Inico

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El señor Sherlock Holmes no era un idiota, no se tragaba ni por un segundo que aquello ante sus ahora prendidos, quizá hasta incluso felices ojos, fuera un suicidio.
No podía serlo, tanto el doctor Watson, como el inspector lestrade confiaban en su palabra, no por el hecho de que ellos vieran pistas contundentes de que aquello era real, si no porque de seguro Sherlock tendría razón, porque más haya de sus aires de superioridad y vanidad que hacían querer romperle la cara a momentos, se encontraba una mente completamente brillante, pura, llena de cosas extrañas, pero fascinantes.

Mantenía la vista fija en el moribundo cuerpo, con las palmas juntas hacia arriba, tocando sus perilla.
Cerraba los ojos, movía apenas las cejas de vez en cuando, aveces juntaba las cejas extrañado.
Buscando algún indicio, extendió su mano por debajo del abrigo negro, sus ojos se abrieron levemente.
"Seco" se anoto mentalmente.
Pasó su mano por el cabello negro de la dama sin vida.
Y anotó mentalmente "graso" "Seco"
Tomó sus finos labios entre los dedos.
"Labios resecos, lengua también"
abrió su boca en grande y iluminó hacia dentro.
—necesito que mires aquí, John.—
El Dr.Watson se acercó a él, con paso lento, aveces se sentía verdaderamente inservible al lado de su amigo.
—su garganta está roja, estaba enferma—
Acotó, mientras su amigo asentía.
—sus ojos, tienen grandes bolsas, lo cual es un gran indicio de esto mismo, de seguro dormía mal, quizá dolor de cabeza, no tiene rastros de maquillaje,
O no le importaba su apariencia en absoluto, o casi no salía, yo creo que la segunda dado a que tiene olor a encierro, tabaco, y revistas impregnados, debía de estar Aislada, seguro su enfermedad se debía a esto mismo, estaba triste, depresión. Además....—saca de uno de los bolsillos de la chica una fotografía.—una fotografía que lleva con ella a todas partes, seguro alguien que está muy lejos...no, la llevaría en la maleta ya, es alguien que está muerto, de seguro—
Lestrade.—aún no sabemos de dónde es, hace cuanto llego.—
Sherlock levanto apenas la vista.—creo que llevo hace una semana, quizás dos, no, solo una, su cabello está graso, esto tarda normalmente una semana, en dos ya estaría normalmente muy graso, y ya estaría oliendo horrible, aún no alcanza un grado insoportable, además, trae una maleta que me dice lo mismo.—
—¿y de donde es?—
Sherlock.—piel bronceada levemente, aún que no saliera mucho, debe de ser un lugar normalmente cálido y soleado, lleva una semana acá, exactamente. Tiene tierra en las manos, habrá que investigarla, tiene unas pequeñas marcas como de espina, como si sus manos hubieran estado en contacto con....—intento buscar algo lógico.—cactus, quizá—intento unir los puntos.—sol, tierra no muy húmeda, cactus, Arizona, diría yo.—

-MORIARTY-
Jim se movía de un lado a otro, susurrando un nombre. Un nombre que detestaba, pero que al mismo tiempo adoraba.
Tenía la mirada perdida en el agua cristalina de la piscina donde todo había iniciado, su primer crimen, el reencuentro con aquel platónico de primaria...si, exacto, Sherlock Holmes.
Mantenía la mirada fija, perdida en los extraños pensamientos de su alocada mente, una mente tan fría...perversa...pero quizá, por distintas razones.
Carl Power por ejemplo, su primera víctima, solía molestarlo cuando pequeño.
Jim solo quería pasar de todo, pero un día se canso, se canso de ser el foco de risas, hizo que las risas de Carl pararan...para siempre.
Y no sintió, no siente y jamás llegaría a sentir remordimiento alguno, era un idiota que disfrutaba de hacerle daño los otros, física y mentalmente...lo tenía merecido.
Dibujaba en un pequeño cuaderno,
unos ojos expresivos, expresivamente en blanco; nada....
nada de emociones en esos ojos, como un tiburón de ojos de azules a verdes.
Esas cejas gruesas, luego continuó con sus carnosos y lindos labios, levemente abiertos. La nariz delgada, los pómulos marcados, el pelo ondulado desordenado.
Esa bufanda al rededor del cuello.
Maldito, maldito-susurró.-maldito Sherlock....te quemaré.—
Siguió dibujando, bajos los pies del personaje llamas, grandes y feroces llamas.—te sacaré el corazón, te quemaré.
Canturreo, moviendo sus pies.
Pensaba quemarlo, y esta vez bien, de una forma distinta.

I Promise To Burn You[Sheriarty]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora