abrazarlo.

— Ya traigo tu pedido – ¿le había guiñado un ojo? No, estaba enloqueciendo.

Taeyong estaba seguro de que aquel chico le había guiñado un ojo... aunque tal vez solo había caído una pestañas dentro de su ojo, una de esas lindas pestañas que había detallado quizás demasiado para ser solo un cliente que le veía de lejos.

Pero claro, no era "solo un cliente", era el cliente más fiel que tenía esa dulcería. El lugar favorito de Taeyong era una pequeña dulcería familiar que había abierto hace un año, y que el joven Lee había conocido poco tiempo después, quedaba de camino a su casa y como fanático del dulce se acercó quedando encantado con el buen sabor de los productos.

Sin embargo, con el tiempo, no solo se había enamorado del delicioso sabor casero de aquellos dulces, sino que también se encontró deleitando su vista con el joven que solía encargarse del decorado de los dulces, un muchacho alto de piel blanca, cabellos castaños brillantes y abundantes, con un rostro amable y una voz que se había quedado atascada en la memoria de Taeyong al igual que su sonrisa de cortesía al decir "bienvenido, ¿qué desea?".

Algunas veces, le gustaba fantasear un poco con oír a aquel chico diciendo su nombre, probablemente sonaba agradable, dulce y sexy... pero era algo que no iba a pasar jamás, no eran amigos, ni siquiera conocidos.

Jung Jaehyun decía la plaquita con su nombre, nombre que tampoco había pronunciado jamás en voz alta, sus charlas más largas eran las que tenían en aquellas pocas ocasiones en las que el de cabellos castaños hacía de mesero.

En días como esos, Taeyong alargaba el momento siendo indeciso y preguntando mil cosas que ya sabía, pues iba tan seguido que conocía cada uno de los dulces productos que ofrecía el lugar; pero después de todo... era la única forma de hablar con Jaehyun.

Pero ese día... ese día Taeyong supo que Jaehyun lo recordaba, había notado su presencia y en su memoria estaba almacenada su fascinación por la crema y las cerezas sobre los dulces que consumía constantemente.

Además... le había guiñado el ojo ¿cierto?

Taeyong sabía que el chico era amable, tenía que serlo o al menos fingirlo pues trabajaba con público, pero quería alucinar un poco con que su sonrisa era más bonita cuando lo atendía o que sus ojos eran más brillantes cuando le veían, era su forma de consolar ese amor no correspondido.

¿Y si siempre le ha gustado a Jaehyun pero solo es un poco tímido para decirlo?

¿Quizás debía mandar algunas señales?

¿Tal vez estaba luciendo muy heterosexual?

Esas y otras preguntas cruzaban la mente de chico mientras esperaba impacientemente un pastel de zanahoria y su bebida. Sí, tal vez estaba un poco loco por pensar cosas así; su hermana le había dicho que parecía un acosador y hasta su primo se burló de él cuando supo que lo usaba de excusa para ir a aquella dulcería y no verse tal solitario.

(...)

— ¿Qué? no, no voy a decir eso hyung – se quejó el estudiante ante la petición

— ¿Por qué? no es nada del otro mundo – respondió Taeyong en voz baja mirando en dirección a Jaehyun que estaba atendiendo una de las mesas.

Dulce EmociónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora