Parte Única

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¡Hola! Es mi primera historia

Si algo no encaja o no es de agrado, sígueme el rollo 👍

Fragmentos de los cómics de Spiderman/Deadpool hacen presencia

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Conozco a Wade desde hace unos cinco años, pero siento como si le conociera de toda la vida.

Antes de conocernos los dos habíamos oído rumores del otro, pero nunca nos habíamos encontrado. Hasta una cálida mañana de primavera. Mientras estaba desayunando en una cafetería con tía May, vi en la televisión que había un atraco en un banco importantísimo de Nueva York, así que le dije a mi tía que «tenía que hacer un trabajo en grupo de la universidad», me fui a un callejón, me cambié y salí a la acción.

Me balanceé con mis telarañas hasta llegar a un pequeño puente junto a un callejón que estaba cerca del banco. Observé el interior del lugar. Había personas en el suelo, atemorizadas, y otras sacando el dinero de la caja, es decir, los ladrones. Decidí hacer una entrada sencilla pero rápida. Me crují los dedos y comencé a correr detrás de unos coches aparcados en la acera para que no me vieran ir.

—¡Oh my God, es Spiderman! —gritó alguien, pero no tenía tiempo para girarme a ver de dónde procedió aquel grito. Por lo tanto me concentré en mi deber.

Llegué a las puertas y me escondí detrás de una columna. Asomé mis ojos únicamente. Los ladrones estaban organizando el dinero. Era mi oportunidad, así que me preparé mentalmente, abrí la puerta con rapidez y me puse manos a la obra. Era prácticamente el pan de cada día. Golpes rápidos por aquí, volteretas, telarañas por allá, etc.

Diez minutos después, dejé a los siete ladrones atados al mostrador justo antes de que viniera la policía. Ya estaba hecho. Los coches de policía giraron la esquina, esa era mi señal de retirada. Me sacudí las manos bajo algunas miradas de admiración y sorpresa y me fui de allí tras despedirme de ellos con una mano.

Giré la esquina del banco sin que «nadie» me viera y me escondí entre los muros del callejón sin salida. Eran lugares idóneos para irse balanceando a casa tras cambiarse.

Antes de levantar mis manos para apuntar a una antena en la que colocaría una telaraña, hubo un silencio repentino y de repente alguien empezó a aplaudir cada segundo, despacio y con algo de sarcasmo. Giré mi cabeza y mi vista se encontró con un tío más alto y un poco más musculoso también vestido con un extraño traje de color rojo y negro, pero sus expresivos ojos eran de tela blanca. Tenía katanas a su espalda y más armas en el cinturón. Armas para matar a gente. Eso no era lo mío ni aunque asesinara a los villanos.

—¡Joder, menuda pelea te has montado!

Le ignoré a él y a su comentario que tenía la sensación de tener algo de sorna. Estuve a punto de volverme a ir y olvidarme de él para siempre cuando volvió a hablar.

—¡Eres digno de admirar!

Suspiré con pesadez. Medité el alejarme de él rápidamente antes de que me pudiera alcanzar, pero tenía armas peligrosas. Y no era buena idea iniciar una pelea entre dos edificios llenos de personas incluyendo sus bombas, así que tenía que alejarme de ese cansino psicópata paso a paso.

—¿Spiderman, verdad? —preguntó curioso acercándose, pero no lo suficiente como para que yo me quisiese alejar. Además, alejarse demostraría mi intento de huida.

—Hhm —murmuré afirmativamente y mirándole cara a cara. Me había enfrentado a tipos diez veces más grandes que él literalmente, no sería ningún problema. Sólo había que tener cuidado con sus armas.

La Evolución [OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora