Escucho risas, múltiples sonidos, los coches en la calle sonando su claxon todo el tiempo, el estrés de las personas mezclado con el olor a azufre del drenaje, e increíblemente todo me parece falso, irreal, sin sentido ni razón, ¿acaso estoy condenada a vivir de esta manera toda mi vida? encadenada a los pensamientos de los demás, viendo como son todos hipócritas, dejándose llevar por lo que dicen los demás, sin demostrar su verdadero yo por miedo a no ser aceptados, es irónico como vivimos los seres humanos, dejándonos llevar por lo que hacen los demás en vez de pensar que esta bien ser diferente, pero... ¿como demostrarlo? si todos vivimos con antifaces sin mostrar quienes somos, mostrando una sonrisa bella como un arco iris cuando en realidad esta mas rota que el espejo que se le callo a la mujer en aquel café de la esquina, pero mientras me la pasaba escuchando el debate mental que se mantenía en mi cabeza lo vi, sentado con un café en sus manos disfrutando del sabroso aroma que se pasaba por sus fosas nasales, mezclándose con el olor de su perfume lacoste, ese que habría costado la mitad de su salario y se lo compro solo para impresionar a la gente, sobre todo a sus amigos, esos que están tan devaluados y a pesar de que lo engañaron y el lo sabe sigue con ellos, creyendo que es correcto vivir de esa manera, yo lo conozco pues siempre lo he amado, aunque el no lo sepa y no se da cuenta por tratar de impresionar aquella chica de plástico, mas operada y desfigurada que una muñeca de juguete; después de pensar en todo eso el logra divisarme entre la multitud, a su mejor amiga, esa que quisiera ser mas que eso pero se conforma con solo tenerlo a su lado, y después de que se da cuenta de quien soy... me sonríe... Esa sonrisa con la que me enamoro desde el primer día en que lo conocí, cuando éramos unos pequeños niños traviesos que no se preocupaban de lo que pensaran los demás, que no se fijaban en los estereotipos que tenia la sociedad, pues yo jugaba a los autos de careras con el y el a las muñecas conmigo, que estupida e inocente es la niñez, después creces y desearías regresar el tiempo para volver ser como antes solo para que la sociedad no te juzgará por como eres, pero eso es realmente imposible, la sociedad ya esta rota desde hace miles de años y no hay nadie que pueda repararla, solo queda adaptarse y es lo peor que puede haber; por estar recordando aquel trágico y lindo pasado no me di cuenta cuando el se acerco a mi, me abrazo y me saludo con una sonrisa y un cálido "hola", yo le correspondí el saludo y mientras lo hacia dejaba que el olor de su perfume y el café se impregnara en mis fosas nasales para así poder recordarlo todo el día, "¿como estas?" fue lo único que mis labios pudieron articular, el dijo "bien, supongo", yo lo conocía y con esas simples palabras y el tono en lo que lo dijo me di cuenta de que todo era una farsa, el no estaba bien y lo sabia, pues el vivía la misma y cruel realidad que yo, pero así es la vida, ¿que mas se puede hacer?
