Capítulo 7.

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El peli rosa no podía creer lo que su mejor amigo les estaba pidiendo. El día en que llevaron a Hoseok a su antiguo departamento y lo vio romperse por la carga emocional que el lugar tenía para el pelinegro, pensó que lo mejorar era vender el lugar de una vez por todas y terminar con ese asunto.

-¿Crees que eso sería lo mejor, Hobi?- la pregunta lo tomó por sorpresa, miró a su pareja que estaba junto a él. No podía creer que SeokJin estuviera pensando que era una buena idea.

-Sí, creo que me ayudaría a superar algunos temas y me siento preparado para dar otro paso- su amigo parecía bastante decidido.

-No- soltó sin más, ganándose una mirada de sorpresa de parte de Hoseok y un suspiro cansado de su pareja. No volverás al departamento-

-Pero es mi departamento, ¿Cómo puedes decidir que hago y que no?- la voz del pelinegro sonaba más que molesta.

-NamJoon, no puedes prohibirle a Hoseok volver a SU departamento- notó como el mayor hacia énfasis en la palabra pero no importaba lo que dijeran, él se opondría de todas formas.

-Bueno, yo decidí por cuatro años que era lo que se hacía o no se hacía por ti-sentenció el más alto, ignorando por completo las palabras de su pareja. Jin lo miró molesto y Hoseok estaba serio, como pocas veces lo había visto antes.

-Estaba en coma- alegó su amigo. –Y ni siquiera te lo pedí-

NamJoon se puso de pie, acercándose lo más que pudo a su amigo, con aire amenazante. –Lo hice porque me preocupe por ti, al igual que ahora-

-No soy un niño- Hoseok también se levantó, a pesar de que el peli rosa le sacaba unos centímetros, veía la mirada desafiante en el pelinegro. –Y si he dicho que vuelvo a mi departamento, es porque lo hare de todas formas-

-¿Entonces porque no te marchas de una vez por todas?-

-¡Ya basta!- gritó el mayor de los tres, levantándose. –NamJoon, ya deja de comportarte como un idiota. Hoseok, puedes cambiarte cuando lo estimes conveniente, no porque NamJoon lo diga-

-¿Ahora yo soy el idiota?- no podía creer que su pareja lo estuviera tratando de esa manera, cuando debería estar de su parte. –Saben, está bien. Hoseok has lo que quieras, Jin...-

Solo miró al mayor, herido por lo que había dicho y tomó su chaqueta para salir de la casa. Se maldijo porque no había tomado las llaves del auto pero no se iba a devolver para buscarlas, podía tomar el bus o algo. Se dirigió al paradero más cercano y espero cualquier recorrido, lo único que le importa en ese momento era despejarse por un tiempo, olvidar todo lo que estaba pasando; al poco tiempo vio el vehículo que esperaba y decidió subir sin mirar cual era el destino final. Se acomodó en uno de los asientos al final, al lado de la ventana, el cielo se veía amenazante pero no le importaba mojarse, aun sabiendo que si se decidía por llover, volvería empapado a su hogar. A medida que el bus avanza veía más personas transitando las calles y más tienda a los alrededores, eso le decía que se estaba acercando al centro de la ciudad.

Recordó a su mejor amigo y soltó un suspiro cargado de cansancio, ya no sabía cómo ayudar al pelinegro. Hoseok había permanecido tanto tiempo en coma, que aún no asimilaba el hecho de que cada día que pasaba era un paso más en su recuperación, la que no parecía tan larga como el tiempo que estuvo dormido, que para él había parecido una eternidad. Creía que el más bajo lo necesitaría por mucho más tiempo y dado al complicado estado en el que estuvo, tenía miedo de que volviera a ocurrir algo que lo dejara en coma nuevamente, no sabría si podría soportar ese cansancio nuevamente.

Saudade [HopeMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora