De nuevo lo haría. De nuevo, por cuarta vez aquella semana llegaría tarde a su odioso empleo. No era la mejor semana de su vida, pero, ¿Qué más podía hacer? Que detestara absolutamente todo lo que con su trabajo se relacionase no era el mejor de los consuelos, y al pensar en eso cada mañana terminaba prácticamente enterrada en su mullida y caliente cama, mientras el despertador pitaba de forma molesta.Miró su reloj de pulsera, mientras esperaba que la luz roja del semáforo para peatones pasara a color verde.
Cinco minutos.
Suspiró con fuerza al tiempo que cruzaba la calle.
Solo cinco minutos para caminar con tacones de aguja y llegar a ese infeliz escritorio, fingir una sonrisa y empezar su jornada como empleada de ese maldito…
Aumentó el paso, esperando no parecer tan ridícula como se sentía.
Traje pegado, medias veladas, cabello suelto y arreglado, tacones dolorosamente altos y lo peor de todo: la falda tan arriba de su rodilla.
Tal y como lo indicaban las reglas de la empresa Sunagakure Corporation.
"La falda del uniforme laboral debe ser portada a cinco dedos sobre la rodilla…a menos que seas la secretaria del presidente de la corporación, ya que entonces tendrás que portarla de forma descarada y obscena para que este tenga alguna distracción"
Bien, eso último lo había agregado ella, pero no era más que la cruda realidad. Si bien detestaba cada mínimo detalle de su empleo era por una simple razón:
Su arrogante, cretino, altivo y estúpido jefe: Sabaku No Gaara, presiente de la compañía Sunagakure Corporation.
Ella aceleró el paso, esperanzada en que estaba apunto de llegar.
Tres minutos.
"Tres minutos más y tendré que verla la cara a ese infeliz. Empezar así el día no lo vale…"
Pero tenia que conseguir el dinero suficiente para pagar sus estudios profesionales. No pensaba ser la secretaria de ese cretino toda la vida.
Recordaba que al iniciar a trabajar y ver por primera vez al señor Sabaku creyó que seria un buen tipo, no el típico riquillo presumido. Cuan equivocada había estado. Era peor que eso. Sabaku No Gaara era un hombre callado, altivo y presumido. Y lo peor de todo el caso: solo lo era con ella. En frente de los miembros importantes de la empresa era callado, prudente, sabio y elocuente. Mientras a ella la trataba como una esclava que merece menos que un perro callejero. Saludaba cordialmente a todos los empleados de su empresa, mientras estos a su vez sonreían y casi se deshacían de dicha al trabajar "Para alguien tan bueno y benevolente como el señor Sabaku" (como había oído decir a Tenten, la contadora de Sunagakure Corporation). Y a ella la miraba con arrogancia, para después mandarla a hacer cualquier cosa con burla o desprecio. Ese odioso pelirrojo no era mas que un doble cara: El sabio, despreocupado y prudente jefe frente a todos; y el riquillo crecido que la trataba como si fuera un pedazo de…
Pudo sentirlo, sobre su cabeza.
Una gota.
Otra más.
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Pervertido(Gaamatsu)
Fanfictionesta historia no es de mi propiedad le pertenece a : Li-The Stampede-Chan