Otro comienzo

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Ha pasado un año desde que viví todas aquellas anécdotas y acontecimientos, sin duda fue un año lleno de increíbles recuerdos junto a mis amigos (y algunos ni tan amigos) que siempre llevaré en mi memoria.
Ahora, empezamos un nuevo ciclo, pues entramos a la secundaria y quien sabe que cosas nos estarán esperando, este es el primer día de clases y el más incómodo de todos, pues no conozco a nadie excepto a mis amigos del año anterior; Izumi, Cata y Franck. Me habría gustado mencionar a Esperanza pero lamentablemente ella no estará con nosotros este año escolar, tuvo que viajar al extranjero por temas relacionados con el trabajo de su madre, y quién sabe cuando la volveremos a ver.
Como siempre, yo estaba sentada al lado de Izumi, el cual parecía estar muerto ya que la clase era demasiado aburrida. La profesora, de literatura, era una señora anciana, de cabello corto rojizo (pero teñido), usaba lentes y era de estatura baja con algunos kilos de más, su nombre era Clara, y es la profesora mas estricta que hay en la escuela.
La hora, no avanzaba nunca, y eso no era algo bueno, ya que no había aire acondicionado y el calor era insoportable dentro del aula.
Dentro de unos 15 minutos por fin tocaron la chicharra para salir al patio, nuestra cara de sufrimiento se volvió en felicidad al instante, salimos y yo, Cata e Izumi fuimos a comprar al almacén, aunque, sinceramente me gustaba más el almacén de la otra escuela, este se veía muy pobre.
Cata compró unas papitas e Izumi una galleta, yo no tenía hambre así que guardé el dinero para después.
Hoy, saliamos a las 5 de la tarde, lo cual era eterno para nosotros, sobretodo por la profesora Evelyn, de matemáticas, apenas entraba en el aula ya estaba retirando los trabajos, y lo peor es que escribía tanto que hasta el pizarrón se hacia pequeño.
Sin embargo, el día se fue rápido, estábamos con la profesora Evelyn en el último bloque.

-¿Esta señora no se cansa de escribir? me susurró Izumi.

-Creo que no, le gusta hacernos sufrir.

-Quiero llegar a casa a jugar LOL, dijo sonriendo.

-Yo quisiera jugar, pero mi computador se averió y no sé porque.

-Es que eres rancia, dijo riéndose.

Lo empujé y me reí también, pero creo que muy fuerte porque la profesora enseguida escuchó

-Cállense y escriban, luego hay solo malas notas en el exámen.

En el fondo tenía razón, yo solo escribía pero no entendía nada, e Izumi dudo que si lo hiciera, porque en matemáticas somos ambos un desastre. Cata le ponía más empeño, pero aún así no salía del 4, y Franck, por otro lado, creía que le iba bien, pero en realidad no sabía nada y solo improvisaba (y muy mal por cierto).
Seguíamos escribiendo y creo que a la profesora parecía valerle verga el hecho de que nos doliera la mano, a Cata ya se le había gastado toda la tinta del lápiz y tuvo que escribir con el lápiz mina, la profesora Evelyn, al fin despegó el marcador del pizarrón, para luego entregarnos una guía como de 5 hojas con nota, todos la miramos con desprecio, o más bien, miramos con desprecio a la guía.
Yo e Izumi la guardamos y la profesora agregó:

-El siguiente lunes retiro esta guía, hasta mañana, pueden retirarse.

-Por fin, dijo Cata bostezando

-Mi LOL me está esperando, dijo Izumi.

Yo y Cata lo miramos de forma extraña pero no dijimos nada, solo nos fuimos.
A la salida, Franck nos dijo que lo esperaramos porque iba a comprar algo para comer al almacén, sacó del bolsillo un billete, y pareció restregarlo por cada una de nuestras caras, claro, disimuladamente, pero Izumi lo notó

-Franck sigue siendo igual de creído que el año pasado, nos dijo en cuanto se fue

-Tienes razón, dijo Cata, como si nos importara ver su mugriento billete, agregó

-Yo solo me reí de lo que dijo Cata y asentí.

Cuando Franck volvió, nos marchamos a nuestras casas, este día me sentía muy cansada y lo único que quería era llegar y dormir una siesta, y así lo hice, llegué, comí algo y me quité el uniforme para luego dormir profundamente.

El espejo de mi serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora