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—Tae, quiero irme de aquí—. Mi hermana me abrazaba mientras decía esas palabras.

Mi padre se encontraba sentado a un lado de nosotros, bebiendo una cerveza después de haber golpeado a mi pequeña hermana, llegué tarde, pero no habrá próxima vez. Estoy harto de su actitud, de hecharnos la culpa por la muerte de nuestra madre cuando fue el quien le pegó hasta matarla, frente nuestros ojos. No dijimos nada porque eramos pequeños, pero esta vez no quería quedarme callado.

—Espera un poco más Chayeuni—. La apegue más a mi cuerpo, soltando una lágrima en su playera manchada de sangre. —Nadie te volverá a pegar.

—¿Lo prometes?

—Si.— Le Sonreí.

Había sido un gran cobarde en todos estos años, lo acepto. Aun no puedo creer que haya dejado que el nos hiciera tanto daño.

Mi padre se levanto borracho del suelo—No prometas algo que no podrás cumplir, bastardo—. Se acercó a mi y me agarró del cuello de la camisa.

—¿Qué quieres padre?—. No se como le podía seguir diciendo así después de todo lo que nos hizo.

—¡Quiero que me devuelvan a tu madre!—. Me soltó de la camisa y me dio una cachetada, me agarré el lugar del golpe, más lágrimas amenazaban con salir.

Otro golpe y no soportaré más.

—Te recuerdo que tú la mataste, no nosotros—. Esa fue la gota que derramó el vaso, regresó con una mirada de furia hacía mi, estaba listo para recibir el golpe, ya no me asustaba.

—Ve por unos cigarrillos rápido—. Me sorprendió su respuesta, el nunca se andaba con rodeos, dije que si y también le pregunté a mi hermana que si quería ir conmigo, ella dijo que estaba bien aquí.

¿Como podía estar bien en este lugar?

Después de buscar un lugar para comprar sus cosas encontré una gasolinera, a un lado se encontraba un minisuper. Caminé hacia ahí, había un chico alto y moreno atendiendo en la gasolinera. Me volteo a ver.

—Hola, ¿en que puedo ayudarte?—. Me dedicó una sonrisa mostrando sus hoyuelos.

—Vengo a comprar algo al minisuper—. Le Sonreí también.

Parecía un chico trabajador y muy gentil, me hubiera gustado tener un hermano que si nos hubiera defendido como yo no pude hacerlo. Por cobardía.

—Ah, que bien, espero encuentres lo que buscas, bueno seguiré trabajando—Se volteo a seguir atendiendo en su trabajo.

Había pasado más de media hora, ya había comprado los cigarrillos y ya estaba en el pasillo del edificio, cuando escuche un ruido dentro del departamento. Al caminar más observe a mi papá pegándole de nuevo a mi hermana.

Me sentía incopetente, enojado, frustrado. Quería matarlo ahí mismo. Ya no dejaré que le haga más daño a mi hermana, llevamos más de diez años aguantando los golpes, ya no más.

Entré al pasillo de la casa y le hablé desde ahí.

—Te odio, ¿lo sabías?—. En mi cara ya se notaba una rabia extremadamente peligrosa.

—Con que te estas rebelando idiota, esta bien, acercate—. Me señalo el lugar en el que quería que estuviera.

—No lo haré.

En cuanto dije esas palabras, el se frustro y se acercó como hace rato, muy cerca de mi. Ya no me asustaba, aunque el creía que sí.

—Dame mis cigarrillos.

Se los entregué y se fue caminando hacia mi hermana.

Estaba listo para mi venganza.

Al lado mío se encontraba una botella de vidrio, la agarre y la rompí. Estaba decidido a matarlo, a acabar con este sufrimiento. Caminé hasta estar frente a frente con el, llevé la botella hacia su estomago, golpeándolo, una vez, dos, tres, cuatro, cinco, perdí la cuenta.

Mi hermana se mostraba horrorizada, sí, quizás me equivoque en hacer esto, pero no estoy arrepentido en absoluto. Solté la botella y salí corriendo del lugar.

Desde este momento, me convertiría en un fugitivo.

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⏰ Última actualización: Nov 27, 2017 ⏰

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CONDENADO ©KIM TAEHYUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora